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» » » » » Corrupción en Morelos: empresas que incumplieron con Cuauhtémoc Blanco fueron contratadas por IMSS-Bienestar y actual gobernadora

El incumplimiento de contratos que les asignó el gobierno de Morelos con Cuauhtémoc Blanco no impidió que la nueva gobernadora, Margarita González Saravia, y el IMSS-Bienestar hayan contratado de nueva cuenta a empresas de la red que formó Joan Christian Carmona Barón, consejero estatal de Morena.

Jennifer tiene 20 años y vive en Coatetelco, Morelos, donde cuida a su suegra de 75 años. La llevó a la clínica comunitaria para revisar sus niveles de azúcar, pero la enfermera no pudo hacerlo: no tenía tiras para medir la glucosa. No es la primera vez que enfrenta carencias. Cuando sus hijos enferman de diarrea y los lleva a consulta, no le dan ni Loperamida, un medicamento básico que cuesta menos de 30 pesos en farmacias.

Coatetelco es un municipio rural donde 8 de cada 10 personas viven en pobreza y no tienen seguridad social. La carretera por la que se llega está rodeada de campos de cultivo y es común que ovejas, caballos o vacas se atraviesen por el camino.

Jennifer toma un mototaxi a las 6 de la mañana para bajar del cerro en el que vive y, después de media hora de camino, ser de las primeras en llegar a la clínica comunitaria. Ahí espera hasta cuatro horas para que un médico la reciba.

El centro de salud de Coatetelco es la única opción en su comunidad. Es de un solo nivel. Tiene consultorios, pero la gente se queja de que no hay personal médico. La farmacia es un cubículo pequeño donde una trabajadora despacha los pocos medicamentos que hay.

Ante las carencias y para no perder tiempo, la familia de Jennifer compra por su cuenta Glibenclamida y Metformina, el tratamiento para controlar la diabetes de su suegra, con los 200 pesos de salario al día que su esposo gana como campesino. Las medicinas cuestan entre 350 y 500 pesos, por eso no siempre puede comprarlas. “En veces, pues no tenemos lo suficiente y hasta dejamos luego así por no haber dinero” (sic), dice la joven.

Las carencias no sólo están en los municipios más pobres de Morelos. También en la capital del estado, Cuernavaca, comúnmente llamada “ciudad de la eterna primavera”, rodeada de casas veraniegas y spas.

José Luis Flores va al Hospital General de Cuernavaca cada tres meses a recoger una caja de Sitagliptina, un medicamento para tratar la diabetes que padece su madre. Este día, como el anterior, le dijeron que no había. Se fue con las manos vacías y la preocupación de cómo hará para comprar la medicina que cuesta 1,500 pesos.

“Hay mucho desabasto de medicamento”, lamenta. “Vengo aquí desde hace un año y casi siempre falta. Nos afecta porque lo debemos comprar, es un desfalco a la economía de la familia”, dice José Luis, dedicado a vender galletas en las calles de Cuernavaca.

Hace tres meses tuvo que suspender el tratamiento de su madre porque no juntó el dinero para la Linagliptina. Esto la afecta a tal grado que cada vez es más frecuente que el aumento en su nivel de azúcar los obliga a salir corriendo en busca de algún médico.


IMSS-Bienestar contrata a empresa que incumplió con entrega de medicamentos

La clínica comunitaria de Coatetelco y el Hospital General de Cuernavaca tienen algo en común: la empresa que debe surtir sus farmacias es C&M Distribuidora de Medicamentos y Material de Curación S.A. de C.V.

Se trata de la misma empresa que en 2023 incumplió con la entrega de medicinas y material de curación a más de 200 hospitales y clínicas de salud de Morelos, durante el gobierno de Cuauhtémoc Blanco. Aun así, Servicios de Salud de Morelos pagó al menos 207 millones de pesos, según señaló la Auditoría Superior de la Federación.

A pesar de ese antecedente, nuevamente tiene un contrato por 32 millones de pesos que esta vez le fue entregado por el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, a través del IMSS-Bienestar, en una adjudicación directa.

De acuerdo con el contrato número CE-MOR-SERV-011-2025, la empresa debió hacer la recolección, almacenamiento y distribución de medicamentos en las farmacias de más de 200 hospitales, lo que se conoce como “última milla”, entre el 22 de abril y el 30 de junio de 2025.

Así consta en el documento firmado por Jair Jiménez Gil, coordinador estatal de los Servicios de Salud del IMSS-Bienestar en Morelos, e Iván Herrera Espinosa, titular de la jefatura de Servicios Administrativos y Finanzas. Sin embargo, los pacientes comprueban el desabasto cada vez que van por sus medicinas y no se las entregan, como relatan las personas entrevistadas.

Entre los faltantes están fármacos básicos, como Linagliptina, Trayenta y Eritropoyetina, para atender la diabetes; la Loperamida, básica para el dolor de estómago, o el Losartán, fundamental para controlar la presión. Uno de los pacientes se quejó incluso de que no hay jarabe para la tos.

En los recorridos realizados por Animal Político en el Hospital General de Cuernavaca, el Hospital de la Mujer de Yautepec y las clínicas comunitarias de Yautepec y Coatetelco, se comprobó que las farmacias de las unidades médicas tienen los letreros de C&M y los trabajadores usan batas con el logo de esta empresa.

Además, continúa dando servicios al gobierno federal. En su página de Facebook ofrece trabajo eventual para Rutas de la Salud, el programa de Claudia Sheinbaum para distribuir medicinas que arrancó el 19 de agosto en Morelos, con 24 camionetas que repartirían 416 mil medicamentos en 204 centros de salud y unidades médicas de los 36 municipios del estado.

Animal Político buscó al IMSS-Bienestar para tener más información del tema. En una nota informativa, la dependencia descartó que hasta ahora haya tenido un problema en la distribución de medicamentos con C&M, y señaló que la contratación de esta compañía se dio porque el gobierno no cuenta con la infraestructura necesaria para recibir y distribuir las medicinas para los hospitales.

Red de empresas favorecidas con millones de pesos en contratos

C&M Distribuidora de Medicamentos y Material de Curación es parte de una red de tres empresas creadas entre 2019 y 2022, y que a los pocos meses de su constitución comenzaron a recibir contratos millonarios del gobierno de Cuauhtémoc Blanco.

Santek Health S.A. de C.V. y Comercializadora Manhos S.A. de C.V. son las otras dos empresas que forman parte de la red. Ambas fueron señaladas por la Auditoría Superior de la Federación por haber incumplido contratos en 2023.

Además de incumplir sus contratos, la red de empresas tiene en común que tres de sus integrantes han sido accionistas y representantes legales de Farmacéutica Medikamenta S.A. de C.V., otra compañía propiedad de Joan Christian Carmona Barón, consejero estatal de Morena y precandidato a una diputación federal en 2023, como reveló Animal Político este 29 de septiembre.

Carmona Barón es primo hermano de Héctor Barón Olivares, exdirector de los Servicios de Salud de Morelos, institución que benefició a la red de empresas con contratos por al menos mil 161 millones de pesos durante el sexenio de Cuauhtémoc Blanco.

Santek Health, otra empresa que incumplió y sigue siendo contratada

Santek Health S.A. de C.V., otra empresa de la red beneficiada durante la administración de Cuauhtémoc Blanco, ha sido favorecida también por la administración de Margarita González Saravia, actual gobernadora de Morelos.

De acuerdo con la Auditoría, esta empresa incumplió con el servicio integral de anestesia a hospitales de Morelos en 2023. A pesar de eso, en el primer año del gobierno de González Saravia recibió siete contratos por hasta 84 millones de pesos.

Entre el 1 y 3 de octubre de 2024, unos días después de que asumiera como gobernadora, Servicios de Salud de Morelos contrató nuevamente a Santek Health a través de tres adjudicaciones directas por hasta 49 millones 215 mil pesos, para servicios por dos meses. Los contratos fueron firmados por la titular, Jacqueline Hernández Ruiz.

En el primer semestre de 2025 recibió otros cuatro contratos por 34 millones 830 mil pesos. Dos de ellos, para realizar hasta 1,036 servicios integrales de anestesia por mes, que incluye proveer equipo, insumos y recursos humanos.

Los servicios deben ser prestados en el Hospital General de Jojutla, Cuernavaca, Axochiapan, Cuautla, Temixco y Tetecala; los hospitales comunitarios de Puente de Ixtla, Ocuituco y Jonacatepec; y el Hospital Comunitario de Hospital de la Mujer de Yautepec.

Otros dos contratos son para realizar hasta 315 servicios para laparoscopía y endoscopía (cirugías de mínima invasión para detectar afectaciones o tumores en el aparato digestivo) en el Hospital General de Cuernavaca, en las áreas de cirugía general, oncología, ginecología, urología y cirugía pediátrica.

Ambos servicios fueron incumplidos por Santek Health, como comprobó la Auditoría Superior de la Federación. Del contrato por anestesias de 2023 cobró 37 millones de pesos, pero no hubo ninguna evidencia de que haya realizado el servicio.

Tampoco hay prueba de la realización de los 11 mil servicios de laparoscopía y endoscopía que debía realizar en 2022, y por los que recibió otros 37 millones de pesos del gobierno de Cuauhtémoc Blanco.


“No hay material ni medicinas”, lamentan pacientes de Morelos

Cristina Pérez, mujer de 59 años y trabajadora del hogar, acompaña a su esposo, de oficio albañil, una vez a la semana al Hospital General de Cuernavaca para que reciba su diálisis y medicamento contra la diabetes, aunque no siempre le brindan una atención completa.

“Nos dijo la enfermera de diálisis que no hay material, se tiene que comprar, pero es muy caro. Ojalá Dios quiera y llegue porque hay mucho paciente que necesita la diálisis”, dice Cristina sentada en una jardinera del Hospital General de Cuernavaca, donde espera a que le den información de su esposo.

La falta de insumos para diálisis no es la única carencia. “Los medicamentos caros son los que hacen mucha falta”, señala Cristina, quien debe comprar la Trayenta, medicina para controlar el nivel de azúcar, que cuesta entre 1,800 y 2,100 pesos. También debe conseguir la Eritropoyetina, con un costo de entre 1,300 y 1,800 pesos, para evitar que se agrave el problema de diabetes de su esposo de 60 años.

“Yo trabajo dos días a la semana y me dan 700 pesos, y si las inyecciones cuestan mil y pico tengo que ver cómo comprarlas porque son tres veces a la semana. Lunes, miércoles y viernes se las tienen que poner a mi esposo”, comenta Cristina.
A un lado de la entrada principal del Hospital General de Cuernavaca se encuentra una farmacia donde Cristina hace fila para recibir sus medicinas. Dentro del módulo de abasto hay un letrero con el nombre de C&M Distribuidora de Medicamentos y Material de Curación, la compañía encargada de este espacio. El trabajador que se encarga de surtir las recetas también tiene una bata con el nombre de la empresa.

La ventanilla se llena especialmente en las mañanas, cuando la mayoría de la gente acude a sus citas médicas. Cristina pasa hasta dos días fuera del hospital mientras dializan a su esposo, lo que le quita tiempo para trabajar y es un problema para ella: los gastos de los medicamentos corren por su cuenta, ya que su pareja era albañil y ahora no puede hacer trabajos pesados por la mala condición de sus riñones.

“Que nos ayuden a enviar el medicamento porque en realidad hay muchas personas que sí lo necesitamos porque somos de bajos recursos, no tenemos la capacidad de estarlo comprando”, pide Cristina a las autoridades.

Población pide garantizar abasto de medicamentos

Abimael Cabañas, joven de 20 años, acudió al centro de salud de Yautepec para que atendieran a su bebé de cuatro meses por una enfermedad del estómago. El médico que revisó a la pequeña le recetó el antibiótico Metronidazol, aunque no lo tenían en la farmacia y tuvo que conseguirlo en una privada. Cuando no le dan las medicinas que requiere gasta alrededor de 500 pesos para conseguirlas, dinero que en ocasiones debe pedir prestado.

“He venido en varias ocasiones por cuestiones de salud y al ir por la medicina no la tienen. A veces son algunos medicamentos un poco básicos, como jarabe para la tos para niños y a veces no lo tienen”, comenta Abimael.

Aurelia, su suegra, lo acompañó. Ella es paciente del mismo lugar desde hace diez años por la hipertensión que padece, y ha sido testigo de la escasez de medicamentos como Losartán y Nifedipino, necesarios para tratar la presión arterial.

Ella usa su Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores para comprar los medicamentos que no le dan en el centro de salud. Gasta unos 80 pesos en sus medicinas cuando hay escasez.

“A veces uno no tiene el dinero, pero hay que comprar la medicina porque es lo lógico, hay que tomarla aunque ahorita está todo muy caro”, menciona Aurelia, mujer viuda que solo tiene una hija que la apoya.

Desde hace cuatro años, Eva Vergara es otra paciente del centro de salud de Yautepec, al que acude una vez al mes por su padecimiento de hipertensión y diabetes. De los medicamentos que ella utiliza, el Nifedipino para la presión arterial es el que más escasea. A veces se lo dan dos veces seguidas y en su tercera visita ya no se lo entregan.

La farmacia del centro de salud tampoco tuvo insulina en noviembre y diciembre de 2024. Eva, mujer de 58 años, tenía una reserva que le ayudó a sentirse bien en ese periodo. Cuando no le dan sus medicamentos gratuitos gasta unos 250 pesos para conseguirlos.

Aunque actualmente hay desabasto, Eva considera que hace cuatro años, cuando empezó a acudir al centro de salud de Yautepec, la falta de medicamentos era más evidente.

Ella, como otros pacientes, pide a las autoridades garantizar el abasto de medicinas: “Es importante surtir el medicamento para nosotros que tenemos una enfermedad que ya no se nos va a quitar. No nada más soy yo, mucha gente acude aquí o a otros lugares y si no hay medicamento, pues hay que comprarlo. Me gustaría que lo tuviéramos siempre, pero si no se puede ¿qué le podemos hacer?”.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO (UNIDAD DE INVESTIGACIÓN)
AUTOR: ALEXIS ORTIZ.

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