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El crimen organizado lleva años aprovechándose de niños vulnerables para reclutarlos

En un estudio de 2017, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) entrevistó a 452 adolescentes en centros de detención; el 35 por ciento aseguró que pertenecía a un grupo de la delincuencia organizada.

La detención de un menor de 15 años de edad, la madrugada del pasado domingo 12 de octubre, quien está acusado de los delitos de homicidio, secuestro y venta de drogas en Tabasco, recordó casos de otros menores involucrados en actividades ilícitas como el “El Ponchis” o “El Cachetes” y evidenció cómo el crimen organizado en México continúa con el reclutamiento de niñas, niños y adolescentes.

Aunque actualmente no existen cifras oficiales por parte del Gobierno que permitan precisar cuántas niñas, niños y adolescentes han sido reclutados por parte del crimen organizado a lo largo del territorio mexicano, diversas organizaciones civiles e investigaciones periodísticas han intentado documentar las dinámicas de los grupos delincuenciales para involucrar a las infancias en estos contextos.

En 2019, un estudio realizado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), reveló que más de 30 mil niñas, niños y adolescentes en México formaban parte del crimen organizado. Asimismo, esta dependencia llevó a cabo 452 entrevistas, en 2017, a adolescentes en centros de detención, de los que el 35 por ciento aseguró que pertenecía a un grupo de la delincuencia organizada.

Además, de ese 35 por ciento que aseguró que pertenecía a un grupo de la delincuencia organizada, “la mayoría señaló que fueron reclutados entre los 12 y 14 años”. Mientras que, del total de los adolescentes entrevistados en centros de detención, otro 17 por ciento indicó que cometió algún delito en asociación con integrantes de la pandilla de la que formaban parte, así se puede leer en el estudio de la CNDH.

Por su parte, un informe de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) y el Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad, Justicia y Legalidad (ONC), publicado en septiembre de 2021, destacó que la “utilización de personas menores de 18 años por grupos delictivos en México”, es una “excelente inversión” para estas organizaciones, ya que el sistema de justicia en México no prevé sanciones severas para este sector.

A esto se suma que existe una prescripción pronta de los delitos y que “no existe una vinculación entre el Sistema de Justicia para Adolescentes y el Sistema Justicia para Adultos”, señala el informe titulado Reclutamiento y utilización de niñas, niños y adolescentes por grupos delictivos en México, en el que se reiteró que “quienes entre los 12 y 18 años cometen un ilícito son sentenciados por un mínimo de tiempo”.

“El Sistema de Justicia Penal para Adolescentes tiene ciertas ventajas que son explotadas por los grupos delictivos. La utilización y el reclutamiento de niñas, niños y adolescentes resulta particularmente benéfica y redituable debido a que, en caso de ser detenidos a) se les dota de asesoría jurídica gratuita especializada, b) los delitos prescriben prontamente, c) las sentencias tienen una duración máxima de cinco años”, detalló el informe.


Por otro lado, la REDIM y el ONC también destacaron en su estudio que al ser tan jóvenes las organizaciones criminales logran que éstos menores generen un sentido de pertenencia con las bandas criminales, ya que se crean “lazos profundos”, a partir de las relaciones de colaboración, e incluso miedo, que se dan dentro de estas bandas delincuenciales, ya que los menores crean una “especie de espacio social” en donde pueden desarrollarse.

“El involucramiento de los niños, niñas y adolescentes es una 'excelente inversión' para la delincuencia organizada. La corta edad de los miembros les permite retomar actividades ilegales con facilidad en caso de tener breves encuentros con el sistema de justicia, además, otro beneficio de su juventud es la creación de lazos profundos con las personas con las que se relacionan a partir de la colaboración o el miedo”, enfatizó el informe.

El documento también contempla los aspectos aspiracionistas que los menores tienen como incentivos para ingresar de manera voluntaria a las organizaciones criminales. “En muchas ocasiones, los incentivos que tienen las niñas, niños y adolescentes de participar en actividades delictivas son de corte aspiracionista y se suelen desprender de su percepción de desigualdad, así como de la falta de alternativas para un proyecto de vida”.

Y es que, retoma el informe, a pesar de que en muchos casos los menores no logran mejorar sus condiciones “socioeconómicas a largo plazo”, el “espacio social” que conforman al interior de estas organizaciones, el algunos casos, les permite desarrollarse, pese al peligro que represente ese ambiente y los “diversos ejercicios de violencia y a la vulneración de sus derechos” a los que están expuestos.

“El modo de vida que experimentan las niñas, niños y adolescentes reclutados por grupos delictivos si bien puede no llegar a mejorar sus condiciones socioeconómicas a largo plazo, sí puede implicar la conformación de una especie de espacio social y de desarrollo dependiendo de las características de cada caso en particular. Pese a ello, es importante no olvidar que emprender este camino conlleva estar expuesto a diversos ejercicios de violencia y a la vulneración de sus derechos”, indicó el informe.

“Cuando las niñas, niños y adolescentes son reclutados o utilizados se les imparte cierto tipo de adoctrinamiento para que interioricen voluntariamente o no la identidad del grupo en cuestión. Es preciso mencionar que ello no solo conlleva cierto tipo de valores criminales, sino expresiones lingüísticas y prácticas de consumo y de ocio. Ello se lleva a cabo con la finalidad de generar cierto sentido de pertenencia al grupo delincuencial aunque este, en ocasiones, no llegue a ser del agrado de las víctimas”, agregó.

En esta misma línea, el documento de la Redim retomó un informe de la CNDH de 2017, en el que reiteró sobre el aspecto aspiracionista de los menores para formar parte de alguna organización delictiva, ya que estas se representan como una oportunidad para lograr un estilo de vida que de otra manera no podrían obtener.

“Hay una gran diversidad en las motivaciones que acercan a niñas, niños y adolescentes a la delincuencia organizada: está el deseo de tener un estilo de vida, emulaciones, poder y otros lujos y excesos, la aspiración por imitar a modelos o personajes de su entorno, el afán por formar parte de un grupo de identidad, las implicaciones que les produce vivir constantemente en situaciones de peligro”, indicó el informe.


En cuanto a las regiones en donde se presentan más casos de reclutamiento infantil, la REDIM y el ONC destacaron en su informe que ésto también va a depender del lugar, ya que no es el mismo reclutamiento que se presenta en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México o en estados como Sinaloa o Chiapas, debido a que se debe tomar en cuenta la prevalencia de los delitos que hay en cada región.

Lo anterior está relacionado con la llamada narcocultura que existe en ciertos lugares de México, que también es parte de la motivación de los menores para ingresar a las filas del crimen organizado, lo que presenta una complejidad para analizar el fenómeno, debido a que el reclutamiento infantil estaría relacionado “con el tipo de organización presente en el lugar, con su capital geográfico, con prácticas delictivas ancladas e hiperespecializadas y con estrategias operativas específicas de los grupos que operan en la región”.

Por su parte, un estudio publicado por la organización Reinserta, en 2021, retomado por la agencia de noticias AP, también destacó tocados por Redim. Primero, el hecho de que a las personas menores de 18 años, la justicia no las procesa como adultos, por lo que los cárteles del narcotráfico las utilizan inicialmente para vigilar las calle, lo que se conoce como “halcones” y para vender drogas en las calles, y después los ascienden a sicarios,

Segundo, también retoma la denominada narcocultura que existe en ciertas regiones de México, que estaría motivando a los menores a ingresar a las filas del crimen organizado, ya que los infantes se ven atraídos por las drogas, las armas y las actividades delictivas que sus líderes les van asignando, por lo que, incluso, señala el reporte, en el norte del país, los jóvenes ascienden con más rapidez en actividades violentas que los menores del sur de México.

Por ejemplo, Reinserta retomó el caso de un sujeto al que identificó como Orlando quien, a pesar de no sufrir violencia ni abusos durante su infancia, decidió unirse a las filas de un cártel atraído por la narcocultura. Incluso, reconoció que gustaba de los corridos, de las narcoseries, de las armas y de los automóviles, por lo que durante su permanencia en esa organización criminal, de los 10 a los 16 años, asesinó a 19 personas, pero por ser menor de edad sólo cumplía una condena de cuatro años.

Aunque recordó que la primera vez que se enfrentó a un cadáver tuvo miedo, después normalizó ese contexto, y a los 11 años de edad, ya se desempeñaba como sicario, quien, además, descuartizaba y disolvía en ácido los restos de las víctimas que asesinaba, hecho que, aseguró, con el paso del tiempo no le hacía sentir nada, ni siquiera remordimiento o culpa, señala el reporte de Reinserta.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: NORA GASPAR RESÉNDIZ.

Un menor de 15 años es detenido en Tabasco por homicidio, secuestro y venta de droga

El menor, identificado como Derek Jair “N”, alias “El Niño Piedra” o “El Niño Sicario”, está acusado de los delitos de homicidio, secuestro y venta de drogas en Tabasco.

Un menor de 15 años fue detenido la madrugada del pasado domingo 12 de octubre por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSyPC) de Tabasco,  por distintos delitos, entre ellos homicidio. Este caso recordó al de otros menores que se involucraron en actividades ilícitas como el adolescente conocido como el “El Ponchis” o “El Cacheteas”.

El menor fue identificado como Derek Jair “N”, alias “El Niño Piedra” o “El Niño Sicario”, quien está acusado de los delitos de homicidio, secuestro y venta de drogas en Tabasco, en donde elementos del equipo de Fuerza Interinstitucional de Reacción Táctica (FIRT) Olmeca realizaron un operativo que llevó a la captura del menor.

Junto a Derek Jair “N”, quien portaba un fusil tipo subametralladora Uzi, calibre 9 milímetros, se detuvo a un hombre identificado como José Asunción “N”, alias “El Chuncho”, de 37 años de edad, a quien se le señala de ser operador de un sujeto conocido como “El Chicle”, líder del crimen organizado y actualmente recluido en el Centro de Reinserción Social del Estado de Tabasco (CREST).

Durante el operativo que llevó a la aprehensión del menor y de “El Chuncho” –el cual tuvo lugar en la carretera Villahermosa-La Isla, cerca de la ranchería Corregidora, en donde los dos sujetos intentaron incendiar un domicilio– el adolescente intentó escapar y disparar su arma contra los agentes de la FIRT, sin embargo, éste se atascó, lo que les permitió al personal de Seguridad Pública detener a los dos presuntos criminales.

Las autoridades también confiscaron varias bolsas de plástico que contenían sustancias como marihuana y metanfetamina, así como armas largas, 23 cartuchos útiles, cartulinas con “narcomensajes” y un teléfono celular que contiene material que involucra al menor con dos delitos más: el secuestro de una mujer y el asesinato de otra persona que habría sido enterrada en el municipio de Paraíso, Tabasco.


Tanto los detenidos como los artículos decomisados fueron trasladados a la Fiscalía General del estado (FGE) de Tabasco, en donde se determinará su situación jurídica.

Aunque actualmente no existen cifras oficiales que precisen cuántas niñas, niños y adolescentes han sido reclutados por parte del narcotráfico, se estima que los cárteles del narcotráfico anualmente reclutan “entre 35 y 45 mil niñas, niños y adolescente, ofreciéndoles promesas de dinero rápido y protección”, según datos de la organización Tejiendo Redes Infancia.

De acuerdo con un informe de este organismo, los cárteles ven a las infancias “como un blanco fácil debido a su vulnerabilidad, su necesidad de pertenencia e identidad propia y su búsqueda de sobrevivencia”, por lo que les ofrecen “promesas de dinero rápido y protección”, y les asignan tareas de “mensajeros o halcones, el tráfico y la venta de drogas o incluso cometer robos, extorsión y homicidio”.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: REDACCIÓN.

Rocha reconoce casos de menores reclutado por el crimen organizado en Sinaloa

El mandatario lamentó el asesinato de un joven de 15 años en Culiacán y aseguró que su gobierno trabaja para prevenir que más adolescentes sean atrapados por la violencia.

Tras el asesinato de un adolescente de 15 años en la comunidad de Juntas del Humaya, Culiacán, el gobernador Rubén Rocha Moya reconoció que sí existen casos de menores reclutados por grupos criminales en Sinaloa, aunque —dijo— no de forma generalizada.
“Sí, definitivamente no. Es definitivo… lamentablemente son los criminales los que actúan. En Pánuco (Concordia) había chamacos equipados (armados), y esto de que los reclutan para la confrontación es muy lamentable. Sí está ocurriendo, no muy generalizado, pero sí hay casos”, declaró el mandatario estatal.
Rocha señaló que su administración trabaja en acciones para evitar que adolescentes sean cooptados por organizaciones delictivas, asegurando que uno de los ejes es atender la pobreza y la falta de oportunidades.
“Ya ven ustedes que están saliendo de la pobreza 13.6 millones de personas, parte de esos son de Sinaloa. Somos gobiernos que estamos dando trabajo para que salgan de la pobreza… necesitan tener trabajo y asistencia de todo tipo. Nuestro slogan es: por el bien de todos, primero los jóvenes”, expresó.
El caso que originó estas declaraciones ocurrió el pasado 14 de agosto, cuando sujetos armados ingresaron por el patio a una vivienda en Juntas del Humaya y dispararon contra un joven de 15 años, quien murió en el lugar. De acuerdo con autoridades de seguridad, la víctima presentaba impactos de arma de fuego en cabeza y tórax.

Se trataba de Pavel N, de 15 años de edad y de quien, de acuerdo a testimonios de familiares, se dijo que el joven presentaba autismo.

Menores son reclutados por el narco

La Secretaría de Seguridad Públicas del Estado (SSPE) confirmó que desde septiembre de 2024 hasta el pasado 31 de julio, fecha en la que se recrudeció la violencia en Sinaloa derivado de una guerra internar entre dos facciones del Cartel de Sinaloa, al menos 52 menores de edad habían sido detenidos y recluidos en el Centro de Internamiento para Adolescentes.

El llamado tutelar de menores, ubicado en Aguaruto junto al penal de Culiacán, ha visto un incremento en su población como reflejo del deterioro social que arrastra el estado. El fenómeno coincide con la ola de violencia entre grupos del crimen organizado, que ha intensificado su presencia en comunidades urbanas y rurales, reclutando a menores de edad para diversas tareas delictivas.

El asesinato de Pavel ha reavivado el debate sobre el reclutamiento forzado de menores en Sinaloa y la necesidad de reforzar estrategias preventivas que no solo atiendan la seguridad, sino también las condiciones sociales que alimentan este fenómeno.

FUENTE: REVISTA ESPEJO.
AUTOR: SCARLETT NORDAHL.

Narco mexicano alimenta filas de "pollitos de colores" con niños cada vez más jóvenes

Reuters habló con 10 "pollitos" en activo, seis "expollitos", así como cuatro miembros de cárteles, quienes confirmaron que reclutan a jóvenes cada vez más pequeños, incluso niños.

Cuando tenía 12 años, Sol, junto con otros seis menores de edad, cometió su primer asesinato para un cartel mexicano. Unos meses antes había sido reclutada para engrosar las filas de los “pollitos de colores” y ascender rápidamente en una red criminal.

Adicta a la metanfetamina desde los nueve años, la ahora estudiante de 20 años contó que fue enrolada en la organización por un conocido mientras vendía rosas a las afueras de un bar. Comenzó como “halcona” (espía), pero pasó velozmente a secuestrar, torturar y matar por encargo.

Al cártel le gustaba su entusiasmo infantil por aprender nuevas habilidades, su lealtad incondicional y, quizás lo más importante, que su condición de menor de edad la protegía de un castigo severo si la policía la atrapaba, pero además aprovechó su vulnerabilidad como una niña marginada, pobre y abandonada.

“Obedecía al jefe ciegamente”, dijo Sol a Reuters en un centro de ayuda a jóvenes en riesgo en el centro de México, donde intenta rehacer su vida para luego irse a vivir junto con su madre. “Pensé que me querían”.

La joven se negó a revelar cuántas personas mató durante su tiempo en el cártel, pero narró que cuando tenía 16 años fue arrestada por secuestro agravado —su único cargo penal— y puesta en un centro de detención juvenil por tres años y medio.

Abogados consultados por Reuters dijeron que este es un delito con una pena de entre 50 y 100 años cuando es cometido por un adulto.

Reuters mantiene en reserva el nombre completo de Sol así como el del cartel para el que trabajó por varios años, incluso liderando una pequeña célula, y también su ubicación.

La agencia de noticias no pudo verificar de forma independiente los detalles narrados por ella, pero representantes del centro de apoyo donde habita respaldaron su relato.

Expertos en seguridad dijeron que los niños, como en su momento Sol, son víctimas de una estrategia deliberada de los grupos del crimen organizado mexicano para reclutar a menores en sus filas, aprovechándose de su necesidad de pertenecer a algo similar a una familia, de protección, amor y reconocimiento social.

Entre miembros de los cárteles se les conoce como “pollitos de colores”, en referencia a los pollitos coloridos que hasta hace pocos años eran vendidos en ferias y mercados populares del país. Eran baratos, brillantes y vivían poco por la toxicidad de los productos con que los pigmentaban. Desde hace un tiempo en muchos estados del país quedó prohibido colorear las aves.

Reuters habló con 10 “pollitos” en activo, seis “expollitos”, así como cuatro miembros de cárteles, quienes confirmaron que reclutan a jóvenes cada vez más pequeños, incluso niños. Los preparan principalmente para ser sicarios, “halcones”, o ir al frente, pues “si no sirven para matar, servirán para que los maten”, dijo uno de ellos.

Sus experiencias revelan la creciente brutalización de la sociedad mexicana y el fracaso de las autoridades del país para abordar no solo la creciente influencia territorial de los cárteles, sino también su amplio arraigo cultural y la facilidad para atraer generaciones cada vez más jóvenes.

La presidencia de México, la Secretaría de Gobernación y la institución encargada de programas en apoyo a niñas, niños y adolescentes, DIF, de México no respondieron a las solicitudes de comentarios de Reuters sobre lo dicho por expertos.

La agencia de noticias contactó a miembros activos de los cárteles a través de Facebook y TikTok. Muchos compartieron fotos de ellos mismos sosteniendo rifles; uno tenía una gorra con un pollo de dibujos animados disparando armas automáticas, en referencia a los “pollitos de colores”. Tenían entre 14 y 17 años.

La mayoría de ellos dijo haber sido reclutados por familiares o amigos, uniéndose principalmente por el deseo de pertenecer a algo. Muchos ya luchaban contra sus propias adicciones a las drogas como la metanfetamina, sobre todo a la letal y adictiva droga conocida como “cristal”.

“Te unes con tu sentencia de muerte firmada”, dijo un adolescente de 14 años que ha trabajado para un cártel durante ocho meses y quien pidió el anonimato para protegerse. “Pero vale la pena”, agregó. Ahora, aseguró, no pasa hambre y tiene un sentido de familia.

Políticas fallidas

Aunque 15 expertos en seguridad y miembros de los cárteles afirman que el reclutamiento infantil es cada vez más común, la falta de datos concretos dificulta el seguimiento del problema.

La Oficina de Asuntos Laborales Internacionales del Gobierno estadounidense estima que unos 30,000 niños se han unido a grupos criminales en México. Grupos de defensa afirman que el número de niños vulnerables propensos a ser reclutados llega a 200,000.

No está claro cómo han cambiado las cifras con el tiempo, no obstante expertos afirman que los niños reclutados son cada vez más jóvenes.

Un informe gubernamental sobre el reclutamiento de niños por parte de cárteles, publicado el año pasado, reveló que menores de tan solo seis años se han unido al crimen organizado y también destacó el creciente uso de la tecnología, como los videojuegos y las redes sociales, para atraerlos.

El informe indicó que el 70% de los adolescentes reclutados por los cárteles crecieron rodeados de altos niveles de violencia extrema.

En 2021, autoridades mexicanas interceptaron a tres niños de entre 11 y 14 años en el estado de Oaxaca, quienes, según dijeron, estaban a punto de unirse a un cártel.

Desde entonces, la Guardia Nacional de México ha emitido directrices sobre el uso seguro de videojuegos, mientras que una propuesta legislativa se encuentra actualmente en la Cámara de Diputados para criminalizar la glorificación cultural del crimen en la música, la televisión y los videojuegos.

“Vemos que cada vez más (grupos criminales) cooptan desde edades más tempranas (…) ha crecido -este fenómeno- junto con las tecnologías”, dijo a Reuters Dulce Leal, directora de Incidencia y Política Pública de la organización Reinserta, dedicada a ayudar a menores que han sido víctima de grupos delictivos, al referirse a los videojuegos con sistemas de mensajería de chat integrados, aunque no dio más detalles.

En el mismo centro de rehabilitación del centro de México, Isabel, ahora de 19 años, recibe tratamiento por trauma extremo y depresión tras haber sido detenida varias veces y liberada por varios delitos menores luego de su paso por los “pollitos“.

Ella contó que su tío la reclutó cuando tenía 14 años. Él, siendo 20 años mayor que ella, se convirtió en su pareja sentimental y la ayudó a asesinar a un exprofesor que la violó cuando apenas tenía 11 años.

A los 16 años su tío la embarazó pero ella tuvo un aborto espontáneo, cree que debido a su alto consumo de drogas que la llevó casi a la muerte.

Reuters no pudo corroborar toda la versión de Isabel, pero su arresto como miembro anónimo de un cártel infantil se publicó en los medios de comunicación de la época.

Niños desechables

Si bien los niños más pequeños pueden ser útiles solo para tareas más sencillas, como entregar mensajes o trabajar como “halcones” (espías), su lealtad y maleabilidad rápidamente los convierten en un deseado activo.

También son baratos y fáciles de reemplazar. Para cuando cumplen ocho años, generalmente pueden “maniobrar” un arma y matar, dijo un miembro de un cártel.

Existen algunos paralelismos con los niños soldados que luchan en lugares como Sudán y Siria, pero los cárteles mexicanos difieren en su naturaleza lucrativa y posiblemente en la influencia cultural que ejercen.

También han surgido casos de asesinos de niños en otros lugares, como Suecia.

“Son niños desechables que pueden ser utilizados (…) pero que al final lo que esperan es la muerte”, dijo Gabriela Ruiz, especialista en temas de juventud de la Universidad Nacional Autónoma de México.

En 2021, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos instó a México a combatir el reclutamiento forzado de menores tras los informes de niños en el estado sureño Guerrero que se unieron a una fuerza de defensa comunitaria para combatir a los grupos criminales en la zona.

A pesar del enfoque gubernamental, bajo el expresidente Andrés Manuel López Obrador y ahora bajo la dirección de Claudia Sheinbaum, en combatir las raíces sociales de la violencia de los cárteles —incluyendo programas destinados a mantener a los niños alejados de las drogas y la delincuencia—, parece que se han logrado pocos avances mensurables, según los 15 expertos que hablaron con Reuters.

No existen programas gubernamentales específicos para rescatar de forma permanente a estos niños reclutados, añadieron, al referirse a campañas publicitarias que ha emprendido el gobierno con este fin.

Un problema es la falta de una legislación penal clara que sancione el reclutamiento de menores por parte del crimen organizado. Otro es el problema más amplio del trabajo infantil en México.

En 2022, según los datos oficiales más recientes disponibles, 3.7 millones de niños de entre 5 y 17 años ya trabajaban, aproximadamente el 13% de ese grupo de edad en México. Por ley, los niños en México pueden trabajar a partir de los 15 años si cumplen ciertos criterios, incluyendo la autorización firmada de sus padres.

Huyendo de la muerte

Daniel tenía 16 años cuando se unió a un cártel en un estado de la costa del Pacífico mexicano en 2021. El grupo se presentó en una fiesta a la que asistía y obligó a los jóvenes a unirse a punta de pistola.

Durante los tres años siguientes, Daniel trabajó para el cártel, se inició como “halcón” hasta convertirse en un sicario, e incluso llegó a cobrar dinero por protección. Muchos de sus amigos murieron en el camino, algunos a manos de rivales, otros a manos del propio grupo criminal; asesinados para dar ejemplo, porque se negaron a seguir órdenes o porque estaban maniobrando para ascender en la jerarquía.

En noviembre pasado huyó al norte de México para solicitar una cita de asilo en Estados Unidos, a través de la aplicación gubernamental CBP One, pero el programa fue desmantelado cuando Donald Trump asumió el cargo. Daniel lamenta haberse alejado de su pareja y su hijo de tres años.

Ahora se esconde cerca de la frontera. Teme por su vida y aún más de que su antiguo cártel vaya tras su pareja y su hijo por lo que planea ahorrar lo suficiente para pagarle a un traficante de personas que lo lleve a Estados Unidos.

“No tengo otra opción, tengo miedo de morir”, declaró a Reuters en el albergue para migrantes donde se alojaba.

Para Sol, su objetivo es empezar de nuevo. Estudia derecho y quiere construir una carrera y una vida estable lejos de la muerte y la violencia que causó y sufrió de niña.

Espera especializarse en derecho juvenil y ser mentora de niños más pequeños que se ven tentados por una vida delictiva.

“Nunca pensé que llegaría a los 20 años, siempre pensé que moriría antes”, dijo, conteniendo las lágrimas.

FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.

Menores reclutados por el crimen organizado deben ser atendidos como víctimas

Una de las consecuencias más nefastas que trajo la llamada “Guerra contra el Narcotráfico”, desatada durante el sexenio del presidente Felipe Calderón (2006-2012), fue el incremento de casos de niños, niñas y adolescentes reclutados por la delincuencia organizada. Hoy en día, por desgracia, este fenómeno social sigue afectando a buena parte del país.

Si bien se desconoce cuáles son las dimensiones reales de este problema (el número de estos niños, niñas y adolescentes oscila entre 35,000 y 460,000, de acuerdo con el estudio que se cite), sí se tiene muy claro que se presenta con más frecuencia en aquellos estados donde la inseguridad, la extrema violencia y las actividades de los grupos delincuenciales son cotidianas.

Niños de secundaria y preparatoria, el ejército del narco en el Triángulo Rojo de Puebla

Padres de familia y maestros viven amenazados por tratar de alejar a los niños de estas actividades.

Los niños y adolescentes de por lo menos cinco municipios del Triángulo Rojo de Puebla cambiaron los cuadernos, los lápices y las mochilas, por armas, dinero o las drogas, se han convertido en el ejército de los grupos de la delincuencia organizada en esta región del estado, pues resulta más económico sostenerlo y son más leales, les han vendido su alma, cuerpo, así como sangre.

Armar a niños y adolescentes en Guerrero pone en “alto riesgo” su vida, dice CNDH

La Comisión dijo que se debe evitar que las niñas, niños y adolescentes se involucren en grupos de autodefensa en el estado.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) pidió a autoridades federales y de Guerrero proteger a los menores de edad que aparecen en un video uniformados, con el rostro cubierto y portando armas.

Los niños y adolescentes de entre 6 y 19 años fueron presentados por como integrantes de la policía comunitaria organizada por la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de los Pueblos Fundadores (CRAC-PF).

Niño nahua cambia el sueño de ser médico para defender a su pueblo

Emiliano se incorpora a la CRAC-PF como otros cuatro menores presentados hoy como parte de la policía comunitaria, mientras otros 14, algunos de seis años, entrenan para unirse al cumplir 12.

Emiliano quería ser médico. Soñaba con vestir un uniforme blanco y curar los males de sus parientes. Pero esa idea ya quedó atrás.

“Tenía que saber cómo defenderme”, dice despacio y quedito bajo un pañuelo gris que cubre parcialmente su rostro, mientras recarga ambas manos en la culata de una escopeta 410, color caoba.

A los 13 años cree que no tiene oportunidad de llegar a estudiar medicina, una aspiración legítima de todo ser humano.