miércoles, 22 de febrero de 2023

Militares en la Guardia Nacional elevan las cifras de suicidios

De acuerdo con información obtenida vía transparencia, estadísticas muestran que 52 soldados de 64 que se suicidaron entre enero de 2018 y septiembre de 2022 estaban asignados a la Guardia Nacional.

De los integrantes de las Fuerzas Armadas, los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) adscritos a la Guardia Nacional (GN) son los que más se suicidan.

De acuerdo con información obtenida vía transparencia, las estadísticas de suicidio en la Secretaría de Marina (Semar), GN y Sedena muestran que 52 soldados de 64 que se suicidaron entre enero de 2018 y septiembre de 2022 estaban asignados a la corporación encabezada por Luis Rodríguez Bucio.

Proceso requirió a la Sedena y a la Semar el número de elementos que se han suicidado entre el 1 de diciembre de 2006 y septiembre de 2022 y a la GN el número de integrantes que se han suicidado desde el 26 de marzo de 2019, fecha de creación de la corporación, al corte de septiembre de 2022.

En total las tres dependencias informaron sobre el suicidio de 76 elementos; sin embargo la Semar únicamente entregó información estadística desde el año 2019 y no refirió por qué no cuenta con la información de los dos sexenios pasados.

Del informe de la Semar se desprende que hasta septiembre de 2022 se habían suicidado 11 elementos navales, cuyas causas de muerte fueron en su mayoría traumatismo craneoencefálico por proyectil de arma de fuego o asfixia por ahorcamiento.

En 2019 fueron cuatro elementos los que se suicidaron, todos ellos varones, en la Ciudad de México; Veracruz; La Paz, Baja California Sur, y Acapulco, Guerrero.

En 2020 fueron tres elementos los que decidieron terminar con su vida, también todos ellos eran varones y se encontraban en Guaymas, Sonora; Lázaro Cárdenas, Michoacán y Huatulco, Oaxaca.

En los dos años siguientes, 2021 y 2022, se reportó el suicidio de cuatro elementos más, dos varones por año, en Ciudad de México; Ensenada, Baja California; Topolobampo, Sinaloa y Champotón, Campeche.

La Semar fue requerida también sobre el número de elementos de la institución que se encuentran adscritos a la GN que se han suicidado desde el 26 de marzo de 2019 a septiembre de 2022, sin embargo, la dependencia se declaró incompetente para entregar esa información y sugirió preguntar a la Unidad de Transparencia de la Guardia Nacional.

La GN respondió que, en el periodo requerido, únicamente uno de sus policías se suicidó en Coahuila el 11 de abril de 2020, segundo mes en el que México permanecía en el encierro obligado por la pandemia de covid-19.

La institución en la que más suicidios se informaron fue la Sedena; sin embargo, la dependencia únicamente entregó la estadística de 2018 a 2022 alegando que la información relacionada con los años 2006 a 2017 conforme al Catálogo de Disposición Documental 2019 esa información permanecerá reservada.

En el periodo entregado por la Sedena, 2018 a 2022, reportó 64 suicidios entre sus integrantes.

En 2018 se suicidaron 18 elementos castrenses, uno de ellos era mujer, quien falleció por intoxicación médica en el mes de noviembre en el Estado de México.

Mientras que del resto de los elementos que decidieron terminar con su vida, cuatro fallecieron por ahorcamiento, seis con arma de fuego y uno de ellos se arrojó a las vías del Metro de la Ciudad de México.

A partir del año 2019 el presidente Andrés Manuel López Obrador estableció una política en la que las Fuerzas Armadas tienen control sobre prácticamente todos los sectores de la vida gubernamental del país.

Desde las construcciones de obra pública, los apoyos a la población en casos de desastre, con la llegada del covid-19 se encargaron de controlar el traslado y aplicación de las primeras vacunas contra el virus.

A esto se sumó la decisión del Ejecutivo federal de mantener a las Fuerzas Armadas en labores de seguridad pública incluso luego de la creación de la Guardia Nacional, corporación a la que fueron adscritos policías militares y navales.

Aunque la GN fue concebida como un cuerpo policial de mando civil, el año pasado el presidente de la República firmó un decreto con el que ordenó la incorporación de la misma a la Sedena para que sus recursos materiales y humanos queden en control total de los militares.

De acuerdo con la respuesta a la solicitud de información con número de folio 330026422005724, todos los militares que se suicidaron entre 2019 y septiembre de 2022 estaban asignados a la Guardia Nacional en diferentes entidades de la República.

En consecuencia, un total de 52 soldados asignados a la GN se suicidaron desde la creación de la corporación policial.

Durante 2019 todos los elementos que fallecieron eran hombres, dos por ahorcamiento, dos por arma de fuego y uno se lanzó de lo alto de un edificio; todos ellos se encontraban en la Ciudad de México, Tabasco, Sonora y Coahuila.

También 14 militares se suicidaron entre febrero y diciembre de 2020; de todos ellos sólo uno era mujer que, al igual que otros seis hombres, murió por ahorcamiento; el resto, por intoxicación médica, arma de fuego y uno con arma blanca en Guerrero, Querétaro, Jalisco, Ciudad de México, Zacatecas, Coahuila, Veracruz, Estado de México, Morelos, Sinaloa y Baja California Sur.

En el año 2021, entre febrero y noviembre, se suicidaron 11 militares de la GN, uno de ellos era mujer quien decidió acabar con su vida utilizando un arma de fuego, mismo modo elegido por cuatro hombres más; el resto murieron por ahorcamiento en Sonora, Ciudad de México, Chiapas, Puebla, Coahuila, Estado de México y Sinaloa.

Hasta septiembre de 2022, un total de 22 militares, uno de ellos mujer, decidieron acabar con su vida con arma de fuego, por ahorcamiento o por intoxicación médica.

Estos se encontraban en Guerrero, Ciudad de México, Tabasco, Guanajuato, Puebla, Sonora, Michoacán, Zacatecas, Oaxaca, Chiapas, Estado de México y Yucatán.

Atención psiquiátrica

Aunque la numeralia de los registros de este sexenio no rebasa los 100 casos, en el año 2021 la Sedena emitió una directiva para mantener el Bienestar del Personal que Participa en las Operaciones Militares, documento que forma parte de los miles de correos electrónicos hackeados por el colectivo Guacamaya.

Dicho documento establece los protocolos que las autoridades de la Sedena deben seguir para atender a los militares que participan en operativos, debido a que al estar expuestos a eventos violentos pueden desarrollar estrés postraumático, que los puede llevar a cometer suicidio.

El pasado 19 de octubre de 2022 Proceso informó que, de acuerdo con un documento consultado en los correos hackeados por Guacamaya, los militares que cometen delitos castrenses y que permanecen en la Prisión Militar IRM de la Sedena también reciben atención psiquiátrica y psicológica cuando presentan depresión, problemas de ira, entre otros.

En la documentación consultada, el último informe mensual disponible y correspondiente a julio de 2022, la subsección de Salud de la Sedena no reportó ningún caso de estrés postraumático entre los internos que participaron en operativos militares.

Durante el mismo mes sólo cuatro elementos activos, de ellos una mujer, acudieron a consulta psiquiátrica en la prisión, uno por trastornos mentales y del comportamiento derivados del consumo de sustancias psicotrópicas.

La mujer y otro de los elementos encarcelados fueron diagnosticados con trastorno mixto de ansiedad y depresión y otro padece VIH; sólo uno de ellos presentó mejoría, el resto fue reportado por mal apego al tratamiento.

De acuerdo con el registro de 15 pacientes programados para cita psiquiátrica desde el mes de marzo, sus diagnósticos van de trastorno de ansiedad generalizada, estrés grave, trastorno de adaptación, episodios depresivos, trastorno mixto de ansiedad y depresión, trastornos no orgánicos del sueño y trastorno delirante.

El informe consultado revela que los problemas mentales a los que se enfrentan los elementos castrenses que terminan en la prisión militar, derivan en su mayoría del consumo de drogas como cannabis, metanfetaminas, cocaína, entre otras. 

Reportaje publicado en el número 2416 de la edición impresa de Proceso

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: DIANA LASTIRI.

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