lunes, 22 de abril de 2024

Inacabada

De Trez en Trez

Uno.- Así es, nuestro país ha experimentado una transformación en los casi seis años de gobierno morenista encabezado por Andrés Manuel López Obrador, pero no la que nos prometió él y su movimiento: con paz, justicia, democracia, seguridad, honestidad, salud, inclusividad, transparencia y con más oportunidades para todos, entre tantas otras promesas.

A 26 semanas del fin de su gestión y a menos de dos meses de la Gran Elección del 2024, es fácil darnos cuenta de que poco de eso se ha hecho realidad y de que la pretendida transformación ha sido solo un “quítate tú para ponerme yo”.

Hoy en México lamentamos los más de 183 mil asesinatos cometidos tan sólo en la actual administración federal… y los que faltan, así como los fallecidos en exceso durante la pandemia de Covid-19 que minimizaron y tomaron a la ligera. Más de 800 mil muertos se dice.

Al respecto hay cifras estimadas pero no exactas, precisamente por la negligencia en el manejo de la emergencia sanitaria, para la que se compraron vacunas en Cuba, Rusia, China y nunca se concretó la Patria. Todas sin aval de la OMS. Muy lejos pues del sistema de salud de Dinamarca.

El crimen organizado hace lo que le da la gana, se apropia de bienes, servicios y hasta de la vida de miles de ciudadanos en buena parte del país; ocupa el vacío de autoridad de quienes dicen gobernar; decide también candidaturas y resultados electorales. Así la impunidad.

Doz.- Los militares siguen fuera de sus cuarteles, AMLO no los regresó; al contrario, les dio otras tareas: construcción de obras, operación y explotación de algunas, creando una clase militar privilegiada. Carreteras, aeropuertos, trenes (el Maya y el “fantasma”), distribución de medicamentos, aduanas, refinerías, seguridad pública (con pésimos resultados), por citar sólo algunos rubros. De este tamaño la negada -pero evidente-militarización.

Se reserva por “razones de seguridad nacional” la información de en qué, cómo, dónde, cuándo, cuánto y por qué se gasta nuestro dinero (que no del gobierno). Se niega la información que debería ser pública, pretextando que es confidencial, reservada o parcialmente confidencial. Entonces la transparencia no es tal y sí muy opaca, tirando a oscura.

Lo mismo sucede en materia de medicamentos; las ocurrencias están a la orden del día, los insultos y las descalificaciones también. Ante el desabasto de medicinas se inventa una “farmaciotota” que centraliza la distribución y no garantiza la existencia y entrega de lo necesario para tratar determinadas enfermedades. Los padres que exigen medicamentos especializados para sus hijos enfermos son “golpeadores” para el régimen. No hay empatía y sí descalificaciones.

El caso de los 43 de Ayotzinapa sigue casi como hace seis años, cuando AMLO prometió y se comprometió a solucionarlo. Nada nuevo, poco avance. Se niega a reunirse con los padres de los 43, pone pretextos y les da largas.

Como parte de la inseguridad, se dan secuestros masivos de decenas de personas y nada pasa; luego son liberadas, no rescatadas por alguna autoridad, y reina la impunidad, pues las víctimas no acuden a la autoridad en busca de justicia. Tienen no miedo, sino terror de hablar.

Trez.- El Presidente todos los días reparte culpas, evade responsabilidades, insulta, pelea, interviene donde no debe, se queja de ser atacado, maneja “sus datos”, inventa otros, se vuelve a quejar y presume de que según las encuestas sigue siendo “Miss Simpatía”. Como si popularidad fuera sinónimo de bien gobernar. Ha provocado desencuentros con gobiernos de otros países y se acerca a otros no muy buenos. Falta diplomacia.

Acusa a medio mundo de ser corrupto, pero no hay un sólo personaje de peso sentenciado, pocas denuncias y las que tiene se le caen. Maromas legaloides y venganza política de la que tanto se queja. Ve la paja… y no a su círculo cercano y acaso familiar.

Vivimos en un país donde hay más muertos sin haber una guerra, donde persiste la injusticia y la impunidad, con un gobierno opaco, abusivo, autoritario, antidemocrático, mentiroso, ocurrente y corrupto.

La “cuarta transformación” está por terminar sin haber empezado de verdad. La “designada” -que no electa- candidata de Morena ofrece construir “el segundo piso” de la misma. Por ver si no se le cae.

P.D. La lista es larga, lo que falta es espacio.

FUENTE: SEMANARIO ZETA.
AUTOR: ÓSCAR HERNÁNDEZ.

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