viernes, 23 de septiembre de 2022

Víctimas identifican al Campo Militar No. 1 como sede de crímenes de lesa humanidad

Ingresar e identificar estos espacios ha sido un logro después de alrededor de 50 años de los eventos perpetrados.

Más de 60 víctimas de la llamada “guerra sucia” en México concluyeron este viernes que el Campo Militar No. 1 en la Ciudad de México fue escenario de violaciones de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad.
En una conferencia de prensa donde se presentó un balance de las primeras acciones de reconocimiento de la Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento histórico y el Impulso a la Justicia en el Campo Militar No.1, los familiares y sobrevivientes de la represión militar y política aplicada por el Estado mexicano entre 1965 y 1990 plantearon que el objetivo central de este ejercicio fue identificar las instalaciones y conocer los lugares donde presuntamente se llevaron a cabo detenciones, actos de torturas y en algunos casos desapariciones de personas.
La Comisión, aclararon, no es una entidad pericial, sino que busca datos y testimonios que puedan judicializarse.

 

Félix Santana Ángeles, secretario técnico de la Comisión, dijo que este ejercicio “no es una actividad concluyente”, sino un eslabón que permitirá ascender a otro nivel de entendimiento y ratificar la palabra de los sobrevivientes.

“La idea es tener la documentación con un estándar de tipo pericial. Habrá que observar que la Comisión no es una entidad ministerial, es una entidad que busca la construcción de un relato de verdad: ¿qué es lo que pasó? Posteriormente habrán entidades que nos puedan ayudar: primero verdad y después alcanzar la justicia”, declaró.
“Las actividades de reconocimiento e inspección realizadas en las instalaciones del Campo Militar forman parte de este proceso de investigación: no es una actividad concluyente, son actividades que permitirán avanzar en las investigaciones. Esto es un eslabón más que nos permitirá ascender a otro nivel de entendimiento y ratificar la palabra de los sobrevivientes en donde hoy tendremos elementos objetivos para verificar que es verdad lo que se denunció por mucho tiempo”.
En estos espacios presuntamente se cometieron violaciones graves, tales como “detenciones legales, torturas, y, en algunos casos, que contribuyeron a desapariciones de personas durante este periodo”.

En la búsqueda de justicia y esclarecimiento, durante la conferencia de prensa también se mencionó que se planea crear una Fiscalía especializada para la atención de delitos de tortura respecto a la “guerra sucia”.

Además, se informó que algunos de los exfuncionarios de la Brigada Blanca están aportando información, aunque, por el momento, sólo se cuenta con ellos en calidad de informantes.

Hasta ahora, se han revisado siete lugares dentro del Campo Militar No. 1, tal como fue pactado con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Identificar estos espacios ha sido un logro después de alrededor de 50 años de los eventos perpetrados. La Comisión para la Verdad indicó que consiguió el ingreso a las instalaciones junto a familiares y personas que vivieron tortura o desaparición forzada, lo cual es un hecho de carácter histórico, como indica un boletín de prensa.
Además, la identificación de los probables sitios donde ocurrieron los eventos se acompañó de levantamiento de información con expertos criminalistas y de arquitectura forense, y hubo apoyo también de visitadores adjuntos a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Por otra parte, se consiguió la documentación de 25 testimonios de personas que vivieron tortura y desaparición forzada en las instalaciones y se seleccionaron nuevos sitios para su reconocimiento e identificación.

De acuerdo con el comunicado, la Comisión para la Verdad dará continuidad a estas indagaciones, tanto en el Campo Militar No.1 como en otras instalaciones militares y de carácter civil, entre las que se encuentran algunas de Guerrero, Oaxaca, Sinaloa y Chihuahua.

El Campo Militar No. 1 de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha sido identificado como una prisión clandestina y un centro de torturas contra disidentes. El pasado 20 de septiembre, este recinto abrió sus puertas para el ingreso e inspección de sobrevivientes y familiares de asesinados y desaparecidos en la “guerra sucia” del Estado contra los movimientos insurgentes.

 

El primer ingreso formal, el pasado martes, a lo que sigue siendo prisión militar, tienen un enorme significado en los trabajos de la Comisión para el Acceso a la Verdad y el Esclarecimiento Histórico (COVeH), 1965-1990, creada por decreto por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, luego de que, el 22 de junio, los familiares de las víctimas de la represión participaron en una ceremonia en ese lugar, donde también protestaron porque el General Secretario, Luis Crescencio Sandoval, informó que se inscribirán los nombres de militares fallecidos junto a los de éstas.

Carlos Pérez Ricart, integrante de la COVeH, escribió en SinEmbargo que el Campo Militar No. 1 fue uno de los centros clave de la represión del régimen autoritario. El primer registro que se tiene del sitio como espacio de desaparición de civiles data de 1952, año en el que comenzó a ser utilizado como centro clandestino de cremación y una década más tarde, en 1964, fue construida la prisión militar del Campo.
“En la prisión militar, todavía en uso, se establecieron —si hacemos caso a decenas de testimonios y a múltiples fuentes documentales— cárceles clandestinas en las que se detuvo, torturó y desapareció a una cantidad todavía no determinada de personas. Por la prisión militar —y probablemente por otros lugares en el Campo todavía no identificados— pasaron, entre otras, comunidades de víctimas, dirigentes del movimiento estudiantil de 1968, heridos del Halconazo de 1971, personas vinculadas con grupos guerrilleros, así como víctimas de la Brigada Blanca —el grupo policiaco-paramilitar responsable de cientos de desapariciones y ejecuciones extrajudiciales que ocurrieron desde mediados de la década de los setenta hasta principios de los ochenta”.
Los sobrevivientes y familiares de las víctimas de la guerra sucia harán otras visitas al Campo Militar No. 1, pero también ingresarán en otras instalaciones castrenses, informa Pérez Ricart, como la base naval de Pie de la Cuesta, en Acapulco, Guerrero, “sitio desde el cual, según testimonios cruzados, despegaban los vuelos de la muerte en los que —amarrados en costales con piedras— se lanzaba a opositores del régimen al mar”.

 

Durante esta primera inspección participaron entidades como la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas, el Mecanismo de Esclarecimiento Histórico y la Subsecretaría de Derechos Humanos a través de la Dirección General de Estrategias para la Atención a los Derechos Humanos. También estuvieron la Comisión Nacional de Derechos Humanos y el Sistema Público de Radio y Comunicación del Estado Mexicano para efectos de documentar cada uno de los lugares y testimonios en donde se estuvieron verificando.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: REDACCIÓN.

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