Los engañosos kits fueron entregados hace un año, pero no fue hasta principios de febrero de este 2022 cuando el caso desde las redes sociales se convirtió en indignación nacional. Una investigación de LoQueSigue detectó los momentos y los personajes principales que detonaron la conversación en redes y que no eran bots como afirmó la Jefa de Gobierno.
Ivermectina, el medicamento de la esperanza
Para entender por qué causó tanta consternación la ivermectina, primero veamos que es este medicamento y cuál es su relación con la pandemia. A principios de 2020, cuando el coronavirus empezaba a propagarse por el planeta, las farmacéuticas y autoridades de salud de todo el mundo iniciaron una serie de estudios en laboratorio con medicamentos ya existentes para buscar si alguno era eficaz contra la enfermedad, uno de ellos fue la ivermectina.
Este fármaco es un agente desparasitante utilizado en animales, principalmente en ganado. Solo en algunos casos muy específicos, y en dosis mínimas, es recetado para uso humano.
Aunque al principio la ivermectina fue un rayo de esperanza; con el tiempo, las autoridades sanitarias en Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea e incluso en su momento el propio Hugo López-Gatell advirtieron su uso señalando que no hay evidencia científica de su eficacia y seguridad para el tratamiento del coronavirus.
De hecho en agosto de 2020, la Secretaría de Salud federal publicó la Guía de uso de medicamentos de eficacia no demostrada en pacientes con covid-19 en hospitales de la República Mexicana. En este documento las autoridades sanitarias abordaron detalladamente cuales fármacos no debían recetarse ni administrarse a pacientes que padecían el virus, entre ellos estaba la ivermectina
Kits médicos con ivermectina
Así a pesar de los focos rojos que había contra este medicamento, durante finales de 2020 y parte de 2021 la administración de Sheinbaum gastó 29 millones de pesos para comprar 293 mil cajas de ivermectina, 100 mil de ácido acetilsalicílico y 93 mil de azitromicina, un antibiótico que por cierto tampoco está aconsejado para el tratamiento del covid-19. El objetivo fue crear kits médicos y repartirlos a los miles de capitalinos que salieran positivos al virus.
Para mayo de 2021, cuando el proyecto ya estaba en marcha, el titular de la Agencia Digital de Innovación Pública, José Antonio Peña Merino compartió en conferencia de prensa que él y un equipo de expertos llevaron a cabo un análisis “cuasi experimental” sobre la entrega de los botiquines médicos.
Aparentemente encontraron que aquellos pacientes que recibieron ivermectina fueron menos propensos a empeorar y hospitalizarse por coronavirus. Esta investigación fue compartida en el famoso portal científico SocArXiv.
El escándalo en redes
No fue hasta principios de febrero de este 2022 cuando Twitter se inundó de mensajes llenos de indignación por el caso. Pero ¿por qué hasta ahora? Por lo que se analizó, entre el 4 y 9 de febrero, 11,219 tweets con la palabra Ivermectina y encontramos dos razones principales:
Durante estas fechas el comité directivo de SocArXiv tomó una decisión sin precedentes, retiró el ensayo de José Merino al alegar que contenía “información errónea” y que fue recopilada de manera “poco ética”. Recordemos que los capitalinos fueron sujetos a una investigación sin su consentimiento. Casi de inmediato, las respuestas de médicos, científicos y funcionarios saltaron en twitter entre ellas la del propio Merino quien repudió la decisión del portal, la calificó de “colonialista” y “autoritaria”.
Las llamas se avivaron nuevamente cuando la Jefa de Gobierno hizo una declaración pública: defendió el uso de la Ivermectina, alegó que los kits no fueron un experimento y afirmó que el caso se trató de una campaña de bots.
Sus palabras fueron respaldadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador y el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell, quienes señalaron que la decisión de utilizar este polémico fármaco se tomó con la información que estaba disponible en ese momento.
En cuanto a la acusación de Sheinbaum sobre la implementación de bots para amplificar negativamente la noticia. Encontramos que entre el 4 y 5 de febrero lo más compartido en redes fue el hilo del académico Luis Venegas que cuestionaba si era ético o no el haber realizado pruebas en la población. En nuestra investigación no detectamos ningún bot. Su viralización fue totalmente orgánica.
La difusión del hilo de Luis Venegas fue de forma orgánica
Venegas expresó, en una entrevista exclusiva, que como especialista sintió la necesidad de expresar su opinión sobre todo porque la ciencia y la implementación de políticas públicas no se basan solo en buenas intenciones.
Por otro lado, para el 8 de febrero, la cuenta de la periodista Ana Francisca Vega destacó del resto por su investigación que detalla que aunque la OMS descartó el uso de la Ivermectina como tratamiento en enfermos con Covid-19, el fármaco siguió recetándose en los hospitales públicos de la Ciudad de México hasta al menos enero de este año. Su mensaje fue completamente orgánico, sin bots de promedio.
El tweet de la periodista Ana Francisca Vega ganó relevancia por los cuestionamientos a la Secretaria de Salud Oliva López sobre la entrega de Ivermectina en los centro de Salud de la CDMX
El Tweet de Ana Francisca Vega y su propagación (en color rosa) muestra que fue uno de los más influyentes en las protestas por el reparto de Ivermectina en la CDMX
Ana indicó que para ella fue importante resaltar el caso porque todavía quedan muchas preguntas por responder, comenzando por ¿por qué en este 2022
siguieron recetando el "kit" ya sin llamarlo así en el sistema de salud público?
Cabe destacar que el único mensaje sospechoso de ser amplificado de forma no natural fue el del director de la Revista Etcétera, Marco Levario Turcott.
Una protesta orgánica y justificada
A pesar de lo que dice el gobierno, la indignación por los kits médicos repartidos en la Ciudad de México fue una protesta espontánea y orgánica en redes pues el tema no fue para menos: las autoridades de la capital implementaron una mala política pública que no estuvo basada en el uso de evidencia imparcial y exacta, por el contrario sus funcionarios diseñaron con poca ética un experimento y utilizaron plataformas científicas para difundir información falsa sobre la eficacia de posibles tratamientos contra el covid-19.
Para empeorar el asunto los beneficiarios del botiquín no fueron informados sobre el análisis “cuasi experimental” que se estaba realizando ni sobre el debate que existía en torno a la ivermectina.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: CLAUDIA GONZÁLEZ.
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