“Estamos tocando fondo. Hemos dado un giro muy dramático a la política migratoria mexicana desde que empezó el gobierno del presidente López Obrador en diciembre 2018. Y que pasó de ser una política que enfatizaba la protección de derechos humanos y la promoción del desarrollo. Debido en particular a las presiones del gobierno de Trump terminamos siendo una política migratoria focalizada en la contención, focalizada en frenar personas, en cerrar nuestra frontera, de hecho en términos prácticos.
Y de manera institucional con dos productos notables que modifican el escenario: el primero fue que la Guardia Nacional tuviera atribuciones de control migratorio, lo cual es prácticamente el Ejército mexicano, porque la Guardia depende del Ejército. Y el segundo gran cambio fue el desplazamiento de facto de la Secretaría de Gobernación de las tareas migratorias y el control que por disposición del presidente empezó a tomar la cancillería y que persiste en él.
“Entonces esto que es a nivel institucional se traduce en un aparato de control muy grande desde junio del 2019 y que ahora solo ha venido en estas semanas y con este acuerdo a consolidarse, incluso anunciar que sea el Ejército el que esté en control del flujo en la frontera sur, pues nos recuerda lo que hubiera querido Trump desde siempre: tener al Ejército mexicano ahí en la línea y si sumamos ahora a las Fuerzas Armadas y a su policía, incluso paradójicamente lo cual es el colmo, a las policías y Ejército de Honduras para frenar a su población, ya el panorama es el peor de todos, es el mensaje de la exclusión, el mensaje del freno, el mensaje del obstáculo, con independencia de las condiciones en que estas personas se mueven, porque muchas de ellas son refugiados y ameritan protección internacional, entonces sí, el escenario es muy crudo”, expuso en Aristegui en vivo.
“Se impuso una visión y una manera de entender a la migración y el refugio que fue la que construyó el gobierno de Trump. Esa visión lamentablemente tuvo un efecto muy potente sobre el gobierno mexicano y además sobre el gobierno de Guatemala, en el de El Salvador y en el de Honduras. Lo que que estamos atestiguando es una continuidad de esos acuerdos y esa fuerza que tuvo el gobierno de Trump para hacer modificaciones tan importantes a las políticas migratorias de estos países. Tenemos esa inercia ahorita funcionando y operando. Pero domina una negación de los factores que el gobierno de México ha insistido: los factores estructurales que motivan a esta migración: la pobreza, la violencia, la inseguridad de todos los tipos y la irresponsabilidad de todos los gobiernos, aquí también hay que señalarlo porque no ponemos el foco en la responsabilidad que tiene en particular el gobierno de Honduras, que es el caso más crítico y más irresponsable en el desempeño y el cuidado de su población”, lamentó.
Y es que el 50% del flujo actual es de hondureños, apuntó.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.
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