martes, 19 de diciembre de 2023

Organizaciones piden a México que contrademande a EU en conflicto de maíz transgénico

Cientos de organizaciones civiles hicieron un llamado a la Secretaría de Economía para que contrademande al Gobierno de Estados Unidos en el panel de controversias del T-MEC por el decreto de prohibición de maíz transgénico.

La Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País, compuesta por más de 300 organizaciones, y la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (Anec) pidieron a la Secretaría de Economía (SE) que contrademande al Gobierno de los Estados Unidos en el marco del panel de resolución de controversias dentro del Tratado con México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) sobre el decreto de prohibición de maíz transgénico.

A través de un comunicado publicado en redes sociales, pidieron al Gobierno que contrademande, pues consideran que México no ha sido beneficiado con el T-MEC, y que no existe evidencia que defienda el consumo de maíz transgénico sobre el maíz natural.

“México no ha recibido los beneficios pactados en el T-MEC, debido a la ausencia de estudios científicos que garanticen por inadvertidos los maíces genéticamente modificados (MGM), es decir, libres de riesgos y de daños para la ingesta propia del pueblo de México”, aseguraron.
“El Gobierno de Estados Unidos o la industria de biotecnología no han realizado un solo estudio científico, análisis o evaluación de riesgos que mida efectivamente los impactos y efectos sanitarios que causarían los MGM sobre la ingesta de la población mexicana y el consumo de maíces, una vez que los MGM se introdujeran, voluntaria o involuntariamente, al campo mexicano”, acusaron.

La Compañía y la Asociación explicaron que la carga de la prueba sobre la inocuidad del maíz que el país vecino exporta a México, y de sus posibles derivados agrícolas, es responsabilidad de las empresas de biotecnología y de las autoridades estadounidenses, que cuentan con toda la información del MGM que se produce en su territorio.

Asimismo, que al manejo diferenciado de los riesgos, también debería aplicarse el principio precautorio, reconocido por los artículos 24.6 y 24.8 del T-MEC, que a su vez reconocen las obligaciones ambientales internacionales de los países parte, y que se encuentra en la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (principio 15), y el Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología (Artículo 1) del Convenio sobre la Diversidad Biológica, obligan a México a aplicarlo.
“En México las productoras y productores de maíz pedimos a este Gobierno que contra demande a Estados Unidos porque nuestra contraparte ha incumplido con los beneficios que prevé el T-MEC, es decir, la garantía de inocuidad y no daño, pues no se han considerado las maneras de consumo humano de maíz en México”, afirmaron.

“Por último, solicitamos que México exija una indemnización por el incumplimiento de los beneficios que mencionamos y que están contemplados en el T-MEC”, finalizaron.

El pasado 17 de agosto, la Secretaría de Economía (SE) recibió la solicitud de la Oficina de Representación Comercial de Estado Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) en la que pidió la creación de un panel de resolución de controversias sobre el decreto de prohibición de maíz transgénico.
A través de un comunicado, la SE dio aviso que fue notificada formalmente por la USTR sobre su intención de dirimir a través de un panel arbitral del Capítulo 31 del T-MEC.

Al respecto, la SE aseguró que está preparada para defender la posición mexicana en el panel internacional, esto con el fin de demostrar dos cosas: que la regulación nacional es consistente con los compromisos sucritos en el Tratado; y que las medidas impugnadas no representan afectaciones comerciales.

Una vez solicitado el panel, el siguiente paso es la designación de sus miembros y, possteriormente, dichos panelistas deberán emitir un calendario procesal. Esto hace que la decisión del panel pueda darse a conocer en el transcurso del 2024, detalló la SE.


Katherine Tai, titular de la USTR, declaró que el Gobierno estadounidense tomó esta decisión en respuesta al decreto presidencial, con el argumento que estas medidas carecen de fundamentos científicos y ponen en peligro el acceso al mercado que México se comprometió a proporcionar en el T-MEC.

“Estados Unidos ha utilizado las herramientas provistas por el T-MEC para intentar resolver las preocupaciones por las medidas biotecnológicas de México. Hoy, Estados Unidos está tomando el siguiente paso para hacer cumplir las obligaciones de México en el T-MEC”, afirmó Tai.

“Es fundamental que México elimine sus medidas de biotecnología inconsistentes con el T-MEC para que los agricultores estadounidenses puedan seguir accediendo al mercado mexicano y utilizar herramientas innovadoras para enfrentar los desafíos climáticos y de seguridad alimentaria”, agregó.


Por su parte, Tom Vilsack, Secretario de Agricultura de Estados Unidos, reiteró que el decreto de México no se basa en evidencia científica que muestre que el maíz transgénico es dañino para la salud.

“El enfoque de México hacia la biotecnología no se basa en la ciencia y va en contra de décadas de evidencia que muestra la seguridad y el riguroso sistema de revisión regulatoria que se basa en la ciencia y que garantiza que no representa ningún daño para la salud humana y el medio ambiente”, dijo.

La USTR anunció que tras haber concluido los 75 días de consultas sin llegar a un acuerdo entre ambos países, Estados Unidos dará el siguiente paso que es el establecimiento del panel, en el que a partir de ahora son 30 días para nombrar a las y los panelistas que conformarán el equipo, quienes tendrán hasta 180 días para emitir el fallo.

EL DECRETO PRESIDENCIAL

La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), del Gobierno de México publicó el pasado el 13 de febrero de 2023, en el Diario Oficial de la Federación (DOF), un decreto por el que se prohíbe adquirir, utilizar, distribuir, promover e importar maíz genéticamente modificado en el país.

El decreto del Gobierno de México estableció como periodo de transición para el desarrollo y escalamiento de las acciones previstas, el cual comprende de la fecha de entrada en vigor del mismo y hasta el 31 de marzo de 2024.

Según el decreto, el Gobierno federal busca fomentar el establecimiento y generación de alternativas y prácticas “sostenibles y culturalmente adecuadas, que permitan mantener la producción agrícola y resulten seguras para la salud humana, la diversidad biocultural del país y el medio ambiente, libres de sustancias tóxicas que representen peligros agudos, crónicos o subcrónicos”.


El pasado 24 de junio, México impuso un arancel del 50 por ciento a la importación de maíz blanco con el objetivo de impulsar la producción nacional y evitar el ingreso de grano modificado genéticamente, según López Obrador.

El maíz blanco fue uno de los alimentos de la canasta básica que quedaron exentos de aranceles a principios de año en un intento del Gobierno de controlar la inflación en el país. Pero según el decreto, esa decisión “no ha generado un impacto significativo en la disminución de precios en el mercado nacional, por lo que se considera pertinente eliminarla”.

México importa poco maíz blanco —el que se usa para consumo humano— principalmente de Estados Unidos y de Sudáfrica. Pero como la imposición de aranceles choca, en principio, contra el tratado de libre comercio norteamericano podría complicar la controversia comercial que ya tiene el país con Washington y Canadá por el comercio de maíz modificado genéticamente.

México quiere restringir el maíz transgénico para el consumo humano —el blanco— y, a la larga, vetarlo también para la alimentación animal —el maíz amarillo o forrajero—, algo que sus dos socios del norte dicen que dañaría el comercio en la región. Sólo de Estados Unidos, México lleva años importando maíz transgénico amarillo por un monto de unos tres mil millones de dólares anuales porque ese producto es deficitario en el país.

Tanto Estados Unidos como Canadá consideran que los miedos mexicanos a los peligros de ese maíz modificado genéticamente no están sustentados por la ciencia y por ello activaron un instrumento para solucionar controversias que existe en el seno del tratado de libre comercio norteamericano, el T-MEC, y que, de no llegarse a un acuerdo, podría acabar en sanciones.

El Presidente López Obrador ha dicho no tener miedo a las controversias y ha insistido en que sólo se debe usar para consumo humano el blanco nacional, en primer lugar para apoyar el mercado mexicano y también porque el importado, aunque más barato, está modificado genéticamente.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: REDACCIÓN.

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