viernes, 26 de noviembre de 2021

Más de mil policías y militares han cometido violencia contra sus parejas en CDMX

En los últimos tres años, mil 96 mujeres han acudido a las LUNAS de la CDMX, para recibir orientación y acompañamiento en casos de violencia cometida por sus parejas policías o militares.

En los últimos tres años, la Secretaría de las Mujeres de la CDMX ha brindado servicios de atención y prevención de violencia a 1,096 mujeres víctimas de sus parejas policías o militares.

Se trata de mujeres que han acudido a alguna de las 27 las Unidades Territoriales de Atención y Prevención a la Violencia de Género, mejor conocidas como LUNAS, en donde han recibido no solo orientación y acompañamiento, sino que en algunos casos también medidas de seguridad y apoyo económico para salir de esas dinámicas violentas.

En entrevista con Animal Político, Ingrid Gómez, secretaria de mujeres de la CDMX, explica que solo entre enero de 2020 y octubre de 2021 en las LUNAS se ha brindado atención a 16 mil 261 mujeres y aunque en todos los casos se brinda una atención inmediata y personalizada, cuando detecta que el agresor pertenece a alguna corporación del orden, la alerta es mayor.

“Que el agresor sea policía es un factor que puede incrementar el riesgo que vive una mujer”, dice contundente la funcionaria.

Cuestionada sobre cuál es el papel que tiene la dependencia a su cargo para atender casos de violencia que ejercen policías o militares contra las mujeres, la funcionaria explica que no cuentan con una estrategia exclusiva porque a través de las LUNAS brindan la labor primaria de alertar tempranamente de violencia, es decir, explicarles a las mujeres que eso que las tiene confundidas, que las tiene molestas y que las tiene desorientadas se llama violencia.

Su objetivo, dice, es muy claro: prevenir que la violencia escale y ponga en peligro la integridad o la vida de las mujeres.

Entre enero de 2020 y octubre pasado se ubicaron 1,402 casos de violencia con riesgo feminicida.

“Ha habido una disminución de cerca del 50% del riesgo porque es una estrategia personalizada que tiene que ver con brindar varios servicios a las mujeres, no solo lo psicoemocional -que es fundamental- sino también hay un entramado de servicios sociales que se ponen a su disposición para fortalecerlas y protegerlas como puede ser refugios, medidas de protección y canalización a servicios médicos”, resume Gómez.

La atención médica, detalla, también tiene que ver con tratamiento psiquiátrico en aquellos casos cuando las víctimas tienen trastorno de sueño, de ansiedad o de alimentación, así como la llamada indefensión aprendida y cognitiva que tiene que ver con este estado en el que la persona literalmente piensa que está en un hoyo y en donde siente que sin importar lo que haga nadie la va a ayudar.

Luego de recibir la atención primaria en las LUNAS, se orienta a las mujeres para que presenten las denuncias correspondientes. Para ello, agrega la funcionaria, se cuenta con 150 abogadas en 64 fiscalías territoriales que en primer momento acompañan a las mujeres violentadas y en su caso solicitan medidas de protección, actos de investigación o peritajes.

Si fuera el caso, incluso, solicitan apoyo a la Consejería Jurídica de la ciudad para acceder a un defensor público de oficio especializado, por ejemplo, en violencia sexual.

“Nosotras intervenimos en algunos procesos, pero estos procesos están en las carpetas de investigación en la Fiscalía y es Fiscalía quien provee todo el acompañamiento jurídico”, precisó.

Animal Político documentó que a dos años de las movilizaciones de mujeres y colectivas feministas en contra de la violencia sexual ejercida por parte de policías capitalinos, la Fiscalía capitalina ha abierto, hasta agosto de 2021, 531 carpetas de investigación por estos delitos, sin embargo, hasta el 31 de mayo pasado, menos del 8% de esos casos (42) habían llegado a los tribunales, sin que a la fecha se conozca si hubo una sola sentencia.

El resto de las carpetas se archivaron o siguen en trámite. Mientras que solo 23 policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) han sido dados de baja por delitos sexuales.

Acompañamiento a mujeres policía

No solo civiles, las mujeres policías también son víctimas de agresión por sus compañeros.

Un informe de la Comisión de los Derechos Humanos de la Ciudad de México documentó al menos 21 casos de mujeres policías que también fueron víctimas de delitos sexuales a manos de sus propios compañeros o de mandos superiores.

A Carolina, por ejemplo, su jefe le puso algo en la bebida. Cuando despertó vio que no tenía su chaleco ni su arma, y que traía los pantalones y la ropa interior en los tobillos. La habían violado. A Olivia, su superior la mandó llamar a su despacho. Cuando entró lo encontró desnudo; le pidió que tuvieran relaciones sexuales. A Tatiana, su subdirector la jaloneó y la llevó a la fuerza al baño de la estación policiaca. La desvistió, le quitó su chaleco, arma, uniforme, la arrojó en una banca de metal, y la violó. Como en el caso de las mujeres civiles, sus denuncias tampoco tuvieron consecuencias para los agresores.

Según datos proporcionados por la Fiscalía capitalina, de 2019 a la fecha se tienen 178 carpetas de investigación por delitos sexuales cometidos por policías en contra de mujeres de su corporación. Se trata de seis casos por violación, 76 por abuso sexual, 84 por acoso sexual y 12 por delitos contra la intimidad sexual, la conocida Ley Olimpia.

Para atender sus casos desde la Secretaría de Mujeres tampoco existe un protocolo específico, sin embargo, subrayó la titular de la dependencia, Ingrid Gómez, participan en dos comisiones, de la mano con el Consejo Ciudadano, las cuales se exponen casos y se dan rutas de atención.

Las movilizaciones feministas de agosto de 2019 dieron origen a una serie de acciones orientadas en el espacio público, por ejemplo, la implementación de senderos seguros o bien, la puesta en marcha de la app Mi Taxi o la estrategia Viaja Segura en el transporte público.

Sin embargo, reconoce la secretaria de las mujeres, aún queda trabajo pendiente por hacer.

“Creo que hay que apelar a ir transformando la cultura, los roles, los estereotipos y los mandatos de género que hacen que las mujeres en el sigo 21 sigamos siendo discriminadas o violentadas y que nuestros principales agresores sean hombres, porque eso también hay que decirlo”, expone.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: DALILIA SARABIA, MANU URESTE.

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