lunes, 4 de octubre de 2021

Tramas offshore para salvar el dinero de los Legionarios de Cristo

Una vez que el Vaticano decidió “limpiar” a los Legionarios de Cristo, en 2010, el “CEO” de esa congregación, Luis Garza Medina –mano derecha de Marcial Maciel–, decidió ocultar y proteger las cuantiosos recursos que obtiene la Legión: 25 mil millones de euros en aquel año, según expertos. Y para ello, nada mejor que los entramados offshore.

En julio de 2010, tres días antes de que Joseph Ratzinger, el entonces papa Benedicto XVI, oficializara la intervención del Vaticano en los Legionarios de Cristo para “limpiar” la congregación mexicana de los delitos fomentados por su fundador, Marcial Maciel Degollado, los incondicionales de éste empezaron a constituir complejas estructuras offshore, mediante las cuales movieron más de 300 millones de dólares a paraísos fiscales.

Entre el verano de 2010 y finales de 2011, mientras el enviado del papa, el cardenal Velasio de Paolis, auditaba sus acciones, los aliados de Maciel crearon tres trusts en Nueva Zelanda, que compartían la misma dirección y los mismos directores de papel; estos trusts, vinculados entre sí, controlaban cuentas en los bancos suizos Pictet, Crédit Suisse, Lombard Odier & Cie (LODH), Syz y la filial helvética de JP Morgan, desde las cuales invirtieron en portafolios diversos, así como en empresas de la Legión.

Esta compleja estructura offshore gravitaba alrededor de Luis Garza Medina, amigo y cerebro financiero de Maciel, quien fuera vicario general de la Legión. En la jerga empresarial, el vicario general sería un equivalente al “CEO” de la congregación religiosa; como tal, era responsable de administrar y esconder la fortuna que los Legionarios de Cristo sacan de las altísimas colegiaturas de sus más de 200 universidades e institutos privados, de su maraña de empresas inmobiliarias y de sus inversiones internacionales.

En 2010 esa fortuna ascendía a más de 25 mil millones de euros, según afirmó el vaticanista Sandro Magíster en marzo de ese año.

Garza Medina es integrante de la multimillonaria e influyente familia regiomontana Garza Sada, que en su momento encabezaba el poderoso Grupo Monterrey; su hermano, Dionisio Garza Medina, era hasta marzo de 2010 presidente del consejo de administración del gigante Alfa, grupo que se benefició de una condonación de 3 mil millones de pesos de impuestos durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.

Además de Garza Medina, otros destacados integrantes del primer círculo de Maciel en la Legión armaron las estructuras offshore: Álvaro Corcuera del Río, quien asumió la dirección de la congregación después de la renuncia de Maciel; el sacerdote chileno Eduardo Vigneaux Pepper, otrora administrador general de la Legión; el español Francisco Mateos Gil; el irlandés Michael Ryan; el sacerdote mexicano Evaristo Sada Derby –primo de Garza Medina– o el español Juan José Arrieta Ibarrechebea, quien en 2014 fue nombrado por el Vaticano vicario general de la Legión.

Otros tres integrantes de la estructura offshore de los Legionarios de Cristo, Óscar Nader Kuri –quien sustituyó a Garza Medina como director territorial en Italia–, Manuel Cordero Arjona y Víctor de Luna de Santiago, enfrentan un juicio en Milán en el que se les acusa de encubrir los abusos sexuales del exlegionario pederasta Vladimir Reséndiz Gutiérrez y de tratar de acallar a una de sus víctimas.

Los legionarios que tomaron el control de la legión durante la intervención del Vaticano continúan en estructuras offshore, algunas de las cuales recibieron fondos millonarios de los trusts creados por Garza Medina, y préstamos directos del sacerdote.

Los Legionarios de Cristo crearon The Retirement and Medical Trust el 6 de julio de 2010, el cual estaba vinculado a una fundación de la Legión en Ámsterdam llamada Regina Apostolorum Stichting, que administraba los donativos, fondos y otras subvenciones que recibía la congregación desde 2002. La fundación cambió de nombre a Genade en Formatie en febrero de 2020, y el 4 de noviembre de ese año fue disuelta.

Garza Medina creó por su parte The Salus Trust, mientras que sus hermanos Dionisio y Felipe, crearon The AlfaOmega Trust el mismo día –15 de noviembre de 2011–, con la misma dirección, los mismos operadores y el mismo protector: el cuñado de los Garza Medina, Alejandro Alberto Carlos Páez Aragón, esposo de Teresa Garza Medina.

Designaron el trust de la Legión de Cristo como beneficiario final de estas estructuras, con el objetivo oficial de constituir una reserva para los sacerdotes jubilados. Dichas reservas tuvieron un incremento vertiginoso de su patrimonio: nacieron con un capital de 100 dólares, recibieron 16 millones 753 mil dólares de la fundación Regina Apostolorum Stichting en noviembre de 2012, y a finales de 2017 controlaban cerca de 296 millones de dólares.

Los trusts de Nueva Zelanda ofrecen varias ventajas a sus beneficiarios: además de no pagar impuestos sobre sus ingresos –generados por sociedades en otros países– son totalmente opacos, por lo que permiten esconder su identidad a las autoridades y al público.

Todas las estructuras compartían el mismo trustee, es decir la misma fachada de papel: Aspen Trust Services Limited, una sociedad creada en Nueva Zelanda en 2003 por Yves Bonnard, fundador de la firma suiza Bonnard Lawson internacional, especializada en estrategias fiscales.

Bonnard y su socio Stéphane Lagonico, del mismo despacho, tenían poderes sobre los trusts y las cuentas bancarias en varios bancos suizos, incluyendo el banco Pictet & Cie.

Los Legionarios de Cristo tienen una larga historia con Pictet. En su libro El Imperio Financiero de los Legionarios de Cristo, el periodista Raúl Olmos documentó que el banco manejaba las cuentas de Grupo Integer, el conglomerado de empresas del Regnum Christi –la rama laica de los Legionarios de Cristo– que concentraba los recursos provenientes de las empresas de la Legión y que fue dirigido por Garza Medina y Páez Aragón.

Según el libro, Grupo Integer había sido creado por Maciel y el magnate Alfonso Romo Garza, otrora jefe de oficina del presidente Andrés Manuel López Obrador. Olmos relata cómo en 1996 Maciel ordenó a sus incondicionales que construyan su propia cripta debajo del altar de la Basílica de la Virgen de Guadalupe, en vía Aurelia número 675, en Roma; y sostiene que los recursos salieron de las cuentas de Grupo Integer en Pictet.

En marzo de 2011, en plena intervención en las finanzas de la congregación, De Paolis se refirió a Integer ante los legionarios como una cosa “que parece el demonio”. En una conferencia ante los legionarios, abundó: “Yo oía de ello, no se entiende bien, todavía no se entiende bien y hay que ir más a fondo”.

Decenas de miles de hojas de actas constitutivas, órdenes de pago, estados de cuenta, contratos, correos electrónicos y otros documentos internos sobre las operaciones de los Legionarios de Cristo fueron revisados por Proceso y otros 147 medios de 119 países en la investigación internacional #PandoraPapers (Papeles de Pandora), coordinada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ).

Los documentos sobre las operaciones offshore de la Legión de Cristo provenían del despacho Asiaciti Trust, que tenía una alianza comercial con Aspen Trust, la sociedad que creó los trusts. Asiaciti tiene su sede principal en Singapur, pero opera en Hong Kong, las Islas Cook, Dubái, Nevis, Nueva Zelanda, Panamá y Samoa, todos paraísos fiscales.

Contradicciones

En respuestas a cuestionarios enviados para esta investigación, los Legionarios de Cristo y Luis Garza Medina cayeron en contradicciones.

En una serie de correos electrónicos, Aaron Smith, encargado de las comunicaciones internacionales de los Legionarios de Cristo, insistió en marcar una diferencia entre el trust de la Legión –creado, según él, para “recibir donaciones” y “pasarlas” a la congregación– y los trusts “personales” de los Garza Medina. Recalcó que “sería factualmente falso atribuir cualquier decisión, inversión o actividades de estos trusts a la Congregación de los Legionarios de Cristo.

“No es poco común que miembros y/o sus familiares decidan libremente hacer donaciones a la congregación religiosa (…) a veces también otorgan préstamos para apoyar ciertos proyectos o instituciones relacionadas con la congregación”, abundó, y aseveró que los Legionarios de Cristo “no poseen ni controlan fondos o inversiones en estos trusts, no tenemos conocimiento de sus operaciones”.

Sin embargo, los documentos de Pandora Papers sugieren que, contrario a lo que afirma Smith, las estructuras de la Legión y las de los Garza Medina forman parte de un mismo esquema, pues además de compartir trustees, direcciones y préstamos, todos son administrados por personas cercanas a los Legionarios de Cristo, y se han transferido recursos millonarios.

Así, The Salus Trust y The AlfaOmega Trust enviaron más de un millón y medio de dólares a The Retirement and Medical Trust en 2017, mientras que los mismos trusts recibieron 16 millones de dólares de empresas de los Legionarios de Cristo, como reembolsos de supuestos “préstamos” por 20 millones de dólares que Luis Garza Medina les había otorgado, mientras que las inversiones eran ordenadas por integrantes de la congregación.

En otras palabras: la frontera entre el trust de los Legionarios y los de los Garza Medina, que pretendió remarcar Smith, es mucho más borrosa.

Voceros de Luis Garza Medina y de Dionisio Garza Medina sostuvieron, en respuesta a cuestionarios enviados por separado, que los regiomontanos nunca administraron los trusts ni sus activos, los cuales provienen de la venta de acciones de Alfa, en el caso del primero, y del “patrimonio familiar” en el caso del segundo, quien insistió en que el empresario no forma parte de la congregación.

De nuevo, este argumento resulta inverosímil, pues sostiene que los Garza Medina se desentendieron de cerca de 300 millones de dólares de inversiones en estos trusts.

No es la primera vez que los Legionarios de Cristo tergiversan la verdad: ya en noviembre de 2017 Proceso y los demás medios que participaron en Paradise Papers –otra investigación periodística internacional coordinada por ICIJ– revelaron las estructuras offshore implementadas por Maciel y sus allegados desde los noventa en el paraíso fiscal de Bermudas y en las Islas Vírgenes Británicas (BVI).

En respuesta a un cuestionario, el Vaticano se mostró evasivo: se limitó en decir que “la intervención de la Visita Apostólica antes y después del trabajo del Delegado Pontífice se enfocó principalmente en la figura del fundador y de la estructura de la Congregación”, y abundó: “Para detalles sobre aspectos administrativos, debería contactar a los directamente involucrados”.

En aquel entonces la congregación negó cualquier malversación financiera y sostuvo que “las obras educativas relacionadas con la Congregación operan con transparencia, tienen sus cuentas auditadas y observan las disposiciones legales y fiscales de los respectivos países. No tienen relación u operaciones con sociedades offshore”.

Como Raúl Olmos lo documentó en su libro, y fue confirmado en los Paradise Papers, los Legionarios de Cristo han usado durante décadas los paraísos fiscales de Panamá, la isla de Jersey, Suiza, Luxemburgo, Holanda, Delaware y Liechtenstein, Bermudas y las BVI para expandir su imperio financiero bajo la gestión de Maciel.

Los Pandora Papers arrojan luz sobre una fase inédita de la historia de la congregación: las estructuras offshore creadas por los incondicionales de Maciel a partir de la intervención del Vaticano, que probablemente nunca se enteró.

Construcción de un imperio

Ante las acusaciones de pederastia que se acumulaban contra Maciel desde 1956 y se hicieron públicas en 1997, el Vaticano no sólo adoptó un silencio cómplice: durante décadas acalló a las víctimas, dio carpetazo a sus investigaciones internas y refrendó su protección a Maciel, quien distribuía a la Iglesia Católica parte de los miles de millones de dólares que obtenía de sus negocios y de sus amigos multimillonarios.

Los libros que se han publicado sobre Maciel y los testimonios de quienes convivieron con él retratan las múltiples facetas que moldeaban su personalidad compleja, la de un perverso narcisista, de un mitómano con grandes habilidades para seducir, manipular y corromper con tal de saciar su sed de poder y dinero; de un megalómano tendiente a lo gurú, adicto a la morfina y a la dolantina –un opiáceo sintético– y sobre todo, de un despiadado depredador sexual, violador impune de niños.

Después de fundar su congregación en 1941, con sólo 21 años y sin recursos, Maciel logró sumar a su causa, a lo largo de los años, al papa Pío XXIII, a dictadores Francisco Franco y Augusto Pinochet, y agrupar a las cúpulas económicas y políticas en los países donde instalaba sus instituciones educativas exclusivas.

En México sus biógrafos han señalado su cercanía con los multimillonarios Carlos Slim Helú, la familia Azcárraga, los Diez Barroso y los Burillo Azcárraga –todos herederos de Televisa–, los Servitje (Bimbo), Alfonso Romo, Xavier Autrey Maza, Juan Beckmann Vidal, Olegario Vázquez Raña, Manuel Espinoza Yglesias, Juan Sánchez Navarro, Marcelo Zambrano, Adrián Sada Treviño o David Martínez Guzmán –quien pasó por la Legión–.

Además el sacerdote fue amigo de Carlos Salinas de Gortari y tuvo el respaldo de Vicente Fox Quesada, pues era paisano del padre de Marta Sahagún, quien fue una de las fundadoras de Regnum Christi.

En El Vaticano Maciel gozaba de la protección y de los favores de Juan Pablo II, obtenidos con los millonarios “regalos” y “dádivas” que repartía a los jerarcas en la sede de la Iglesia Católica para acumular poder y blindar su orden religiosa, según el periodista Jason Berry, quien en 2004 llamó a Maciel el “mayor recaudador de fondos para la Iglesia del siglo XX”.

En su libro Las Finanzas Secretas de la Iglesia, publicado en 2012, Berry planteó que Maciel entregó un millón de dólares a Juan Pablo II en 1995, y que cobraba hasta 50 mil dólares a acaudaladas familias mexicanas para vivir la experiencia de observar al papa rezar en soledad en la capilla del Palacio Apostólico, adornada con frescos de Miguel Ángel.

Un año antes de su muerte, en 2005, Juan Pablo II todavía encabezó un homenaje a Maciel, a pesar de su degradado estado de salud; en ese mismo momento el michoacano tenía operadores en El Vaticano que empujaban para su canonización. Es decir, para convertirlo en un santo.

Ya en 1999 el sacerdote alemán Joseph Ratzinger –entonces a cargo de la Congregación de la Fe–, había recibido una denuncia del sacerdote mexicano Alberto Athié contra el michoacano, pero dijo al obispo coahuilense Carlos Salavera, quien le había llevado la carta de denuncia, que “el Santo Padre estima mucho al padre Maciel, quien ha hecho mucho bien a la Iglesia; no es prudente abrir el caso”.

En 2004, ante la decadencia física de Juan Pablo II y su inminente muerte, Ratzinger ordenó la reapertura de la investigación contra Maciel, para evitar que el nuevo papado empezara con un escándalo. Durante el año siguiente, el fiscal Charles J. Scicluna entrevistó a más de 35 víctimas del sacerdote mexicano.

Convertido en el papa Benedicto XVI en 2006, Ratzinger anuló el proceso canónico en curso e “invitó” a Maciel a retirarse para adoptar una “vida reservada de oración y de penitencia, renunciado a todo ministerio público”. El mexicano renunció el 23 de enero de 2006 –en medio de elogios pontificios– y designó como sucesor a Álvaro Corcuera.

Tras un exilio dorado que pasó entre su pueblo natal de Cotija, en Michoacán, y el extranjero, Maciel finalmente falleció el 30 de enero de 2008, a los 87 años, en una clínica privada de Florida. El hombre dejó atrás las vidas destrozadas de las decenas de niños que violó en total impunidad, y el sabor amargo de la injusticia para quienes se atrevieron a acusarlo.

En Proceso, Miguel Ángel Granados Chapa escribió, cuatro días después de su muerte: “Maciel pasará a la historia como creador de un vasto imperio educativo y financiero, que en México es encabezado por la Universidad Anáhuac y el Instituto Cumbres, donde se ha formado una amplia porción de la elite mexicana de los negocios y de la política. También pasará a la historia como abusador sexual, perteneciente a la peor especie de esa execrable conducta, la que aprovecha la confianza que por su talante y jerarquía provoca el verdugo en su víctima.

“Maciel, sin embargo, no fue sólo un pederasta. Su contextura ética se ajustaba poco a la imagen ideal del sacerdote católico, la del santo Cura de Ars. Su vida está llena de episodios propios de un estafador, un tomapelista en el mejor de los casos”, abundó el periodista.

En 2012 De Paolis comentaría que “Maciel era un pecador, y grande, pero no un demonio. El papa Benedicto XVI ha dicho que Maciel era una figura enigmática; nos encontramos frente al misterio de la persona humana, con su responsabilidad, que a nosotros se nos escapa. Es un abismo insondable de pecado y de gracia”.

“El dinero se está marchando”

En 2007 Benedicto XVI liberó a los miembros de la Legión de Cristo de los “votos privados”, una medida de control instaurada por Maciel que les prohibía hablar mal de él y de los demás superiores de la congregación, les alentaba a delatar a quien lo hacía y los exhortaba a no aspirar a posiciones de liderazgo. En paralelo, El Vaticano empezó a ventilar aspectos de la “doble vida” de Maciel, incluyendo su drogadicción y la existencia de sus hijos escondidos.

El Papa también abrió las puertas del Vaticano a ocho mexicanos abusados sexualmente por Maciel cuando eran niños, y quienes llevaban décadas denunciando al michoacano y al hermetismo de la Santa Sede: José Barba, Alejandro Espinosa, Félix Alarcón, Saúl Barrales, Arturo Jurado, Fernando Pérez Olvera, José Antonio Pérez Olvera y Juan José Vaca.

Desde 2009 corrían los rumores de que el Papa intervendría en los Legionarios de Cristo para extirpar sus elementos podridos.

El 1 de mayo de 2010, después de enviar cinco obispos a realizar una “visita apostólica” a la Legión de Cristo, el Papa sostuvo en público que “los comportamientos gravísimos y objetivamente inmorales del padre Maciel, confirmados por testimonios incontestables, representan a veces auténticos delitos y revelan una vida carente de escrúpulos y de un verdadero sentimiento religioso”.

El 16 de junio siguiente mandó una carta a Velasio de Paolis, entonces arzobispo de Telepte, en Túnez, en el cual le anunció su nombramiento como “delegado personal mío para la Congregación de los Legionarios de Cristo, confiriéndole el encargo de gobernar en mi nombre tal Instituto Religioso durante el tiempo que sea necesario para completar el camino de renovación”. Este nombramiento se oficializó el 9 de julio, en un decreto papal.

Los incondicionales de Maciel ya se estaban moviendo. A finales de mayo de ese año el periodista español José Martínez de Velasco comentaba a Proceso que “el dinero se está marchando”. Abundó: “Los visitadores vaticanos recibieron amplia información sobre el tema y hay sospechas de que existe una operación para mover ese dinero y ocultarlo. Y desde luego, Luis Garza Medina es el artífice de esa ingeniería financiera que le permitió a la congregación colocar dinero incluso en paraísos fiscales.”

Y era verdad: el 6 de julio de 2010, apenas tres días antes del decreto de Benedicto XVI, Álvaro Corcuera estableció The Retirement and Medical Trust en Nueva Zelanda, relacionada con la fundación Regina Apostolorum Stistig, de Países Bajos, con el propósito de “promover y facilitar la expansión” de la Legión de Cristo y de Regnum Christi, proveer “asistencia y apoyos” a los legionarios mayores de 60 años, a los retirados, a quienes sufrieron alguna discapacidad o a quienes tenían alguna enfermedad, así como “promover cualquier otro propósito de caridad que el trustee decida”.

Interrogado al respecto, Aaron Smith, vocero de la Legión, aseveró que los legionarios habían “empezado a examinar las maneras de proveer las necesidades de los miembros jubilados muchos años antes de esa fecha”, una forma elegante de disociar la creación del trust secreto y la intervención del Vaticano.

Por cierto, a la pregunta de si la Santa Sede y De Paolis sabían sobre el trust, el sacerdote fue muy elusivo, pero sugirió que nunca se les compartió el secreto: “Como respuesta general, y lo pueden verificar, los institutos religiosos no tienen la obligación de enviar información detallada al Vaticano sobre sus decisiones financieras internas”, reviró.

El vocero de los trusts instalados por los Garza Medina aseveró, por su parte, que los Legionarios de Cristo están “libres de compartir la información con terceras partes (el Vaticano, por ejemplo)”, pero aseveró que “como los trusts son creados y administrados de manera independiente, no pueden especular sobre la información que pudo ser divulgada a terceras partes”.

En una carta dirigida a la sociedad Aspen Trust Services Limited, basada en Nueva Zelanda, Corcuera dio a conocer la lista de los demás integrantes del consejo del trust: el irlandés Michael Ryan y el español Francisco Mateos Gil también eran miembros, mientras Luis Garza Medina y Eduardo Vigneaux Pepper eran consejeros. Todos formaban parte del primer círculo de Maciel.

En el contrato de creación del trust se planteó que “si la Legión de Cristo, los miembros consagrados del Regnum Christi y el Retirement and Medical Trust cesaran de existir, la Iglesia Católica de México deberá ser nombrada como beneficiaria en lugar de los otros beneficiarios (…) el representante de la Iglesia Católica de México deberá ser el arzobispo de Monterrey”.

Dos años después, el 24 de septiembre de 2012, llegó el sacerdote español Juan José Arrieta Ibarrechebea al trust, que en 2013 se convirtió en “caritativo”, cambiando su nombre por The Retirement and Medical Charitable Trust (RMCT). A partir de ese momento dejó de aparecer un beneficiario del trust y continuó con la exención de impuestos por ingresos en su país de residencia.

El 4 de enero de 2011, a cuatro meses de iniciar su misión en la Legión, De Paolis instaló una “Comisión para el estudio y la revisión de la situación económica de la Congregación de los Legionarios de Cristo”, formada por cinco sacerdotes. En 2013 esta comisión liquidó una sociedad de papel llamada Volunteer Services, creada en el paraíso fiscal de las Bermudas en los noventa, y extinguió el fondo de inversión Ecyph Limited, creado en las BVI.

Cuando De Paolis concluyó la intervención de la congregación, a principios 2014, esta comisión rindió un informe en el cual concluyó –según informaron los propios Legionarios de Cristo– que no hubo malversaciones financieras en el pasado, aunque urgió la organización a “simplificar” su estructura administrativa.

Así, tras el cambio de dirección en la Legión, se renovaron en 2012 los directivos del RMCT; Luis Garza Medina fue sustituido por Sylvester Herreman von Zuidtwyck, entonces vicedirector general. En 2014, tras la salida de De Paolis, la nueva plana mayor de la Legión tenía el control del trust: Eduardo Robles-Gil Orvañanos (el nuevo director general), Jesús Villagrasa Lasaga, José Eduardo Cárdenas Jiménez, Juan José Arrieta Ibarrechebea y Herreman Von Zuidtwyck.

Al salir de la Legión, De Paolis sostuvo, en entrevista con Vida Nueva, que “los legionarios acaban de salir del túnel”, pero señaló el riesgo de que la congregación quiera “volver hacia atrás”. Poco antes de partir, la congregación había elegido a Eduardo Robles Gil director general, un hombre que “no es arrogante ni agresivo”, según De Paolis, quien confesó: “no lo conozco mucho”.

Dinero regio

Muchos veían al sacerdote Luis Garza Medina como sucesor natural de Maciel después de su retiro forzado, en 2006.

“Maciel era las relaciones públicas en El Vaticano, pero Luis Garza Medina es la clave del éxito de los Legionarios de Cristo; cuando no eran nada, a lo que son ahora”, dijo el periodista Jesús Rodríguez a Proceso en marzo de 2011. Y añadió: “Luis tiene la llave de las operaciones ocultas y de ingeniería financiera del Grupo Integer (20 mil empleados), el tinglado de fundaciones, colegios y la fortuna de los legionarios”.

Garza Medina tenía el control de las finanzas, y el conocimiento de toda la estructura offshore de la congregación. En julio de 2005, por ejemplo, prestó 20 millones 764 mil dólares a la fundación Regina Apostolorum, y por esos años turbulentos –del retiro de Maciel– prestó otros 57 millones de pesos a compañías de la Legión; en los años posteriores repartió los reembolsos a empresas de su conveniencia.

Los escándalos de violación y encubrimientos finalmente alcanzaron a Garza Medina, uno de los más férreos opositores a la intervención de De Paolis. El enviado del Vaticano finalmente lo empujó a renunciar a su cargo de vicario general el 15 de julio de 2011, al igual que llevó Corcuera a abandonar la dirección general de la congregación.

Semanas antes, Rodríguez decía a este semanario que “Luis Garza no está colaborando con los representantes del Vaticano. Y el delegado apostólico no se lanza contra él porque sería cerrar el cúmulo de información con que cuenta. Luis Garza es un personaje muy fuerte y con muchas aristas. Tengo información de que se peleó con De Paolis cuando éste le quitó la dirección territorial de los legionarios en Italia y la prefectura general de estudios”.

Entrevistado en 2012 por la revista católica Nueva Vida, a De Paolis –quien ya había sido elevado al rango de cardenal– se le preguntó si él había cesado a Garza Medina y Corcuera o si ellos habían renunciado por voluntad propia; el hombre reviró que “se trata de preguntas estrictamente personales, a las que no es oportuno dar una respuesta”.

En la misma entrevista el cardenal recalcó los obstáculos internos que le ponían algunos integrantes de la Legión allegados a Maciel, quienes lo veían con hostilidad. “Cada día surgen cosas nuevas; estos legionarios no te dejan en paz”, declaró, aunque añadió: “De los superiores que colaboraron con Maciel ya no queda casi ninguno”.

A partir de su salida, Garza Medina se dedicó a la gestión de los negocios de la Legión en Norteamérica… y más allá: el 15 de noviembre de 2011, apenas cinco meses después de su renuncia, el sacerdote creó The Salus Trust y sus hermanos aparecieron en los papeles de The AlfaOmega Trust, los cuales fueron creados con un saldo inicial de 100 dólares con la posibilidad de concentrar acciones de Grupo Alfa a futuro.

En noviembre de 2012 los trusts recibieron 16 millones 753 mil dólares de la fundación Regina Apostolorum –como reembolso del préstamo de Garza Medina en julio de 2005– y a finales de 2017 la fortuna de los trusts se había disparado: controlaban más de 295 millones de dólares en inversiones, cuentas y préstamos, de fondos que salían de los bancos suizos Pictet, Crédit Suisse, LODH y JP Morgan, según dos estados de cuenta, de más de mil 300 cuartillas cada uno, de estos trusts.

Los Garza Medina señalaron como beneficiario de sus estructuras al Retirement and Medical Trust de la Legión de Cristo, así como a “un trust futuro que sea creado por la Congregación de los Legionarios de Cristo (Italia)”; aparte, señaló que los archivos quedarían en nombre de los Legionarios. Después de su muerte y la de su hermana, Paulina Garza Medina, todos los recursos de los trusts terminarán en la Legión de Cristo.

Un vocero de los trusts aseveró, en respuesta a cuestionarios enviados durante esta investigación, que ambos trusts fueron creados “por algunos miembros de la familia Garza Medina y fondeados con la herencia de la familia”, y refrendó que “ni el padre Garza Medina, ni Dionisio y Felipe Garza Medina, ni tampoco los Legionarios de Cristo u otro beneficiario administra los trusts”.

E indicó: “como cualquier beneficiario sin fines de lucro de un trust, el RMCT puede solicitar una distribución de los trusts para fondear sus gastos (…) ese proceso se conduce de manera independiente a los beneficiarios, incluyendo los Legionarios. Los Legionarios no reciben ninguna información sobre los montos de las inversiones de los trusts”.

Como protector de los trusts quedó Alejandro Alberto Carlos Páez Aragón, el cuñado de Garza Medina –es esposo de Teresa Garza Medina–, quien fue director financiero de Grupo Integer, y a principios de los 2000 fue presidente municipal por el PAN de San Pedro Garza García, el municipio colindante con Monterrey donde vive la élite regiomontana. Evaristo Sada Derby, primo de Garza Medina, aparecía como protector sustituto del trust.

La dinámica de inversión de los trusts es la siguiente: algunos recursos eran canalizados en portafolios de inversión desde las cuentas en Suiza, y otros eran enviados a empresas en México y Estados Unidos a través de sociedades de papel creadas en Inglaterra –llamados AOG Investments Limited y Lus Investments Company Limited– y en Delaware, llamada Lowndes LLC.

Las inversiones son administradas por los fondos de inversión Proaltus Management (en España) y Stella Maris Partners (en México), ambos dirigidos por los mexicanos Marcelo Benítez Albo y Armando Badillo Rodríguez; ese último es vicepresidente para Europa y Asia del Consorcio Educativo Anáhuac, de los Legionarios de Cristo.

Dichos fondos siguen los “consejos” de la empresa Fidelis International Institute –de la que Benítez es socio–, que se dedica a hacer recomendaciones para invertir en bienes que “coinciden con criterios éticos acorde a las enseñanzas de la Doctrina Social de la Iglesia Católica”, según una carta enviada a Benítez en abril de 2012.

Sin embargo, algunas de las inversiones no parecieron muy éticas: los trusts canalizaron recursos al grupo inmobiliario estadunidense Pensam Capital, basado en Miami, que enfrenta una demanda de acción colectiva en Estados Unidos por las condiciones insalubres y peligrosas de un complejo de departamentos en Texas, y ha sido señalado por expulsar a inquilinos en plena pandemia de covid-19 en un complejo de Dunedil, Florida.

La sociedad británica AOG Investments Ltd también recibió transferencias millonarias de empresas de la Legión de Cristo, como reembolsos de presuntos préstamos: Educational Developers, Inc, una fundación en Texas que controla actualmente bienes por 84 millones de dólares; Aventino, LLC, una entidad de Delaware que adquirió una residencia en Jacksonville, Florida, donde Maciel vivió sus últimos días; así como las empresas Franquicias Educativas, SA de CV, Horizons Institute, Arke, Inc. e Investigations & Research in Education; Fomento y Apoyo Educativo, SC, Colegios Interamericanos Anáhuac y American Book Store.

AOG Investments Ltd envió millones de dólares a empresas regiomontanas que pertenecen a la familia Garza Medina, como la energética Jaguar Exploración y Producción de Hidrocarburos, de la que era presidente Dionisio Garza Medina, pero también a empresas dirigidas por Páez Aragón –como 123Mobilité, SA de CV, que opera centros de rehabilitación física– o en empresas dirigidas por Badillo, como Tenedora Santa María o la inmobiliaria Promotora Inmobiliaria Villa XXI.

Otros fondos fueron invertidos en la empresa que desarrolló la implementación de las cadenas de comida chatarra KFC en Europa, o en una sociedad de Islas Caimán que compró algunos de los primeros bonos de Twitter en la bolsa de valores; otros fueron invertidos en bonos de empresas de diversos sectores –como energía, petróleo, minería o telecomunicaciones, agroindustria, refresqueras, entretenimiento y distribución, entre otros– y en fondos de capital de riesgo basados en España, como Seaya Ventures, fundado por Beatriz González, hija de Francisco González, expresidente de BBVA.

Con The Salus Trust, Garza Medina también controlaba 779 mil 252 acciones de la sociedad Integer Ethical Fund, una filial de Grupo Integer creada en Luxemburgo en 2007 por el ya mencionado Benítez Albo y el legionario mexicano Manuel Castro Ruiz. En 2013, el último año previo a su disolución, Integer Ethical Fund manejaba inversiones por 39 millones de dólares, las cuales eran administradas por el banco Pictet.

Castro Ruiz laboró durante siete años en Axtel, cuando la empresa pertenecía a Grupo Alfa, en la dirección de Dionisio Garza Zada, y en los últimos 16 años ha sido jefe de tecnologías de los Legionarios de Cristo.

Los trusts invirtieron en un fondo de inversión inmobiliario de Londres –Cordea Savills London Residential Developments Fund LP– que controla cinco bienes inmobiliarios ubicados en exclusivos barrios de Londres, como Chelsea y Kensigton, con rendimientos de entre 18% y 20%.

Escándalo en Milán

En línea con las prácticas que heredó de su fundador, la Legión de Cristo siempre ha usado el dinero para resolver sus problemas, incluso durante la intervención de De Paolis y en los años posteriores a su salida de la Legión, que se oficializó en marzo de 2014. Tres años y medio más tarde, el 9 de septiembre de 2017, De Paolis falleció.

La congregación se ha distinguido por ofrecer dinero a las víctimas de violación para no llevar sus casos ante los tribunales. Una manera de acallarlas y de tapar las responsabilidades de sus integrantes.

En la ya referida entrevista de 2012, De Paolis incluso lo reconoció: “Nosotros no teníamos el deber de buscar a las víctimas. Quien se sentía víctima podía hacer una petición a la comisión. Las víctimas, al final, han sido menos de diez, cada una de las cuales ha recibido indemnizaciones de 15 mil, 25 mil o 35 mil euros. En algunos casos, incluso algo más”.

Meses antes, en septiembre de 2011, De Paolis había informado a los Legionarios de Cristo que “encontrar un acuerdo con algunos no ha sido difícil; ha sido más complicado para quienes demandan, en nombre de la justicia, montos enormes de dinero que la Legión no puede aportar en absoluto, y que de hecho no se pueden basar en reclamos de justicia”.

La ligereza con la que De Paolis mencionó las “indemnizaciones” de las víctimas toma un eco renovado actualmente, a la luz del juicio que se está desarrollando en Milán contra cinco jerarcas de la Legión de Cristo, acusados de intentos de extorsión y de obstrucción de justicia para silenciar a la familia de un niño violado en 2008, a los 12 años, por el sacerdote Vladimir Reséndiz Gutiérrez, señalado desde los noventa como agresor sexual y condenado a seis años de cárcel, aunque ahora es prófugo de la justicia.

En ese caso, ampliamente cubierto por Irene Savio, corresponsal de Proceso en Italia, la familia acusa que uno de los jerarcas de la Legión –el padre Luca Gallizia–, quien era a la vez el asesor espiritual de la familia, trató de convencerlo en 2013 de firmar un “acuerdo de confidencialidad” elaborado por un abogado de la congregación, Corrado D’Agostino.

El acuerdo planteaba una reparación de 15 mil euros a cambio de declarar que los abusos nunca ocurrieron. La madre sostiene que avisó a De Paolis sobre este acuerdo en enero de 2014, pero que el enviado del Papa no hizo nada al respecto.

Aparte de Gallizia y D’Agostino, en el juicio figuran como demandados los legionarios mexicanos Óscar Náder Kuri –quien sustituyó a Garza Medina como director territorial en Italia, y es superior en la casa de apostolado de San Pedro–, Víctor de Luna de Santiago y el abogado español Manuel Arjona Cordero, acusados de maniobrar para encubrir el caso.

Náder, Luna de Santiago y Arjona son aliados de Garza Medina, y han sido piezas centrales en las estructuras offshore de los Legionarios de Cristo: los primeros dos han sido directores de una fundación abierta en Hong Kong, llamada New Gate Foundation HK, Limited, creada en 2012 por otra sociedad de papel de los Legionarios de Cristo en Nueva York, llamada Arke, Inc.

Arjona, por su parte, fue representante de Educational Developers, Inc, otra sociedad de papel de los Legionarios de Cristo que recibió préstamos millonarios de Garza Medina en la década de los 2000, y terminó reembolsándolo en 2013.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: MATHIEU TOURLIERE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario