Los proyectos de infraestructura y programas sociales prioritarios del Gobierno de López Obrador presentan un alto riesgo de no ser rentables, son opacos en cuanto a contrataciones se refiere, están mal diseñados o se empezaron a construir antes de contar con todos los permisos ambientales y de factibilidad, y acumulan irregularidades en el gasto de más de 1 mil 500 millones de pesos en tan solo el primer año de la nueva administración.
Estas son algunas de las observaciones hechas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en su tercera entrega de la Cuenta Pública 2019, en las que puso especial énfasis en los megaproyectos de infraestructura, como el Tren Maya o la Refinería Dos Bocas, y en los programas sociales ‘estrella’, como Sembrando Vida o Jóvenes Construyendo el Futuro.