jueves, 20 de julio de 2023

“Anexos” en Sinaloa, trampas de trata y explotación laboral

En Sinaloa el narco opera lugares que aparentan ser centros de rehabilitación, pero en su interior hay personas en cautiverio que son forzadas a realizar trabajos en el campo; las víctimas son secuestradas por hombres armados.

Operaban como centros de rehabilitación, pero en su interior las personas eran mantenidas en cautiverio y forzadas a realizar trabajos diversos; casi todas, labores del campo. Todos, hombres menores de 40 años, incluido un menor de 17 años. Son jornaleros agrícolas con residencia temporal en Sinaloa y fueron privados de su libertad por hombres armados.

En menos de 72 horas dos “centros de rehabilitación” fueron reventados en la comunidad de Chinitos, perteneciente al municipio de Angostura, en el centro de Sinaloa. En el primer inmueble asegurado se rescataron a 18 internos la noche del 12 de julio pasado y en un segundo lugar, la noche del 15 de julio, había 39 hombres.

El común denominador es que todos fueron levantados. Unos de regreso a sus residencias temporales, ya fuera en cuarterías de la zona o sitios de hospedaje. De acuerdo con las víctimas, desde un vehículo descienden hombres y en una rápida maniobra las víctimas son forzadas a meterse a la unidad para llevarlas al lugar de reclusión. Ahí, hacinados, viven en condiciones infrahumanas. 

Todos ellos llevaban seis meses en cautiverio. Algunos incluso fueron torturados. Otro de ellos todavía tenía la espalda pelada por los golpes de una tabla. Esta persona explica a un reportero del semanario Ríodoce que los golpes en la espalda los recibió porque intentó escapar. Poco se les entiende a estos hombres. La mayoría no habla bien español.

En el segundo centro de rehabilitación reventado por la autoridad encontraron a más internos en la misma situación. Todos los hombres ahí recluidos también fueron forzados a realizar labores diversas, casi todas relacionadas con el campo. El centro se llama “Grupo de Rehabilitación Hermanos Unidos AC”.

En ambos casos los inmuebles operaban a plena luz del día. Hombres armados iban y venían, e incluso custodiaban los dos lugares. Nunca hubo denuncia hasta antes de que las autoridades, el grupo Élite de la Policía Estatal y de la Marina, atendieran el reporte de comandos en la zona.

El primer operativo resultó gracias a que dos personas llegaron a la base de la Marina en La Reforma, comunidad pesquera de Angostura y una de las más densas de ese municipio. Escaparon en un descuido de sus captores y después de recorrer más de 10 kilómetros a pie lograron ponerse a salvo en esa base, donde llegaron a pedir auxilio.

Posteriormente se realizó un operativo en el centro de rehabilitación que estas personas le señalaron. Está ubicado en las inmediaciones de la colonia Independencia, en Chinitos. Ahí rescataron a las otras 16 privadas de la libertad.

Sin embargo, los mismos internos explicaron a los investigadores que estaban recluidos al menos 60 personas más, todas hacinadas en pequeños cuartos durante la hora de dormir y comiendo tres veces al día lo mínimo necesario.

Después del primer operativo las sospechas de que estos centros fueran reclusorios del crimen organizado comenzaron a surgir. Primero, por los indicios de que eran sitios donde preparaban gente para integrarlos a actividades delictivas de grupos delincuenciales. Luego, solamente que son una actividad más de estos mismos grupos criminales.

Esta segunda versión sería fortalecida por Gonzalo Hernández Durazo, delegado de la Fiscalía General de la República (FGR) en Sinaloa, quien durante una entrevista al término de una sesión del Consejo General de Seguridad Pública del estado, realizada el 17 de julio último, reveló que estos centros son operados por una célula delincuencial local.

–¿Al Cártel de Sinaloa?

–Así es.

En ese sentido, la versión del secretario de Seguridad Pública de Sinaloa (SSPE), Cristóbal Castañeda Camarillo, brinda otra perspectiva de lo que sucedía al interior de estos supuestos centros de rehabilitación.

“No estaban en condiciones como para alguna actividad delictiva, estaban privados de la libertad y sus condiciones no eran las óptimas”, explicó a reporteros el 17 de julio.

Sin embargo, de lo que no queda duda es que las personas que los custodiaban y los que les privaron de la libertad era gente armada, dijo Castañeda Camarillo.

–¿Tienen idea de a qué grupo delictivo pertenezcan?

–No, ahorita es muy apresurado. Derivado de las declaraciones y de la expectativa que se genere pues ya podremos establecer en la mesa de coordinación algún tipo de operativo de manera conjunta”.

120 centros clandestinos

La mayoría de las personas rescatadas son de Colima, Michoacán y Guerrero; todos, de diferentes etnias. Nadie notaba algo raro, incluso cuando ambos sitios operaban sin permisos de ningún tipo, ni los otorgados por la Secretaría de Salud ni por la Comisión Estatal para la Prevención de los Riesgos Sanitarios de Sinaloa (COEPRISS). Ahí estaban a la vista.

En Sinaloa operan 120 centros de rehabilitación irregulares. Esas son cifras de la COEPRISS, dadas a conocer por el secretario de salud en Sinaloa, Cuitláhuac González Galindo.

“Estamos trabajando para que los que están fuera se integren, estos 120 centros están buscando el acercamiento; algunos ya están cumpliendo su normativa”, dijo el funcionario.

Sin embargo, no todos muestran voluntad. Es decir, en más de uno no les han permitido la entrada a las autoridades sanitarias. Si bien no han confirmado que se trata de probables centros similares a los dos clausurados, ya solicitaron la intervención de fuerzas de seguridad.

En ese sentido, el secretario de seguridad Cristóbal Castañeda explicó que los operativos para detectar más centros clandestinos de rehabilitación se ampliarán no únicamente al pequeño municipio de Angostura, sino a todo el estado.

En total, los dos operativos dejaron un saldo de cuatro detenidos; tres de ellos ya enfrentan cargos ante la Fiscalía General del Estado Sinaloa (FGE) y se encuentran con prisión preventiva. 

Fue la mañana del 19 de julio último cuando un juez de control imputó los delitos de trata de personas en la modalidad de explotación laboral, privación de la libertad y secuestro (por una de las víctimas) por los hechos en el segundo centro de rehabilitación.

Los imputados son Luis Enrique N, Leonardo N y Mario Uriel N, los tres detenidos en el operativo de la SSP y la Marina en Chinitos, Angostura, el sábado 15 de julio.

En la audiencia inicial, pese a que se formuló la imputación y se solicitó la vinculación a proceso, la defensa de los acusados pidió la duplicidad del término, quedando reprogramada la cita para el viernes 21 de julio próximo en la Sede Penal, Acusatoria y Oral de la zona centro, en Culiacán.

Tortura y esclavitud

Los centros de rehabilitación en Sinaloa son conocidos como anexos. Prácticamente a ninguno se ingresa por voluntad propia. Pocos son los establecimientos que funcionan de ese modo, y la gran mayoría tiene el mismo modus operandi: de un vehículo tipo minivan hombres descienden para subir a la fuerza a quien van a “anexar” al centro.

Le llaman “la voladora”. Incluso en redes sociales circulan los videos mostrando cómo operan. Un joven está sentado en una banca. De pronto se ve rodeado de cuatro hombres también jóvenes. Uno de ellos lo saluda y en un instante es sujetado por la fuerza.

“Te vamos a anexar, compa, te vamos a anexar”. Y lo suben a un vehículo color blanco, mientras quien realizaba la grabación le recomienda portarse bien.

Y siempre es a golpes, tirones y empujones. Así son metidos al vehículo y del mismo modo internado al centro. Algunos son muy severos y otros no tanto, son casi como una prisión, según las imágenes.

En la red social TikTok un video registra a “la patrulla espiritual”. Entre risas, graban a un hombre de aspecto indigente al que llaman “el compa Trino”, apenas calza un par de sandalias, viste short y sudadera negros, descoloridos. Su cabello desaliñado al igual que su barba. 

“Llegamos a orinar y aquí mi compa Trini que se quiere ir con nosotros… Cristo mandó por ti, ¿lo conoces? ¿Tú eres el anticristo? Pues aquí vas a conocer a Cristo”.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: AARÓN IBARRA.

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