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» » » Salinas Pliego: el jugueteo de una posible candidatura opositora

Ricardo Salinas Pliego declara la guerra a la 4T en su peor momento como empresario por el riesgo de perder los millonarios juicios en México, luego de haber hecho su fortuna al amparo del poder.

El pasado 1º de septiembre, el sitio de sondeos Polls.mx publicó una nota cuya cabeza planteaba que “siete de cada diez mexicanos votarían por (Ricardo) Salinas Pliego en elecciones presidenciales, según encuesta”. De acuerdo con el texto, el 71.2% de los encuestados votaría por el magnate “en caso de que se postule para la Presidencia de México en 2030”, y ello, con un “nivel de confianza del 95% y un margen de error de más o menos 3%”.

Aunque no lo indique en su sección “¿Quiénes somos?”, el sitio que vaticinó un triunfo en las urnas de Ricardo Salinas Pliego en 2030 es parte del conglomerado mediático del multimillonario: lo administra una empresa llamada Upax GS, que fue creada por Salinas Pliego y su círculo más cercano de incondicionales el 28 de octubre de 2016.

No es casual que una empresa del magnate promoviera su figura como candidato presidencial: días antes, el 26 de agosto último, los noticieros de TV Azteca y ADN 40 dieron una amplia cobertura a una entrevista a modo de Ricardo Salinas Pliego con el periodista regiomontano Ramón Alberto Garza, fundador del medio Código Magenta, en la cual el magnate no descartó presentarse como candidato presidencial en 2030, con el objetivo anunciado de evitar que México se vuelva una dictadura comunista como Cuba o Venezuela.

La secuencia continuó el pasado 12 de septiembre, cuando el multimillonario convocó a un grupo de periodistas e intelectuales conservadores en TV Azteca, para anunciar la creación del “Movimiento Anticrimen y Anticorrupción” (MAAC), una plataforma política que entra “en resistencia en contra del régimen” de la llamada Cuarta Transformación y parece emular al MAGA, que llevó Donald Trump al poder en Estados Unidos.

Entre los integrantes de su nueva agrupación figuran varios de sus empleados, como Sergio Sarmiento, Javier Alatorre o Leonardo Curzio, así como su hijo, Benjamín Salinas Sada, el director de TV Azteca, pero también María Amparo Casar, presidenta de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).

En el evento de arranque del MAAC, Salinas Pliego indicó que buscaría alianzas con los partidos políticos de oposición con la idea de unificar a “ese 40% (de la población) que está en contra del régimen”, pero no confirmó que él será candidato a las elecciones que tendrán lugar dentro de cinco años, en las cuales Morena jugará su permanencia en el poder por tercer sexenio consecutivo.

Sin embargo, el 15 de septiembre se puso a sí mismo el traje del aspirante a la presidencia cuando publicó un video –ampliamente difundido en los medios que le pertenecen– en el que realizó una suerte de “contragrito” de Independencia e invitó a los mexicanos a unirse a su movimiento. En su mensaje, que dio con una bandera de México y otra de la Virgen de Guadalupe atrás, el magnate urgió a las personas a elegir la “resistencia” contra Morena, bajo el tríptico “Vida, propiedad y libertad”.

En esta secuencia de actos que lo presentan como presidenciable, Salinas Pliego dio a conocer su narrativa principal de ataque contra “el régimen”: acusa a Morena de querer imponer una dictadura “comunista” de partido único; afirma que la Cuarta Transformación llevó la corrupción a niveles nunca vistos antes, y sostiene que la delincuencia está desbordada.

Este coqueteo con una potencial postulación presidencial colocó a Ricardo Salinas Pliego en el centro del debate público y generó una intensa cobertura mediática; en semanas recientes se han multiplicado las notas, las columnas y los programas de debates han abordado la cuestión de si el dueño de TV Azteca va en serio en su aspiración presidencial o si lo hace como un bluf dentro de su pelea contra el gobierno federal para no pagar los créditos fiscales multimillonarios que le impuso el Servicio de Administración Tributaria (SAT).

El debate no es novedoso en México: en mayo de 2024, ante el triunfo casi anunciado de Claudia Sheinbaum Pardo en las elecciones presidenciales, la agencia Innovative Marketing publicó un estudio sobre la eventualidad de que un multimillonario se vuelva un candidato presidencial creíble en las elecciones de 2030, ante la falta de liderazgos en los partidos de oposición y la fuerza electoral de Morena.

El estudio colocaba a Carlos Slim Helú como el magnate más conocido en la población, pero designaba a Salinas Pliego como “candidato idóneo” para un grupo de votantes inconforme con el gobierno federal.

Magnate y político

Aunque despotrique con frecuencia contra los burócratas –a los que tacha de “gobiernícolas”– y abogue por recortar la estructura del Estado, Ricardo Salinas Pliego ha construido su fortuna sobre concesiones de ese mismo Estado, y al amparo del poder político, del que se convirtió en un actor central desde que compró TV Azteca al gobierno de Carlos Salinas de Gortari, en el verano de 1993, con un préstamo secreto de 30 millones de dólares que le dio Raúl Salinas de Gortari, el hermano del expresidente.

Al convertirse en el dueño de la segunda cadena televisiva del país, en un momento en que la televisión ejercía una influencia desmedida en la vida política, Salinas Pliego se volvió un protagonista de la esfera pública, sobre todo porque utilizó TV Azteca para promover sus intereses en el mundo político, ya sea para atacar a sus adversarios, incluyendo el gobierno capitalino de Cuauhtémoc Cárdenas tras el asesinato del conductor Francisco Stanley en 1999, o para apoyar a sus aliados.

Además de conseguir nuevos negocios al amparo de cada presidente en turno a partir del sexenio de Salinas de Gortari, el multimillonario logró colocar a sus alfiles en puestos clave del aparato burocrático y legislativo, sobre todo a partir del gobierno de Vicente Fox Quesada.

En el sexenio de Felipe Calderón, el magnate colocó a varios incondicionales –incluyendo su hija, Ninfa Salinas Sada– como legisladores del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), y al margen de la llegada del priista Enrique Peña Nieto en el poder, dos de sus colaboradores más cercanos, Tristán Canales Najjar y Jorge Mendoza Garza, fueron legisladores del PRI.

Antes incluso de la llegada de Andrés Manuel López Obrador en el poder, el multimillonario se posicionó como una figura central de la entonces naciente Cuarta Transformación: varios de sus empleados –como Esteban Moctezuma Barragán o Adalberto Palma Gómez– trabajaron en la campaña del tabasqueño, y él mismo formó parte del Consejo Asesor Empresarial del presidente durante el periodo de transición.

A la par de ser asesor del mandatario, logró que Lilly Téllez, su empleada en TV Azteca, llegara al Senado bajo la bandera de Morena, a pesar de sus valores diametralmente opuestos a los que promulga el partido guinda. De hecho, la mujer tronó con el partido, en 2020, hasta convertirse en una de sus detractoras más férreas desde la bancada del PAN.

“Tío Richie”

Fue también durante el sexenio de López Obrador que Salinas Pliego empezó a acariciar la idea de postularse a la presidencia de la República: creó fundaciones dedicadas a impulsar su agenda ideológica, produjo documentales sobre sí mismo –en los cuales su empleados le lanzan loas– se acercó al mundo de los influencers y los youtubers de moda, y creó su avatar del “Tío Richie” en redes sociales.

El “Tío Richie” es una caricatura de sí mismo: un multimillonario majadero, misógino, cínico y provocador, quien no duda en poner sus seguidores –sus “sobrinos”– a competir a cambio de dinero, o en insultar a sus críticos. Los noticieros de TV Azteca suelen reportar las actividades del “Tío Richie”, como lo hicieron en octubre de 2023, cuando el magnate organizó una fiesta de cumpleaños en la Arena Ciudad de México, animada por artistas de TV Azteca, a la que invitó sus seguidores de redes sociales.

A la par de su ascenso en redes sociales, Salinas Pliego se alejó de la Cuarta Transformación e hizo público su acercamiento a las corrientes de extrema derecha en México, como lo había hecho su padre, Hugo Salinas Price, en los años 60. En septiembre de 2023, Salinas Pliego respaldó públicamente a Eduardo Verástegui cuando el actor de ultraderecha católica se registró ante el INE para ser candidato independiente a la presidencia de la República, una meta que no alcanzó por no reunir la cantidad suficiente de apoyos.

En diciembre de 2024 fue uno de los oradores más destacados en la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), que tuvo lugar en Argentina, donde se lanzó contra el expresidente López Obrador y su familia, pero también contra Morena y el “regreso al régimen de partido único”. Al evento acudieron también el presidente argentino Javier Milei y Santiago Abascal, el líder del partido español de ultraderecha Vox.

Ya por estas fechas el protagonismo desatado de Salinas Pliego en redes sociales generaba dudas sobre posibles intenciones de lanzarse para la presidencia de la República; jugando con la ambigüedad, el magnate solía contestar que su interés se limitaba en “crear prosperidad”, y en una ocasión presumió, en su cuente de X, que “no sería un serio contendiente, aplastaría a cualquiera que se atreviera a postularse contra mí y fácilmente llegaría a ‘la silla que vuelve loca a la gente’”.

A principios de 2024, consumado su divorcio con la llamada Cuarta Transformación, tras un pleito público con López Obrador por su negativa a pagar los créditos fiscales –con todo y un descuento de 8 mil millones de pesos que le ofreció el tabasqueño–, Salinas Pliego ya adoptó una postura de lucha abierta contra Morena, en la cual TV Azteca juega un papel central.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: MATHIEU TOURLIERE.

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