Al menos 18 defensores del territorio fueron asesinados y uno desaparecido en México en 2024, lo que lo convierte en el tercer país más mortal para quienes luchan contra el despojo territorial, la devastación ambiental y la ruptura comunitaria, reveló el informe “Raíces de Resistencia” de la organización Global Witness.
De acuerdo con el informe, el país más letal por tercer año consecutivo fue Colombia, con 48 defensores asesinados, mientras que el segundo lugar lo ocupó Guatemala, con 20 víctimas en 2024. Después de México, Brasil sumó 12 defensores asesinados en el año, mientras que Filipina registró siete casos, y Honduras e Indonesia cinco cada uno.
En cuanto a las desapariciones, la organización reportó que al menos cuatro defensores fueron víctimas del crimen, de las cuales una fue en Chile, otra en Filipinas, una en Honduras y otra en México.
El informe documenta que en total fueron asesinadas 117 personas en América Latina, que representan el 82 por ciento del total de los crímenes cometidos contra los defensores del territorio. A ello se suma que, “una vez más, las víctimas de cerca de un tercio de las agresiones con consecuencias mortales eran indígenas, a pesar de que constituyen aproximadamente el 6 por ciento de la población mundial”, señaló Global Witness.
Los datos de la organización apuntan que a nivel global 29 de las 146 personas asesinadas o desaparecidas en 2024 luchaban contra la minería y proyectos extractivistas, ocho contra la explotación forestal y cuatro contra la agroindustria. Asimismo, más del 62 por ciento de los casos se vinculaban con la defensa de los territorios y el acceso a la tierra.
Entre los principales responsables de las agresiones contra defensores se encuentran la delincuencia organizada, servicios militares privados y sicarios, puntualizó el informe.
Además de los asesinatos y la desaparición, la asesora principal de campañas de Global Witness, Rachel Cox, recordó que los gobiernos de todo el mundo utilizan sus sistemas jurídicos “como instrumento para silenciar a quienes alzan la voz en defensa de nuestro planeta”, mientras que no sancionan los ataques contra los defensores, “lo que perpetúa los asesinatos sin consecuencias”.
“Luchar contra la injusticia jamás debería suponer una sentencia de muerte. Es preciso que los gobiernos y las empresas inviertan el curso de los acontecimientos para amparar los derechos de las personas defensoras y protegerlas, en lugar de perseguirlas. Nos hacen mucha falta para preservar nuestro planeta. Y, si les damos la espalda, pondremos en peligro nuestro futuro”, declaró la autora principal del nuevo informe de Global Witness, Laura Furones.
AUTOR: REDACCIÓN.
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