jueves, 21 de julio de 2022

Los Negritos, el predio de Michoacán donde familias buscan a cientos de personas: “Solo queremos los cuerpos de nuestras víctimas”

El extenso terreno donde convergen cinco municipios se convirtió en un cementerio clandestino. Colectivos y autoridades buscan ahí a personas desaparecidas. Las familias no anhelan dar con los responsables de los crímenes, sino solo hallar y despedir a los suyos.

Los familiares de personas desaparecidas en la franja fronteriza de Michoacán con Jalisco, conocida como “Corredor de la muerte”, aseguran que ya no buscan justicia o a los responsables de lo que ocurrió a sus seres queridos: solamente quieren encontrar sus cuerpos.

Las alertas se encendieron en la región Lerma-Chapala el pasado 17 de junio, al igual que la esperanza de familias de hallar a sus desaparecidos. Ese día, personal de la Fiscalía General de Michoacán (FGE) confirmó el hallazgo de los primeros restos humanos enterrados en un predio conocido como Los Negritos.

En ese punto, en la parte correspondiente al municipio de Villamar, entre la FGE y la Fiscalía General de la República (FGR) hasta ahora han exhumado 28 cuerpos.

De esas víctimas, 11 han sido identificadas y, de ellas, ocho ya fueron entregadas a sus familiares. Tres eran originarias de Jiquilpan, entre ellas, una mujer. Una víctima más, un hombre, era de Sahuayo. Otra persona era habitante de La Barca, en Jalisco, y dos más eran del Estado de México.

Isis del Rocío Macías Gracián es una mujer joven víctima de la violencia en la región. Su hermano Jesús fue secuestrado y asesinado.

El 19 de septiembre de 2019, varios hombres lo privaron de su libertad y exigieron un rescate. La familia pagó, pero Jesús no volvió.

“Ahí inicia el calvario, el cual duró aproximadamente cinco meses. El 12 de febrero del 2020, se localizó a las personas que se lo llevaron y las captura la fiscalía del estado”, relata Isis. “Ya detenidos, los delincuentes dan su declaración y dicen lo que hicieron con mi hermano. Ya lo habían matado. Nos dijeron dónde estaba y recuperamos el cuerpo”.

Durante el tiempo que su hermano estuvo desaparecido, ella y su familia iniciaron la búsqueda solos; después les apoyó la fiscalía.

El dolor que Isis vivió la llevó a tomar una decisión que antes no hubiera imaginado: “Decidí, por empatía con los familiares de otras víctimas, que tenía que seguir con la búsqueda, pero ahora de otras personas de la región, para que no estuvieran solas”.

Isis calcula que en esa región Lerma-Chapala —conformada por 18 municipios— hay más de 2 mil personas desaparecidas. Por ello creó el colectivo San José Cahro: En Busca de Ángeles, precursor de la búsqueda en la zona y recientemente en Los Negritos.

También estima que en ese predio hay un aproximado de 500 personas asesinadas y sepultadas clandestinamente.

“Desafortunadamente, no se van a poder rescatar todos los cuerpos que hay, porque el predio está asentado en una zona geotérmica, semivolcánica”, dice, y advierte también del riesgo de represalias del crimen.

Isis relata, que con todo y miedo, hace año y medio los integrantes del colectivo tenían contemplado ingresar a ese lugar para buscar cuerpos.

“Pero de repente se nos prohibió la entrada. Posteriormente, como colectivo crece esa inquietud e intentamos ingresar por las diferentes entradas que hay en ese predio”, narra Isis, aunque reconoce que la inseguridad les obligó a frenar un momento.

“Ya en los últimos meses, la sociedad llegó a un punto de hartazgo e inició a tomar carreteras, a manifestarse para decir ¡ya basta!, y fue que voltearon a vernos”.

Resultado de sus brigadas de rastreo y de la presión de las familias a las autoridades, el 17 de junio iniciaron las excavaciones.

Los Negritos

El extenso predio está ubicado en un vértice que hacen los municipios de Villamar, Sahuayo, Jiquilpan, Venustiano Carranza y Tangamandapio. Se trata de un parque ecológico que hace muchos años fue un centro de recreación para los habitantes de esa zona de Michoacán colindante con Jalisco.

Autoridades locales explicaron que en Los Negritos hay cuerpos enterrados desde hace siete u ocho años, desde que empezó a operar en esa zona el Cártel Jalisco Nueva Generación (CNJG).

Recientemente, la división entre grupos internos de esa organización criminal que fundó Nemesio Oseguera Cervantes, ‘el Mencho’, catapultó la violencia.

Áreas de inteligencia explicaron que la escisión del CJNG y la pelea de uno de estos grupos con Cárteles Unidos han disparado los delitos. 

La disputa en esa zona de Michoacán es entre la célula criminal que comanda Heraclio Guerrero Martínez, ‘Tío Laco’, contra el bloque Pájaros Sierra. ‘Tío Laco’ es identificado por las autoridades federales como una de las personas más cercanas al ‘Mencho’. Pájaros Sierra es una célula que abandonó al CJNG y entre sus líderes está Abel Alcántar Vallejo, ‘el Toro’, ‘el Viejón’ o ‘el Sierra 8’.

El rompimiento en las filas del CJNG se trasladó a algunos municipios del estado de Jalisco, como Mazamitla, donde recurrentemente hay enfrentamientos, pero la situación se recrudeció desde hace tres años en la franja del “Corredor de la muerte”, cuando el CJNG le declaró la guerra a los otrora autodefensas.

Las autoridades consultadas dijeron que las células delictivas cometen asesinatos, secuestros y extorsiones y desaparecen a sus víctimas.

Se la llevaron a una fiesta y ya no regresó

Desde el 4 de mayo de 2020, Saraí nada sabe del paradero de su hermana, una joven de 21 años que fue sustraída de una fiesta, cuando iba acompañada de su hijo. El niño de cuatro años regresó solo a su casa y eso encendió las alertas de la familia de Saraí, que de inmediato salió a buscar.

Saraí narra que su hermana había ido al cumpleaños de una de sus amigas y, durante el convivió, una camioneta con gente fuertemente armada la sacó de la fiesta.

Cuando sus familiares llegaron al lugar, ya no había ninguno de los asistentes, aunque los vecinos les contaron lo que había ocurrido con su hermana y otra mujer.

Para Saraí, estos dos años y dos meses han sido desgastantes, tristes, llenos de incertidumbre, al no saber dónde puede estar su hermana. Dice que ya perdieron la fe de que esté viva, pero con el hallazgo de los primeros cuerpos confirmados en Los Negritos, se abrió una esperanza de recuperar el cuerpo.

“Yo estoy segura que el cuerpo de mi hermana está enterrado en ese lugar clandestino, porque los testigos dicen que la camioneta en la que se la llevaron se fue a ese sitio”, relata.

“Nosotros lo que queremos es recuperar el cuerpo; tener dónde llevarle flores, dónde sepultarla, a dónde llorarle y un lugar donde mi hermana pueda descansar”.

Saraí pide a la FGE, a la FGR y a los cuerpos de seguridad que no paren las labores de rastreo y recuperación de cuerpos en Los Negritos.

“Dejan a uno muerto en vida”

Un habitante del municipio de Venustiano Carranza vive un triple infierno, dice, al tener a un hijo, un sobrino y un hermano desaparecidos en esa misma zona.

El jornalero —que pidió el anonimato por seguridad— cree que sus seres queridos están enterrados en Los Negritos.

Hombres armados se llevaron a su hijo el 24 de diciembre del 2019; después fueron privados de la libertad uno de sus hermanos y un sobrino, hijo de la segunda víctima.

Cuenta que su hijo fue a la cabecera municipal de Venustiano Carranza a cortarse el cabello, cuando un grupo criminal ingresó al local y se lo llevó. 

En el caso de su hermano, hombres armados ingresaron a su domicilio mientras dormía y lo privaron de la libertad, el 22 de abril de 2021. Cerca de las 4:00 de la tarde, su sobrino fue bajado del vehículo en el que viajaba y también privado de su libertad, cuando iba a trabajar.

Desde entonces, el jornalero nada sabe de ellos, solamente tiene corazonadas: “Mi hijo está enterrado en Los Negritos, porque la camioneta que lo levantó se dirigió hacia ese lugar, nos dijo toda la gente que vio cuando se lo llevaron”.

“En el caso de mi hermano, por los datos que han salido de los cuerpos, puede que también esté ahí en Los Negritos, junto con su hijo”.

Entre lágrimas, señala: “Dejan a uno muerto en vida. Yo les digo a las autoridades que se pongan en nuestros zapatos, porque ellos no saben lo que uno siente cuando nos los arrancan injustamente”.

Pese a ello, el poblador asegura que las familias seguirán buscando a los suyos “tope a donde tope”, ya que es la única manera en la que van a descansar.

Mientras, la búsqueda en Los Negritos sigue. Tan solo en ese sitio, colectivos y el perro de un binomio canino han detectado cerca de 100 puntos en los que existe la posibilidad de que haya restos humanos enterrados.

Frente a este panorama, las familias insisten: “Que quede claro que no buscamos justicia ni a los culpables; solamente los cuerpos de nuestras víctimas”.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: CARLOS ARRIETA.

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