lunes, 30 de octubre de 2023

'Siempre fuimos inocentes': la pesadilla que vivieron dos mujeres encarceladas en Barrientos tras enfrentar a inmobiliaria

Por años, Felisa García y María del Carmen Rico han ejercido su autoridad como representantes vecinales para evitar que Inmobiliaria Bienes Raíces del Bajío cierre el área verde La Huerta, ubicado en Naucalpan.

El lunes dos de octubre de 2023, un juez del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México emitió la resolución de absolución que otorgó su libertad a Felisa García y María del Carmen Rico, quienes fueron acusadas de extorsión por Inmobiliaria Bienes Raíces del Bajío.

Ambas mujeres pasaron 90 días al interior del penal conocido como “Barrientos” por un delito del que fueron halladas no culpables. Si bien ya no están tras las rejas, no han podido recobrar su completa libertad:

“Tenemos miedo por nosotras y nuestras familias. Si la inmobiliaria ya nos inventó una carpeta, no sabemos qué más nos puedan fabricar o hacer“, expresó Felisa García al lunes siguiente de su absolución en entrevista para Aristegui Noticias.

Desde el 2 de octubre y hasta el 9 del mismo mes, ni Felisa ni Maricarmen habían salido de sus casas debido al temor. Pero lo hicieron para recorrer La Huerta, un área verde por cuya defensa se enfrentaron contra la empresa constructora.

Ambas mujeres han defendido por años el área verde La Huerta, que también sirve de paso peatonal para conectar a los localidades San José Río Hondo y Buenavista, ubicados en Naucalpan de Juárez, Estado de México. Asimismo, funciona para que habitantes de la zona puedan acceder a la clínica 65 del IMSS, así como a escuelas primarias y secundarias.

Sin embargo, Inmobiliaria Bienes Raíces del Bajío asegura que el predio les pertenece y cuenta con una licencia de construcción para levantar un muro perimetral– documento mostrado a este medio de comunicación por su representación legal para la primera entrega de estos reportajes.

Este muro cortaría de tajo el acceso vecinal a La Huerta, provocando desviaciones de hasta media hora para acceder al centro de salud local.

Por otro lado, la presidenta municipal de Naucalpan de Juárez, Angélica Moya Marín, dijo en entrevista que en el expediente de la desarrolladora, residido en la Dirección General de Desarrollo Urbano, hay elementos para considerar que en su momento la empresa tomó en cuenta la servidumbre de paso a través del predio y el respeto a la misma.

Según cuentan Felisa y María del Carmen, el 7 de febrero de 2023 trabajadores de la inmobiliaria se presentaron a cerrar La Huerta, por lo que ellas, acompañadas de vecinos, solicitaron a los empleados ver los permisos de construcción.

“No los tenían, por lo que les pedimos que se retiraran. Siempre que pasaba algo así, yo le hablaba al comandante de la zona, pero en esa ocasión solo les dijimos bondadosamente que se fueran sin necesidad de hablarle a la autoridad. No puedo creer que aún siendo tan amables, con eso nos hayan querido acusar de extorsión”, narró Felisa.

Inmobiliaria Bienes Raíces del Bajío acusó a Felisa y María del Carmen de haber extorsionado con arma de fuego a una arquitecta que presta sus servicios en la empresa. Según la denuncia, el 7 de febrero ambas mujeres y un tercer hombre habrían pedido un pago de dos millones de pesos para permitir a la empresa construir en la zona, además de una cuota mensual de 100 mil pesos.

Alrededor de las 11:30 horas, denunciaron empleados de la compañía, habrían llegado Maricarmen, Felisa y un hombre identificado como Miguel Ángel. Las mujeres se presentaron inicialmente como delegadas vecinales de San José Río Hondo, pero después, al presuntamente intentar extorsionar a los trabajadores, habrían dicho pertenecer al cártel La Familia Michoacana.

El relato de la arquitecta denunciante dice que cuando la habrían extorsionado, un sujeto identificado como Miguel cargaba un revólver negro y por supuesta orden de Felisa disparó en tres ocasiones contra ella y los dos trabajadores que la acompañaban.

La narración de la arquitecta agrega que Maricarmen le habría dicho a Miguel: “cómo eres pendejo, no le diste a nadie”. Posteriormente, la acusada presuntamente tomó el arma del hombre y disparó tres veces más contra los empleados, sin atinarle a nadie.

“Pero eso no hace sentido. En la audiencia en la que nos liberaron desecharon todo lo presentado por la inmobiliaria. Dicen que les disparé de frente y se cubrieron atrás de una máquina, pero el impacto de bala que presentaron como evidencia está en una dirección completamente diferente a cómo dicen fue el disparo”, señala Maricarmen.

La acusación de la inmobiliaria derivó en el arresto de ambas mujeres el 5 de julio de 2023. Ambas denuncian haber sido llevadas en vehículos particulares, y por hombres sin identificar, directamente  al reclusorio Juan Fernández Albarrán, mejor conocido como Barrientos, ubicado en el municipio mexiquense Tlalnepantla de Baz.

“Fue un momento demasiado impactante, pues estaba mi hija, Eso fue lo que más me dolió y no puede ser posible que unos hombres se hayan alquilado para ponerse a someter a una jovencita“, cuenta María del Carmen sobre aquel día.

“Los policías estaban vestidos de estatales. No puede ser que en vez de agarrar a los verdaderos delincuentes se hayan rentado para agarrar a gente inocente sin saber la verdad. Cuando vi que sometieron a mi hija fue cuando dejé que me llevaran, pidiéndoles que no le hicieran nada a ella. Me llevaron en un coche negro“, recuerda y sus ojos obscuros destellan con lágrimas que comienzan a formarse.

“Cuando estaba sometida en el coche, algo me decía a mí que era por parte de la inmobiliaria, pero también llegó el momento en que pensé: Me van a matar. Me van a matar porque yo no los conozco, no sé quiénes son y nunca se identificaron. Nunca mostraron una placa de que ellos eran agentes ministeriales o de investigación”.

Finalmente, según contó, fue llevada directamente a Barrientos, donde ya se encontraba Felisa García. Esta última afirmó que la trasladaron allí en una camioneta blanca.

“Una vez que entramos por la puerta de la aduana del penal, se nos derrumbó el mundo porque éramos inocentes y somos inocentes de lo que se nos acusó. Ahí empezó nuestro martirio.”, dice María del Carmen ya sin poder contener el llanto. 

Infierno en tierra

Para Felisa lo más difícil de su encierro fue no saber de sus seres queridos. Ella afirma que estuvo completamente incomunicada por días, hasta que ocurrió la primera visita familiar a la que tuvo derecho.

“Vi a mi hija y a mi hijo con lágrimas en los ojos. Ellos me conocen y saben que yo jamás haría nada de eso. Jamás me imaginé estar en un lugar así. Y ya después me dijo mi hija: ‘no te preocupes, mamita, yo voy a hacer lo posible por sacarte de aquí, no sé cómo le voy a hacer, pero yo te voy a sacar'”.

Por su parte, Maricarmen cuenta así el primer encuentro con su familia después de ser encarcelada:

“Fue una motivación, pero más triste y doloroso fue cuando ellos se iban y nosotros nos teníamos que quedar. Fue algo muy horrible. Cuando fueron nuestros familiares, nos contaron nuestra situación que era una muy grave, ya que era un delito de alto impacto… Pues la verdad sí nos desplomó, sí nos desplomó feo. No encontrábamos consuelo en nada”.

Al interior del penal, cuentan ambas mujeres, nadie las golpeó, sin embargo, los maltratos venían de otras formas:

“Nos levantaban a las 3 y media de la madrugada para bañarnos con agua fría y de ahí ya no nos podíamos acostar porque ya no había espacio dónde. Entonces nos dejaban acostadas en la entrada del baño; el baño oliendo feo. Fue algo horrible, traumante que no se lo deseo a nadie”, cuenta Felisa y se detiene para aclarar su garganta del nudo que comienza a formarse.

“Yo nunca he fumado ni tomado, pero ahí tenía que respirar el humo de los cigarros de las otras reclusas, de tabaco, de marihuana. A veces quería lavar mi ropa y las que tenían más años me quitaban y no me dejaban, se sentían como con autoridad”.

Libertad bajo amenaza

En esas condiciones, Maricarmen y Felisa sobrevivieron tres meses al encierro, hasta que poco antes del mediodía del 2 de octubre ambas mujeres fueron convocadas a audiencia.

“Nos dijeron que si sabíamos de qué se trataba la audiencia y no, no sabíamos de qué se trataba.  Ya medio nos explicó nuestro abogado y luego empezó el juez hablar y le dio la palabra al Ministerio Público, quien nos dijo que la audiencia era para desestimar lo que se nos acusaba“, cuenta María del Carmen. “Así, empezaron a desechar cada una de las supuestas pruebas que había presentado la inmobiliaria”.

Después de por lo menos cinco horas de audiencia, el juez decretó la libertad inmediata de ambas mujeres y la absolución de todo cargo

“La verdad lloramos porque íbamos a estar con nuestras familias”, cuenta Maricarmen, reviviendo entre lágrimas la emoción del momento.

Cuando Felisa escuchó que ambas serían libres, pensó que la pesadilla había terminado, no obstante, comenzó otra más sutil:

“Pensé que por fin se acabó esta pesadilla, y ya regresamos a nuestras celdas por nuestras cosas. Las compañeras se enteraron poco a poco de que ya nos íbamos y las que nos apreciaron aquellos tres meses lloraron. Se despidieron y me abrazaron. En lo personal, una de las señoras con las que convivía me dijo ‘yo sé que usted no es mala, siempre le dije que saldría libre’“.

“Ya no llorábamos de tristeza, sino de felicidad“, comparte Felisa.

Al preguntarles por su futuro, la expresión de ambas se vuelve una combinación de esperanza y miedo.

La hija de Felisa aseguró que, según vio y escuchó, los abogados de la inmobiliaria salieron muy enojados de la audiencia y uno dijo: “A esas muertas de hambre las voy a apachurrar como moscas a periodicazos”.

Para contrastar este dicho, se buscó al representante legal de la inmobiliaria. No obstante, hasta la fecha no ha habido respuesta.

Maricarmen expresa así su sentir:

“La verdad no me siento segura. Primero Dios,  en algún momento van a sanar estas heridas. ¿Cuándo?, no lo sé. Pero temo por la vida de mis hijos y por la mía propia. No me encuentro segura como para ya salir a la calle y decir: ‘soy María del Carmen Rico’. No sé qué rumbo vaya a tomar mi vida. Es el primer día que que salgo a la calle, no sé”.

A su vez, Felisa García comparte:

“Fue bonito cuando salí de ahí, ya estaba esperándome toda mi familia, pero sí también fue con mucho miedo porque nos cuentan que a veces  fabrican otras carpetas y vuelven a llevarse a la gente a otro penal.

“Como sea, logramos llegar a casa, pero no hay paz. Sigue habiendo pesadillas, sigue habiendo mucho miedo, mucho temor. No podemos salir porque sabemos que estas personas no se quedaron conformes con lo que el juez dictaminó. Entonces, seguimos temiendo por nuestra vida, por la vida de nuestros seres queridos. No hay paz, no podemos salir así, libremente”.

Pero el miedo, adelantan, no evitará que sigan luchando por La Huerta. “Llevo toda mi vida viviendo aquí. Amo este lugar y no dejaremos que las inmobiliarias sigan invadiendo“, expresa Felisa.

Este sentimiento lo comparte María del Carmen, quien agrega “aquí hay ardillas, tlacuaches, cacomixtles y víboras. Yo amo a todos los animales, a las serpientes con su respeto, y por eso seguimos aquí”.

Aristegui Noticias contactó al representante legal de la inmobiliaria, quien dio una entrevista para la entrega inicial de estos reportajes, pero hasta el momento no ha dado respuesta a las peticiones de un posicionamiento.

FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN, BRANDON J. CELAYA TORRES.

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