miércoles, 15 de junio de 2022

Antes de ser asesinada, Abril Pérez Sagaón fue seguida por su atacante durante un mes; su exesposo dio órdenes desde prisión

Antes de ser asesinada, Abril Pérez Sagaón fue espiada y perseguida durante casi un mes por el hombre que finalmente le quitó la vida a tiros. El plan original era matarla en Monterrey donde vivía con sus hijos. Pero tras dos fracasos, el sitio escogido fue la Ciudad de México. El objetivo del crimen: que no pudiera continuar peleando la patria potestad con su exesposo. El pago: 130 mil pesos si lograba asesinarla, 180 mil si lo hacía antes de que llegara a una audiencia y testificara.

Animal Político tuvo acceso a la confesión completa de Rodolfo “N”, quien ante un juez reconoció que él cometió el feminicidio de Abril siguiendo las supuestas órdenes del exesposo de la víctima, Juan Carlos García, exdirectivo de Amazon México. Fue él quien dio los detalles de sus movimientos, las direcciones donde vivía e incluso el arma homicida.

En el video de la audiencia, el presunto autor material señaló que el encargo de asesinar a Abril lo recibió entre el 20 y 21 de octubre de 2019, fecha en la que inició sus labores de espionaje en Monterrey, pero no fue sino hasta el 25 de noviembre cuando concretó el trabajo en la Ciudad de México.

Estos son los puntos clave de la declaración de Rodolfo “N” en la audiencia realizada el pasado 7 de junio en los juzgados penales del Reclusorio Oriente.

Desde prisión, Juan Carlos dio las primeras instrucciones

De acuerdo con Rodolfo “N”, fue una mujer —quien ya está detenida— la que le comentó que había un trabajo que querían ofrecerle y que habría un pago de 130 mil pesos: 100 mil como “sueldo” por matar a Abril Pérez Sagaón y 30 mil pesos para que pagara todo lo necesario para hacerlo.

La mujer le explicó que ella lo enlazaría telefónicamente con Juan Carlos para que le diera las instrucciones de cómo encontrar a la víctima, aunque el pago por sus servicios sería realizado por otra persona cercana al empresario, que en ese momento se encontraba preso por un intento de feminicidio contra Abril.

Desde prisión, el exesposo se hacía llamar “el primo” y, a través de diversas llamadas con Rodolfo “N”, le encomendó intentar cometer el asesinato en el fraccionamiento donde vivía la víctima, en el gimnasio al que acudía rutinariamente o en la escuela a la que iban sus hijos.

Originario de la Ciudad de México, el tirador estuvo dos veces en Monterrey para buscar a Abril, sin éxito. Desde la primera ocasión, se entrevistó con una persona quien, siguiendo las instrucciones de Juan Carlos, le entregó el arma con la que la mató: un revólver calibre 38, marca Smith & Wesson. Para que el arma no fuera detectada en aeropuertos o terminales de autobuses, decidió mandarla por paquetería separada.

La tarde del 25 de noviembre de 2019, cuando finalmente se cometió el crimen, Rodolfo “N” y otros dos hombres, a quienes pagó para que lo auxiliaran en su encomienda, estuvieron rondando por el consultorio psicológico al que Abril y sus hijos acudían por el proceso contra Juan Carlos —que previamente ya había intentado asesinar a su esposa—. Al no verla ahí, acudieron al “búnker” de la fiscalía de la ciudad para saber si había ido a hacer trámites.

Finalmente, Abril fue interceptada por los tres hombres cuando circulaba por avenida Río Churubusco. Salió de consulta, en un automóvil Malibú acompañada por uno de sus hijos y de su abogado. Como si lo que narrara fuera trabajo rutinario y no un crimen violento, Rodolfo “N” narró de forma calmada que se le emparejó al coche y le disparó a la mujer en varias ocasiones. Dijo que tuvo cuidado de no herir a sus hijos, pues Juan Carlos ya le había indicado que viajarían con ella y quería que salieran ilesos.

La orden fue que Abril no llegara a la siguiente audiencia

Juan Carlos pasó un breve lapso en prisión, después de que Abril Pérez Sagaón lo denunciara por intentar matarla, golpeándola con un bate metálico de beisbol. Además de iniciar el proceso en su contra, la mujer pidió el divorcio y se encontraba comenzando una nueva vida, en Monterrey, donde trabajaría como consultora y pensaba montar un proyecto de apoyo a otras mujeres víctimas de violencia.

Sin embargo, fue asesinada antes de que esto ocurriera. Días antes del crimen, Juan Carlos salió de la cárcel luego de que jueces capitalinos reclasificaron el delito de tentativa de feminicidio por lesiones. Hoy, es identificado como el presunto autor intelectual del feminicidio y permanece prófugo de la justicia.

Antes de disparar, Rodolfo “N” habló por teléfono con Juan Carlos, quien para el día del ataque ya estaba libre. Le advirtió que uno de sus hijos podría estar con Abril y le mencionó que tenía urgencia de que esa misma noche se cometiera el asesinato, para que ella no pudiera acudir a la siguiente audiencia del proceso que seguía en su contra.

“El primo me dice ‘mira, no vayas a disparar como loco porque ahí va mi hijo, pero si haces las cosas bien y las haces hoy, te voy a dar un bono de 50 mil pesos’, así me lo dijo, ‘esta culera no puede llegar a la (siguiente) audiencia’”, relató Rodolfo “N”.

Tras disparar, Rodolfo “N” cruzó Río Churubusco con rumbo a la calzada de Tlalpan, donde ya lo esperaba su cómplice en motocicleta. “Me subí y salimos por toda la lateral, fuimos a meter el vehículo a una unidad que está por el mercado de Jamaica”, dijo.

Para el abogado de la familia de Abril, Héctor Pérez, los señalamientos realizados durante la audiencia celebrada el pasado 7 de junio deben presionar a la fiscalía capitalina para detener a Juan Carlos. Hasta ahora, por el caso han sido aprehendidas ocho personas.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: ERÉNDIRA AQUINO.

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