En el operativo se aseguraron 12 pipas y un inmueble; el valor estimado de lo decomisado, en términos de afectación económica para la delincuencia organizada, asciende a 247 millones 581 mil 164 pesos.
Autoridades federales detuvieron en Veracruz a ocho hombres y aseguraron 250 mil litros de hidrocarburo en una empresa ubicada en el municipio de Perote, que operaba bajo la fachada de manejo de residuos peligrosos, pero que en realidad era utilizada para el almacenamiento y venta de combustible ilegal, conocido como huachicol.
De acuerdo con el comunicado de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), además se aseguraron 12 pipas y un inmueble; el valor estimado de lo decomisado, en términos de afectación económica para la delincuencia organizada, asciende a 247 millones 581 mil 164 pesos.
La acción fue encabezada por elementos de la Secretaría de Marina (Semar), en coordinación con la Fiscalía General de la República (FGR), la SSPC, la Secretaría de la Defensa Nacional (Defensa), la Guardia Nacional (GN) y Petróleos Mexicanos (Pemex).
La operación en Perote refleja la dimensión del mercado negro de combustibles: de acuerdo con reportes de Pemex, mensualmente circulan más de 600 millones de litros de combustibles ilegales en México, producto del robo a ductos y del contrabando, muchos de ellos adulterados con etanol, lo que puede causar daños considerables a los vehículos.
Especialistas advierten que la adulteración de combustibles representa un riesgo directo para automovilistas, ya que la calidad y composición del producto no cumplen con la Norma Oficial Mexicana NOM-016.
Los laboratorios de análisis de combustibles han detectado variaciones de entre 30 % y 35 % en los productos vendidos por establecimientos ilegales, afectando no solo al consumidor final, sino también generando ganancias millonarias para redes delictivas que operan de manera clandestina a lo largo de ductos y puntos de venta no regulados.
El huachicol, además de su impacto económico y en los automovilistas, mantiene su presencia en distintas modalidades: desde el autoconsumo y venta a la industria, hasta el contrabando fiscal y la adulteración de combustibles para su posterior comercialización.
Empresarios gasolineros han señalado que la red de distribución de gasolina robada supera en muchos casos a la de las estaciones de servicio formales, evidenciando la amplitud del problema y la necesidad de acciones coordinadas para combatirlo.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: REDACCIÓN.



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