lunes, 31 de mayo de 2021

Una inédita propuesta castrense

El futuro de las relaciones cívico-militares pasa por el Congreso de la Unión. Si el partido en el poder y sus aliados obtienen la mayoría, se va a profundizar la expansión de las Fuerzas Armadas en la vida pública.

Es irrelevante que militares en retiro vayan como candidatos, pues siempre han participado en cargos de elección popular. Están en su derecho de votar y ser votados. Aquí vale la pena preguntarse qué es mejor: un militar con 35 o 40 años de carrera de armas, con una trayectoria de pundonor, o un candidato con presunta relación con la delincuencia organizada, como está pasando.

Así lo señala Marcos Pablo Moloeznik, profesor investigador del Departamento de Estudios Políticos del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara, acerca de la insólita planilla formada exclusivamente por militares en retiro, para disputar los cargos de alcalde, síndico, regidores, diputados estatales y federales de Naucalpan, Estado de México, por el Partido Encuentro Solidario (PES).

Con trabajos de investigación sobre seguridad pública, defensa y Fuerzas Armadas, considera que el hecho de que los candidatos sean militares no los desautoriza. Es claro que si llegan al Congreso federal o local buscarán llevar agua a su molino, como lo hacen los demás grupos, sobre todo en lo relativo al presupuesto.

Su participación, hasta ahora, señala Moloeznik, se ha limitado a comisiones de Marina, Defensa, Seguridad o la Bicamaral de Seguridad Nacional. Sin embargo, lo preocupante es la expansión de sus actividades más allá de sus funciones de Fuerzas Armadas, que las aleja de la relación cívico militar en el proceso de consolidación democrática en México.

“En esta administración tenemos una prevalencia del estamento militar por todas las responsabilidades extramilitares que les ha dado el presidente, como la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, el Tren Maya o las sucursales del Banco del Bienestar. Ya no hablemos de temas como el manejo administrativo de puertos y aduanas.” 

Eso rompe el equilibrio de subordinación tradicional. Tienen una sobrecarga que ni siquiera está prevista en las leyes orgánicas de las Fuerzas Armadas, indica.

En su opinión, están atando a las Fuerzas Armadas a un proyecto político, no a un proyecto de nación. La pregunta es: ¿qué va a pasar después de este sexenio? Las pretenden identificar con una ideología que no es compartida por todos los mexicanos.

Para él lo preocupante es que se les está dando un trato muy similar a lo que en su momento hicieron en Cuba y después en Venezuela. Ambos regímenes se sostienen gracias a las Fuerzas Armadas.

“Es un camino muy peligroso, a la luz de los antecedentes de Cuba y Venezuela, donde los militares son gerentes de empresas y realizan otras actividades que no tienen que ver con su naturaleza militar”, considera.

Dice que el problema es que en México el sistema político es presidencialista, por ello el presidente es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas; dependen de lo que él les pida. 

El futuro de las relaciones cívico-militares pasa por el Congreso de la Unión. Si el partido en el poder y sus aliados obtienen la mayoría, se va a profundizar la expansión de las Fuerzas Armadas en la vida pública o por lo menos se va a consolidar en todas las actividades que se les han asignado hasta ahora, más allá de las funciones propias del Ejército y la Marina. 

Moloeznik explica que una cosa es que en el caso de los puertos, la Marina participe en su seguridad y otra muy distinta es que estén a cargo de la gestión administrativa. Incluso les puede resultar contraproducente, porque deberán dedicar más personal. Ahora participan hasta en la marina mercante.

Javier Oliva Posada, profesor titular de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, coincide en algunos puntos con Moloeznik:

“No es la primera vez que un militar en situación de retiro se postula. Como lo estipula la ley son sus derechos ciudadanos: los han tenido el PAN y el PRI. Lo que llama la atención es que es una planilla completa de militares quienes estén ejerciendo su derecho a organizarse y participar en política. Recordemos que no necesariamente necesitan el visto bueno de las autoridades militares para actuar en política una vez que ya pasaron a retiro.

“Que yo recuerde, es la primera vez que se presentan en esta forma.

“Hay que ver las jerarquías de quienes se están presentando. Sin demérito de la estructura jerárquica, porque son pocos los que pertenecen a la alta jerarquía”, señala Oliva Posada, estudioso en temas de defensa, dimensiones de la seguridad e inteligencia.

En su opinión, los elementos castrenses no van a ganar ninguna posición de mayoría, salvo que tengan alguna negociación por una representación proporcional.

“Por otro lado, a ciencia cierta un partido confesional, como es Encuentro Solidario, de clara orientación cristiana, me parece que debería de estar siendo observado su registro, porque la ley no permite esa práctica. No lo hacen de manera explícita, pero eso del PES y el simbolismo del cristianismo, etcétera, está más que presente. Además de su rechazo a matrimonios de homosexuales y al aborto”, explica.

–¿Qué lectura se le podría dar a este ejercicio? 

–Por un lado llama la atención que sean sólo militares, pero por el otro lado tampoco me parece algo llamativo en términos del ejercicio de sus derechos ciudadanos. Insisto, lo curioso del caso es que el Partido Encuentro Solidario es el vehículo para presentar estas candidaturas. Para tener una mejor lectura hay que ver su programa de acción sobre seguridad pública o hay algo del crimen organizado.

“Sí es raro, pues es la primera vez que se presentan en esta forma, por eso también hay que ver las jerarquías de quienes se están presentando. Sin demérito de la estructura jerárquica, no es lo mismo decir va un militar soldado raso a que digas un militar general de división. Hablando de los casos extremos de la jerarquía básica a la pinacular.” 

¿Es una muestra abierta de que pueden organizarse para militarizar al país? –se le pregunta a Oliva Posada.

–No lo creo. Primero no creo que tenga éxito electoral el PES, porque es un partido marginal, periférico, que ya una vez perdió su registro y en esta ocasión vuelve a presentarse con otro nombre pero con las mismas siglas. Creo que está aprovechándose del buen prestigio de las Fuerzas Armadas para sumar votos en un municipio tan densamente poblado y tan importante como Naucalpan.  

Texto publicado en el número 2326 de la edición impresa de Proceso

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: PATRICIA DÁVILA.

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