viernes, 9 de septiembre de 2022

Para atender infraestructura, alimentación y horario ampliado, la SEP pide 86% más presupuesto para La Escuela Es Nuestra

La SEP busca que le autoricen para el 2023 un presupuesto de 27 mil 052 millones 869 mil pesos.

Para garantizar y ampliar los beneficios del extinto programa Escuelas de Tiempo Completo, la Secretaría de Educación Pública (SEP) solicitó para el próximo año una ampliación, en términos reales, del 86.4% del presupuesto para el programa La Escuela Es Nuestra.

De acuerdo con el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) que la Secretaría de Hacienda entregó a la Cámara de Diputados, la SEP busca que le autoricen para el 2023 un presupuesto de 27 mil 052 millones 869 mil pesos. Para este 2022 la cámara baja avaló 13 mil 964 millones 320 mil pesos.

El 28 de abril pasado, y luego de la inconformidad y rechazo por la desaparición del programa Escuelas de Tiempo Completo, la entonces secretaria de Educación, Delfina Gómez, acudió a la Cámara de Diputados a explicar a los legisladores las razones por las que la política social que había operado desde 2007 había sido cancelada.

Ahí compartió resultados de un estudio que, aseguró, había hecho la dependencia a su cargo con los que justificó la desaparición del programa, sin embargo, la propia SEP confirmó que no tiene tal estudio.

Durante el encuentro solicitó a los diputados que para 2023 ampliaran los recursos del programa La Escuela Es Nuestra a 32 mil millones de pesos con lo que sería posible atender a 8.9 millones de alumnos de 113 mil planteles de educación básica del país.

Así, el programa La Escuela Es Nuestra, el cual tuvo su origen como una política de subsidios que se entregarían directamente a los comités de padres de familia de cada plantel para atender la infraestructura de los colegios, sumaría los componentes de alimentación y horario extendido.

De hecho, las autoridades educativas anunciaron que las transferencias electrónicas que recibirán los padres de familia incrementarían hasta en un 33%. En el caso de escuelas con hasta 50 estudiantes el apoyo aumentará de 150 mil a 200 mil pesos; los planteles con 51 y hasta 150 alumnos, el monto que recibirán será de 250 mil pesos; y en el caso de colegios con más de 150 estudiantes recibirán 600 mil pesos.

También, para 2023, el programa La Escuela Es Nuestra cambiará de la modalidad Otros Subsidios a Sujetos a Reglas de Operación, de acuerdo con la estructura programática presentada.

“No es lo mismo atender la infraestructura que atender el aprendizaje”

Desde su puesta en operación, el programa La Escuela Es Nuestra ha sido cuestionado por expertos en la materia quienes han señalado la falta de focalización de la política pública y la carencia de mecanismos para la rendición de cuentas, pero luego de que se anunciara que ya no tendría como objetivo primordial la atención de la infraestructura escolar, sino que también atenderá la alimentación de los menores y el pago directo a los profesores que den más horas frente a grupo, las críticas han ido en aumento.

A decir de los expertos, la falta de focalización del programa llevará a no cumplir satisfactoriamente ninguno de los objetivos propuestos porque se está priorizando hacer entregas directas de dinero sin tener diagnósticos de cuáles son las prioridades de atención en cada colegio y comunidad.

Un análisis hecho por la organización Mexicanos Primero muestra que el gasto destinado a las escuelas de educación básica ha tenido un importante decrecimiento en los últimos años en términos reales. 

Por ejemplo, en 2010, cuarto año de la administración de Felipe Calderón, los recursos ascendieron a 78 mil 131 millones de pesos, cifra que fue superada en 2016 —cuarto año de la administración de Enrique Peña Nieto—, cuando ascendió a 80 mil 496 millones de pesos.

Para este 2022, cuarto año de la administración de Andrés Manuel López Obrador, la cifra bajó a 68 mil 120 millones de pesos.

“Paralelamente a la reducción de recursos se ha presentado una tendencia a la desaparición del gasto focalizado. En 2010 existían 46 programas presupuestales con recursos destinados a las escuelas, maestros y estudiantes de educación básica; en 2016, dichos programas se redujeron a 25 y para 2022 a solo 17”, revela un análisis hecho por Mexicanos Primero.

“Tenemos necesariamente que crear programas para atender necesidades diferenciadas, no es lo mismo atender la infraestructura que atender el aprendizaje, son dos inversiones diametralmente opuestas”, subraya Fernando Ruiz, director de investigaciones en Mexicanos Primero.

En 2021 y luego de operar ininterrumpidamente desde el 2007, el programa Escuelas de Tiempo completo que llegaba a 27 mil planteles educativos y beneficiaba a 3.6 millones de alumnos fue eliminado por la SEP.

El enojo e indignación por la desaparición del programa no se hizo esperar por parte de las comunidades escolares y la sociedad civil, lo que obligó a la SEP a modificar las reglas de operación de La Escuela Es Nuestra para este 2022 a fin de incorporar horas extra de clases y alimentación.

“La inversión en aprendizajes, en formación de capacidades de las escuelas desafortunadamente es una inversión que no luce para los políticos porque en el caso de la Escuela de Tiempo Completo los efectos de la inversión tardan tres años —es lo que la evidencia y las evaluaciones habían detectado—”, abunda Ruiz.

“No es algo que a un presidente le luzca de un año al otro como pareciera que sí le luce crear un programa de donde le entrega (dinero) directamente a las familias, así que hay que quitar esa idea y crear programas diferenciados porque estamos atendiendo objetivos diferentes”.

La Evaluación del Servicio de Alimentación del Programa de Escuelas de Tiempo Completo que hizo el Instituto Nacional de Salud Pública, la UNICEF y la SEP, reveló, por ejemplo, que el 65.8% de los niños beneficiarios recibían su primer alimento del día a través de este programa.

Además, es importante mencionar que de acuerdo con las nuevas reglas de operación del programa, el apoyo económico podrá utilizarse para el servicio de alimentación, aun cuando los padres de familia decidan no extender el horario del plantel, es decir, si el dinero no alcanza para atender infraestructura, horas extra y alimentación —aunque los tres componentes sean necesarios en las comunidades escalares—, serán los padres quienes decidan en qué invertirán el recurso que reciban.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: DALILA SARABIA.

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