El abogado Florian Miedel comenzó diciéndole al testigo que nunca había visto directamente a García Luna, lo que Ávila aceptó.
“Es decir, que no lo vio ni habló con él ni le entregó sobornos o vio que los recibiera”, insistió Florien, quien le recordó al testigo una reunión en 2020 con fiscales del caso y cuestionando la declaración de Ávila sobre los pagos que presuntamente recibía García Luna.
Al respecto, Ávila reconoció que no conocía al exsecretario en persona, pero dijo que él había visto que en los libros de contabilidad aparecían apodos como “Tartamudo” o “Metralleta“ y que al principio “ni siquiera sabía que era él”, pero que luego los hermanos Pineda Villa se lo aclararon.
Al cuestionarlo sobre las pruebas o archivos que vinculen a García Luna con pagos del Cártel de Sinaloa, Ávila dijo no contar con ellas e insistió en que él nunca escribió su nombre en la contabilidad, sino únicamente los apodos a los que hizo referencia: “Tartamudo” o “Metralleta”.
El abogado Miedel también señaló que Ávila comenzó a colaborar con las autoridades estadounidenses tras enterarse de que tenían evidencia en su contra.
El testigo dijo que tras recibir una sentencia en 2018, buscaba “un acuerdo con el gobierno”.
De acuerdo con su propia declaración, entre 2006 y 2007 Ávila fue contador de la organización del Chapo Guzmán y dijo que una de sus funciones consistía en organizar los pagos de sobornos que se hacían a funcionarios, así como los gastos y detalles logísticos del envío de drogas, principalmente cocaína a EU.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: REDACCIÓN.
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