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» » » » » Buscan “operador de misiles antitanque” para Ucrania en territorio del CJNG

Anuncios en zonas de Jalisco dominadas por el CJNG solicitan “operador de misiles de sistemas antitanque”, “especialista en sistemas lanzagranadas”, “técnico de drones”, “ametralladores”, entre otras vacantes. Se sospecha que ya hay miembros de cárteles mexicanos en el frente de batalla.

Las ofertas de empleo aparecen etiquetadas para Tlaquepaque, Tonalá, Zapopan, Guadalajara, Tampico, Matamoros o San Luis Potosí, zonas dominadas por la organización delictiva conocida como Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), principalmente.

Solicitan “operador de misiles de sistemas antitanque”, “especialista en sistemas lanzagranadas”, “técnico de drones”, “especialista en sistema de artillería”, “fusileros”, “ametralladores”, entre otras vacantes.

Los salarios que ofertan para los mercenarios corren a cargo, presuntamente, de las Fuerzas Armadas de Ucrania, y son de 500 dólares mensuales al arranque, lo que equivale a unos nueve mil pesos mexicanos, con la promesa de que pueden llegar a ganar 2 mil 800 dólares, alrededor de 52 mil 300 pesos en nuestra moneda.

EMEEQUIS identificó una serie de anuncios en sitios web de empleo que presentan este tipo de ofertas. Para postularse no hay un número para efectuar una llamada telefónica, mucho menos es posible agendar una entrevista cara a cara.


Las ofertas redirigen automáticamente a los aspirantes a un sitio web denominado “Recruiting Center”, en la dirección electrónica www.joinuarmy.org, que sin mayor trámite o contacto recaba datos personales de los aspirantes, incluida copia del pasaporte. Hasta hace poco pedía directamente la dirección de postulante y admitía cualquier otro documento oficial de identidad: licencia, pasaporte, o, en el caso de México, credencial para votar.

El sitio no permite identificar la organización que lo maneja, aunque dice que es parte de las fuerzas armadas ucranianas.

Pero el gobierno ucraniano tiene su propio sitio de reclutamiento, que lleva por nombre Legión Internacional para la Defensa de Ucrania, en la dirección electrónica www.ildu.mil.gov.ua, donde pide todos esos datos como requisito para “unirse”, con la única diferencia que no se alude a contratación alguna.

Hasta la fecha, el gobierno de Volodimir Zelensky no ha desautorizado otros sitios.

EMEEQUIS consultó a la Embajada de Ucrania en México si el sitio web Recruiting Center contaba con su aval, pero no hubo respuesta. Aunque recientemente, dicha representación diplomática negó que Ucrania contratara mercenarios.

Y es que todo el proceso de reclutamiento de combatientes a sueldo, presuntos voluntarios, parece que se ha convertido en un caos para la autoridad ucraniana, ante la urgencia de proveer combatientes a su disminuido ejército.

De hecho, ya se le han colado a sus filas sicarios de las estructuras del crimen organizado en México, como mostró el caso de “Águila 7”, un matón del grupo delictivo de Los Zetas que se ha destacado en la línea de fuego en Ucrania. 

Un criminal sobre el cual el gobierno mexicano alertó al ucraniano, que supuestamente, emprendió una investigación militar para ubicarlo. No obstante, después de la supuesta localización, no fluyó información sobre la actual ubicación y situación jurídica del ex zeta. Ni siquiera su nombre. Tampoco, si el gobierno de México solicitó la extradición.


MERCENARIOS DE 9 MIL PESOS POR MES

Las ofertas laborales publicadas por los presuntos reclutadores plantean que, aunque no es precisa, tener “experiencia en el servicio militar sería una ventaja”. Se anuncia un salario que va de 1 mil 100 a los 2 mil 800 dólares mensuales, que en pesos mexicanos equivale a un rango de 20 mil 500 a 52 mil 300 pesos.

Pero líneas más abajo del encabezado de cada vacante, se explica para todas las categorías que el eventual mercenario contratado comienza con un mes de capacitación que se paga en 500 dólares, alrededor de 9 mil 300 pesos, salario que se prolonga en un periodo de prueba de dos meses más.

De superar ese periodo, ya se verá si el recluta alcanza la remuneración que se anuncia en el encabezado de las vacante publicadas, que se asigna “dependiendo de su ubicación”. Por cada mes “en el frente”, se especifica, pagan a los mercenarios un bono de 1 mil 670 dólares, alrededor de 31 mil pesos. 

Ofrecen “un contrato oficial de 3 años” con “posible rescisión a los 6 meses”, “alimentación, ropa y equipo especial, alojamiento, seguridad médica y social a cargo del estado”. Además de cuidados médicos en el muy probable caso de resultar herido. 

No se menciona nada relacionado con indemnización en caso de fallecimiento, pensión, ni gastos de traslados del cadáver.

Los requisitos que piden son: “idioma inglés o español, resistencia física, voluntad de trabajar en zona de combate, aptitud para el servicio militar debido a condiciones de salud, sin adicción al alcohol o las drogas”.

RECLUTADOR SIGILOSO

La página de “Recruiting Center” declara ser parte del gobierno ucrnaiano: 

“El Centro de Reclutamiento de Extranjeros es un establecimiento oficial del Gobierno de Ucrania creada para el reclutamiento de los voluntarios extranjeros dispuestos a servir en las diversas unidades de las Fuerzas de Defensa de Ucrania. Cooperamos con todas las unidades militares ucranianas que ya tienen experiencia relevante o que recientemente se han preparado para trabajar con voluntarios extranjeros teniendo en cuenta los idiomas, los mandos y otras cuestiones. Nuestro objetivo principal es asegurar un camino suave y eficiente al Ejército Ucraniano para todos los voluntarios – ciudadanos de otros países”.

No obstante, los anuncios de las vacantes no dejan de lucir aventurados, tanto por las regiones a las que están dirigidos, como por el riesgo que significa para los aspirantes otorgar sus datos personales sin identificación plena de los reclutadores.

Porque aunque dicen ser parte del gobierno ucraniano, su dominio no incluye la terminación .gob o .gov característica de las instituciones públicas.

Por otro lado, el aviso de privacidad del sitio no proporciona ningún dato que permita identificar quién maneja el sitio, si se trata de una organización privada o gubernamental, si es una sociedad comercial o civil, si tiene aval del ejército ucraniano o no. 

Sólamente incluye una dirección: Air Force, 6, Kyiv, Ucrania, 031618, que es una ubicación dentro del distrito gubernamental. En cuanto a la propiedad del sitio web “Recruiting Center” ( www.joinuarmy.org), fue registrado como privado, aunque dejó una dirección postal que corresponde a un edificio urbano en Islandia (Kalkofnsvegur 2, Reykjavik, Capital Region, 101) donde funciona una mueblería.

Y en cuanto a las regiones, Tlaquepaque, Jalisco por ejemplo, es un epicentro de desapariciones y nódulo de campos de exterminio y reclutamiento criminal del CJNG, como el de Teuchitlán, descubierto en marzo de este año.

Pero sobre todo, el gobierno de Ucrania niega que contrate mercenarios. Hace unos días, la Embajada de Ucrania en México rechazó la presencia de mercenarios en el conflicto en cuestión, en respuesta a una publicación del periódico El Universal en la que se señalaba que ex integrantes de la desaparecida Policía Federal de nuestro país, participan con esa condición en el frente ucraniano.

Según la representación diplomática, “en Ucrania no existen mercenarios”, sino que se trata de combatientes de diferentes países que se integran al combate “de manera voluntaria y consciente”.

“LA ESCORIA MÁS VIL DE LA HUMANIDAD”

Distinta de la opaca condición de reclutamiento del “Recruiting Center”, la campaña pública de alistamiento de “voluntarios” por parte de Ucrania alcanza niveles extremos de caricaturización. El Ministerio de Defensa de Ucrania lanzó un video en TikTok el 14 de julio pasado para reclutar “voluntarios” en Latinoamérica.
Al frente de un imagen que busca ser pintoresca, donde  casas de colores estridentes bordean una calle empedrada, una chica de unos veintitantos años ―ataviada con un sombrero de paja con rastros de haber sido aplastado, y que pretende ser de charro―, con una sonrisa que imposta con gran dificultad, invita a “personas fuertes y valientes” a unirse al “ejército más fuerte de Europa” para “posiciones de combate y no combate”.

Al cierre de la grabación, la chica hace un bailecito desganado, sin dejar de mostrar los dientes. Muchos espectadores pensaron que se trataba de un meme. Pero es auténtico. Es una expresión de la urgencia de Ucrania por refaccionar a su disminuido ejército en la guerra con Rusia, que parece no tener salida.

Por ello, hay voces que señalan que el gobierno ucraniano en efecto está detrás de sitios de reclutamiento de mercenarios como “Recruiting Center”, que no sólo carece de estándares seguros para sus usuarios, sino también de protocolos para evitar penetraciones de organizaciones criminales de Latinoamérica, en especial de México, como fue el caso de “Águila 7”.

El expresidente Ruso Dimitri Medvédev, actual vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, acusó, a mediados de agosto, que “el agonizante régimen” de Ucrania “entró en pánico y recluta a escoria más vil de la humanidad para el frente. 

La situación ha llegado al punto de incluir a asesinos de los cárteles de Colombia y México, cuyos nombres son conocidos en todo el mundo por reportajes y series de televisión sobre el narcotráfico: ‘Clan del Golfo’, ‘Sinaloa’, ‘Jalisco Nueva Generación’ y otros”.

LA LEYENDA DE ÁGUILA 7, UN EX ZETA EN EL FRENTE UCRANIANO

Nadie lo ha visto fuera de las líneas de ataque del frente ucraniano, pero ya es una celebridad. Le llaman “Aguila 7”, un combatiente mexicano en la Legión Internacional de Defensa Territorial de Ucrania, con “habilidades avanzadas en transmisores analógicos, evasión térmica y contramedidas de radiofrecuencia”.

De acuerdo con los órganos de inteligencia, el sicario ingresó a las filas de defensa ucraniana en marzo de 2024. Se enlistó con documentación falsa que lo acreditaba como salvadoreño, quizá para eludir rastreos. Dadas sus cualidades, ingresó rápidamente a la Compañía Chosen, una unidad de choque y reconocimiento formada por combatientes experimentados de varios países.

La escuadra se hallaba en Járkov, la segunda ciudad más poblada del país antes de la guerra, cuando el mexicano fue ubicado por la inteligencia militar ucraniana, que había comenzado a vigilarlo tras conocer el perfil delictivo del calificado combatiente.

Pues “Águila 7” había resultado un matón de la organización criminal conocida como Cártel de Los Zetas, y antes había sido miembro del Ejército Mexicano, en donde perteneció al antiguo Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales México (GAFE) ―que en 2004 se convirtió en Cuerpo de Fuerzas Especiales―, formado por tropas de élite altamente adiestradas en combate, tolerancia al dolor, control de emociones, capacidades físicas y psicológicas, y cuyas operaciones son consideradas, todas, clasificadas.

La información sobre el personaje salió del edificio de Avenida Constituyentes 947, en la Ciudad de México, sede del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que dirige Francisco Almazán Barocio, exjefe de la Policía de Investigación de la capital mexicana.

La dependencia compartió el perfil de “Águila 7” con el órgano de inteligencia del gobierno ucraniano, con la presunción de que el sicario buscaba especializarse en el combate con drones. Fue lo que habría detonado la presunta operación de búsqueda de la Fuerzas Armadas de Ucrania, entre los cuerpos de combatientes extranjeros.

El medio especializado francés Intelligence Online, publicó la filtración el 29 de julio.  No hubo reacción ni del gobierno ucraniano ni del mexicano.

De hecho, no se conocieron más detalles después de la supuesta localización del sicario. Ni siquiera su nombre, ni su edad. Tampoco quedó clara su situación jurídica. Ninguno de los gobiernos implicados en el caso informaron si se había efectuado alguna entrega del célebre combatiente mexicano, si habría algún acuerdo de extradición, o si Águila 7 había sido finalmente capturado, liberado, o continuaría en las filas del frente en las castigadas estepas ucranianas.

Lo último que se supo de él, fue que se había inscrito en la academia Killhouse, en Leópolis, una escuela de formación militar y tecnológica de las Fuerzas Armadas de Ucrania, enfocada en capacitar a militares y civiles en el manejo de sistemas robóticos terrestres (NKR) y en el uso de drones First Person View (FPV), usados para ataques de precisión de alta velocidad y con frecuencia en modo kamikaze.

FUENTE: EMEEQUIS.
AUTOR: ESTEBAN DAVID RODRÍGUEZ.

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