El Partido Verde ha encontrado un gran negocio en su alianza con Morena. Hoy como nunca tiene el mayor número de legisladores, estados gobernados y financiamiento público. Ahora este partido busca recorrer su propio camino, algo que podría hacer con un capital político consolidado.
El Partido Verde Ecologista de México (PVEM) ha obtenido con Morena sus mejores resultados en los últimos 20 años: es tercera fuerza política en la Cámara de Diputados y el Senado; tiene dos gubernaturas, y ha incrementado el número de votos, y por lo tanto de recursos. Con este patrimonio político y económico, los verdes analizan separarse de la Cuarta Transformación y tomar su propia ruta... o chantajear para de todos modos tener ganancias.
En 2018, el año que ganó la Presidencia Andrés Manuel López Obrador, el Verde fue en alianza con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), cuyo desprestigio alcanzó al partido del tucán que cayó a sus niveles más bajos: recibió 822 mil 160 votos en la elección presidencial. La votación de ese año lo llevó a ser la última fuerza política en la Cámara de Diputados con 11 legisladores y una de las más pequeñas del Senado con solo 7 escaños. Ese año, además, perdió la única gubernatura que mantenía: la de Chiapas.
En 2021, en la primera elección en la que acompañó a Morena encontró la fórmula del éxito: primero, recuperó su nivel de votación de los 2 millones 587 mil votos; además de pasar a ser cuarta fuerza en la Cámara de Diputados con 40 legisladores. En ese mismo proceso, se rebeló a abanderar a la morenista Mónica Rangel y junto al PT impulsó a su propio cuadro: Ricardo Gallardo, quien se convertiría en el segundo Gobernador de esta fuerza política.
Pero en la pasada elección presidencial rompió su techo: obtuvo una histórica votación de 4 millones 677 mil 057 votos, colocándose en el quinto lugar a nivel nacional en cuanto a votos recibidos. No obstante, en la Cámara de Diputados superó al PRI en representación, quedando sólo por debajo de Morena y el PAN; una misma posición que logró en el Senado de la República. Además, en Chiapas, logró recuperar su bastión de la mano de Eduardo Ramírez, quien de 2013 a 2015 fue secretario general del gobierno de Manuel Velasco Coello, exprecandidato presidencial de la 4T y uno de los caciques de esta fuerza política junto a Jorge Emilio González Martínez, “El Niño Verde”, y Arturo Escobar.
Los “altos vuelos” que ha alcanzado el Tucán lo han llevado a protagonizar distintos episodios de rebeldía con el Gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. Iniciada la gestión de la mandataria, el Verde fue el principal promotor del cambio hecho a la reforma contra el nepotismo que impide que un Gobernador pueda ser sucedido por su pareja o un familiar cercano.
La operación contra nepotismo
Fue el Senador Manuel Velasco quien operó en la Cámara Alta para que la minuta se modificara con el objetivo de que esta medida entrara en vigor hasta 2030, con la intención de facilitar la llegada a la gubernatura de San Luis Potosí a la Senadora Ruth González, esposa del pevemista Ricardo Gallardo, actual mandatario estatal.
La Senadora Ruth González ha dicho desde febrero pasado que serán las personas las que decidan, una manera de señalar que no descarta contender por la gubernatura. “La gente decide, la gente manda y lo que San Luis Potosí decida en 2027; ya serán otros tiempos. Por el momento, mi trabajo es legislar, mi trabajo es estar aquí en el Senado y vamos a trabajar para ello”.
De hecho, la semana pasada la Senadora mostró músculo de la estructura del Verde al tomar protesta a los Comités Municipales del Partido en un acto en el que sostuvo: “El Partido Verde es la primera fuerza política del estado y con estos nuevos comités se refuerza su presencia en los 59 municipios de la entidad, lo que será fundamental para dar continuidad a nuestro proyecto político”.
Días antes, su esposo, el Gobernador Gallardo indicó en agosto pasado que no descarta contender por otro cargo en 2027 y al mismo tiempo hacer campaña junto a otros cuadros, entre ellos quien busque sucederlo en el Gobierno. Para ello, el mandatario tendría que pedir licencia. Gallardo además ha señalado que podrían explorar alianzas con otros partidos.
"Nosotros, listos para competir, listos para ir en alianza con Morena y el PT, pero también estamos listos para escuchar otro tipo de alianzas, no nos vamos a quedar esperando si (Morena) se decide o no, somos respetuosos y seguiremos en la coalición”, declaró a la prensa en junio pasado.
Ese mismo señalamiento lo hizo Arturo Escobar y Vega, coordinador nacional del PVEM, que a finales de agosto visitó Tamaulipas. Ahí, el dirigente aseguró que "en la mayoría de las entidades, el partido [Verde] podría contender de manera independiente". En ese evento, Escobar y Vega incluso destapó a la Senadora Maki Ortiz Domínguez para la gubernatura de Tamaulipas. "En el caso de Maki no necesito convencerla, soy su máximo promotor para que vaya en la boleta en el '28 a la gubernatura", dijo el dirigente del PVEM.
El mismo Escobar quiso matizar el lunes la declaración, aunque confirmó que hay distanciamiento entre Morena y el Verde en Tamaulipas. "Es cierto que existe un distanciamiento muy marcado con Morena en el estado de Tamaulipas, sin embargo, reitero que estamos firmes, de aquí al final de su Administración, con la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, a quien expresamos nuestro respeto y lealtad, su resultados están a la vista de todos y nos llenan de orgullo", dijo en un comunicado.
Las ganancias del parásito
El Verde, fundado en 1991 por Jorge González Torres, es reconocido por su pragmatismo más que por sus causas ambientalistas: en el 2000 acompañó a Vicente Fox Quesada, del PAN; en el 2006 a Roberto Madrazo Pintado, del PRI; en 2012 al priista Enrique Peña Nieto, y en 2018 a José Antonio Meade, también del PRI, pero tras la derrota de inmediato se sumó a Morena. Incluso Manuel Velasco, el primer Gobernador que emanó de ese partido en 2012, compitió en la elección de Morena para la candidatura Presidencial.
El crecimiento que tuvo el Verde Ecologista en 2024 demuestra que encontró su alianza más fructífera, la cual le dio 76 legisladores lo cual se traducirá en más dinero público para su funcionamiento anual, es decir, obtendrá más prerrogativas.
De acuerdo con los registros de votos por partido político –disponibles a partir de 2009–, desde esa elección intermedia, en tiempos de Felipe Calderón Hinojosa, el Verde nunca pudo superar los tres millones de votos.
En 2009 obtuvo 2 millones 130 mil 072 y para 2012, en elección presidencial, subió a apenas 2 millones 722 mil 072 votos. Ese nivel lo mantuvo en 2015, en otras elecciones intermedias en las que obtuvo 2 millones 587 mil 888 votos. Para 2018, en su última alianza con el PRI cayó a sus niveles más bajos: recibió 822 mil 160 votos en la elección presidencial; 943 mil 064 votos para el Senado y 1 millón 130 mil 021 votos. En 2021, en la primera elección en la que acompañó a Morena el panorama le cambió para bien.
En 2018, antes de desplomarse en las elecciones presidenciales de ese año, el Partido Verde alcanzó un financiamiento público histórico de 574 millones de pesos, para 2019 el monto descendió a 370 millones, y para 2020 sumó 423 millones y para 2021, cuando ya fue en alianza electoral con Morena, alcanzó los 536 millones de pesos.
Ya consolidado con la Cuarta Transformación, los recursos públicos que recibe este partido se redujeron a 502 millones de pesos en 2022, para 2023 el monto se recuperó a 538 millones. En 2024 escaló a una histórica cifra de 881 millones de pesos, un piso que mantiene en este 2025 cuando recibió 838 millones de pesos.
En total, el Partido Verde ha costado al erario, desde 2000 a la fecha más de 10 mil millones de pesos, alcanzando sus mayores montos en los últimos dos años.
AUTOR: OBED ROSAS.
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