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CURP biométrica, militarización y geolocalización: Morena promulga reformas que en su momento Calderón y Peña impulsaron

Reformas en materia de datos biométricos, geolocalización y militarización, promulgadas por la presidenta Claudia Sheinbaum, fueron rechazadas por su partido, Morena, cuando fueron oposición; PAN y PRI también dieron un viraje en sus posturas.

Cuando eran oposición rechazaban que los militares se encargaran de tareas de seguridad pública y que los datos biométricos de la ciudadanía se utilizaran para combatir la inseguridad, pero ahora, en el gobierno, los morenistas cambiaron de postura, como evidencia la reciente aprobación y promulgación de reformas a las que antes se opusieron.

Este miércoles 16, la presidenta Claudia Sheinbaum promulgó el paquete de reformas que fueron aprobadas por Morena y aliados en el periodo extraordinario en el Congreso, entre ellas las que permiten geolocalización en tiempo real, una CURP con datos biométricos y que la Guardia Nacional quede subordinada al Ejército. 

Pero como oposición, la actual presidenta de Morena, Luisa María Alcalde, criticó la posibilidad de la geolocalización de equipos móviles en tiempo real, como pretendía el expresidente Enrique Peña Nieto, y el actual presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, rechazó de manera incisiva al uso de cuerpos militares en tareas de seguridad pública antes de que su movimiento llegara al poder.

Sin embargo, las contradicciones también salpican a legisladores hoy de oposición.  Mientras en 2014, PAN y PRI votaron a favor de la ley que permitía la geolocalización en tiempo real, en esta ocasión, esos mismos partidos rechazaron esa medida y votaron en contra.

CURP y datos biométricos

En 2009, el entonces presidente Felipe Calderón anunció que iniciaría la expedición de la Cédula de Identidad Ciudadana, que contemplaba la vinculación de huellas dactilares, fotografía y datos biométricos de los mexicanos, a través del Registro Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil, Renaut. Dos años después, sin que disminuyeran los delitos, la medida fue suprimida por el Congreso.

Cuando el partido Morena llegó a la Presidencia, las críticas contra el registro de datos biométricos se diluyeron y la intención de Calderón fue revivida en una reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión con la creación del Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil (Panaut), presentado por el entonces diputado morenista, y actual secretario de Educación, Mario Delgado, que tenía los mismos argumentos: reducir delitos como la extorsión y el secuestro.

El INAI —desaparecido por el gobierno actual— impugnó la reforma ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que resolvió que la norma vulneraba los derechos a la privacidad y a la protección de datos personales.

Pero la medida fue revivida en el reciente periodo extraordinario en el Congreso.

La Ley General de Población señala, en su artículo 91, que la Clave Única de Registro de Población (CURP) será la fuente única de identidad de las personas en México y la CURP que contenga huellas dactilares y fotografía será el documento nacional de identificación obligatorio.

La Secretaría de Gobernación integrará los datos biométricos de las personas a la CURP mediante la transferencia de la información que esté en poder de las autoridades. La reforma establece que la incorporación de los datos biométricos a la CURP “será previa autorización de su titular”; sin embargo, empresas privadas y entes públicos deben incorporarla como requisito para la prestación de los trámites y servicios a su cargo.

La nueva Ley en materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión establece que las empresas de telefonía deberán solicitar la CURP de las personas usuarias para activar y mantener activas las líneas. Esa información será resguardada y estará disponible en una plataforma digital accesible para autoridades de seguridad que lleven a cabo investigaciones, conforme a lo previsto en la Ley del Sistema Nacional de Investigación e Inteligencia en Materia de Seguridad Pública.

Militarización

Uno de los cambios más significativos en la postura de la autollamada cuarta transformación es respecto a la presencia de militares en labores de seguridad pública. Un posicionamiento que ha sido cuestionado en distintas ocasiones por grupos de oposición, como ocurrió el 30 de junio en el Senado, cuando se aprobó la Ley de la Guardia Nacional que consolidó la estructura de la corporación como una de las instituciones subordinadas a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Durante su campaña presidencial, el expresidente Andrés Manuel López Obrador cuestionó el uso de militares en tareas de seguridad pública. Sin embargo, la propuesta de crear la Guardia Nacional como un cuerpo civil se modificó cuando él mismo envió una iniciativa de reforma constitucional para colocar a esa corporación bajo el mando de la Secretaría de la Defensa Nacional.

El cambio se consolidó con la ley general aprobada en el reciente periodo extraordinario, promovida por la presidenta Claudia Sheinabum.

En septiembre pasado, con la reforma constitucional, integrantes de Morena argumentaron que ante la inseguridad, debían tomar decisiones de ese tipo. El senador Javier Corral, incluso, citó a uno de los fundadores del PAN —Carlos Castillo Peraza— para justificar los cambios de postura como oposición y gobierno.

“Cuando uno está en la oposición está en el cielo, pero cuando uno está en el gobierno está en la tierra y entonces hay que enfrentar las realidades acumuladas del rezago, la incompetencia y la complicidad o la corrupción. Y esa es la realidad en la que se enfrentó la creación de la Guardia Nacional en la necesidad de reformar la inseguridad ante los altos niveles de violencia”.

El respaldo al uso de un cuerpo militar en el combate a la seguridad pública contrasta con las críticas que ellos mismos realizaban hace unos años.

En 2017, cuando el PRI gobernaba el país, el entonces diputado Gerardo Fernández Noroña, hoy presidente del Senado por Morena, acusaba a las Fuerzas Armadas de poner en riesgo los derechos humanos de la ciudadanía: “Ellos no son para laborales de seguridad pública, ellos están frente a una invasión extranjera, no para voltear sus armas contra el pueblo”.

Luego, en 2018, la Corte invalidó la Ley de Seguridad Interior promulgada en 2017 bajo el gobierno de Enrique Peña Nieto, debido a que contenía disposiciones que pretendían normalizar la utilización de las Fuerzas Armadas en temas de seguridad pública,  lo que resultaba inconstitucional.

Geolocalización

En julio de 2014, la entonces diputada Luisa María Alcalde, hoy dirigente nacional de Morena, criticó la propuesta de Ley en Telecomunicaciones, aprobada ese año, por la posibilidad de geolocalizar en tiempo real aparatos de telefonía móvil. La hoy morenista se enfocó en los artículos 189 y 190, y cuestionó: “¿En qué país existen leyes en materia de telecomunicaciones con técnicas de investigación aún más intrusivas que la propia ley penal? Sólo en México”.

Esa Ley de Telecomunicaciones, que fue aprobada en el sexenio de Peña Nieto, fue rechazada también en junio de 2014 por Julio César Moreno y Martha Lucía Mícher, hoy diputado y senadora por Morena, respectivamente.

Una década después, sin embargo, ambos legisladores respaldaron la nueva versión del documento, que mantiene la misma redacción en artículos que permiten la localización en tiempo real de los dispositivos.

Esos artículos, que permiten la localización georreferencial de usuarios de telefonía con la orden de un juez federal, fueron replicados tal cual en los artículos 182 y 183 de la Ley de Telecomunicaciones aprobada por la mayoría morenista.

La oposición y el oficialismo intercambiaron papeles. Esos artículos que entonces fueron respaldados por los votos de PAN y PRI, ahora fueron rechazados por las bancadas de esos partidos.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: ANDRO AGUILAR.

Gobierno y Congreso tejen red de leyes para acceder a información personal y aumentar controles sobre la ciudadanía

Nueve días le bastaron al Congreso mexicano para aprobar un conjunto de leyes que abren los datos personales de la ciudadanía a instituciones financieras y de seguridad.

En nombre de la seguridad y de la necesidad de resolver la crisis de desapariciones que hay en el país, el Congreso aprobó en nueve días y en fast track un paquete de reformas que permitirán al gobierno federal acceder a los datos biométricos y personales de la población, y que otorga más facultades a instituciones de seguridad para realizar labores de inteligencia.

En un periodo extraordinario que se extendió entre el 23 de junio y el 2 de julio, la Cámara de Diputados y el Senado aprobaron leyes en materia de población, seguridad, inteligencia, desaparición de personas, telecomunicaciones, así como en torno a la Guardia Nacional, con el principal argumento de prevenir y combatir delitos.

El común denominador de las reformas es que permiten a autoridades civiles y militares acceder a los datos personales y biométricos de la ciudadanía, así como sus registros digitales, tanto los que estén en posesión de empresas privadas como de instituciones públicas.

La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, el Centro Nacional de Inteligencia, las Fuerzas Armadas, la Guardia Nacional, las fiscalías y las comisiones de atención a víctimas son las dependencias que tendrán acceso a bases de datos con fines de investigación y prevención.

Organizaciones civiles como R3D, experta en derechos humanos en el entorno digital, calificaron esta serie de reformas como un “sistema de vigilancia sin controles”, ya que en la mayoría de los casos las instituciones de seguridad no necesitarán permiso de un juez para acceder a las bases de datos.

Todas las leyes fueron aprobadas por Morena, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM); en algunos casos, acompañados por el Partido Acción Nacional (PAN) y Movimiento Ciudadano. Mientras el Partido Revolucionario Institucional rechazó todas las iniciativas.

En su mayoría, las reformas y creación de estas nuevas leyes responden a los cambios constitucionales promovidos por la propia presidenta Claudia Sheinbaum desde antes de tomar posesión del cargo, además de propuestas realizadas por el expresidente Andrés Manuel López Obrador como parte del llamado Plan C.

Ley de Inteligencia fortalece facultades del CNI

Dos de las leyes aprobadas tuvieron el objetivo de fortalecer las funciones de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), que a través del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) coordinará el acceso a bases de datos con fines de investigación.

La reforma que crea la Ley del Sistema Nacional de Investigación e Inteligencia en Materia de Seguridad Pública fue enviada por la presidenta Claudia Sheinbaum al Congreso desde febrero de este año; sin embargo, estuvo cuatro meses congelada por las críticas que recibió de parte de organizaciones sociales y expertos en la materia.

Esta ley fue aprobada el pasado 26 de junio en la Cámara de Diputados en un proceso lleno de polémica, ya que 12 horas antes de la discusión Morena modificó totalmente el contenido del dictamen, sin que los cambios se discutieran primero en la Comisión de Seguridad.

Morena realizó los cambios al dictamen a través de una “adenda” firmada por seis de los 18 integrantes de la Junta Directiva de la Comisión de Seguridad, un grupo de trabajo que el pasado mes de marzo ya había aprobado la iniciativa enviada por Sheinbaum.

Con la ley en materia de inteligencia, el CNI obtuvo la atribución de coordinar la Plataforma Central de Inteligencia, en la que estarán interconectados los registros y bases de datos de todas las instituciones públicas. De manera temporal o permanente también podrán estar interconectados los registros de las empresas que posean información utilitaria para realizar una investigación.

El artículo 12 de la ley de inteligencia establece los tipos de registros a los que podrá acceder el CNI, entre ellos los que tienen información fiscal, telefónica, biométrica, vehicular, comercial, empresarial, bancaria y de salud.

La información y los productos de inteligencia que se recopilen en la Plataforma Central serán utilizados para perseguir delitos de alto impacto, con énfasis en el homicidio doloso, feminicidio, secuestro, extorsión, robo a transporte con violencia y la desaparición de personas. Aunque la ley también establece que los trabajos de inteligencia se utilizarán para prevenir delitos en general.

Guardia Nacional participará en acciones de inteligencia

La Guardia Nacional y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no se quedarán atrás. En el periodo extraordinario, el Congreso dio más facultades a estas dependencias para que realicen labores de inteligencia con fines de investigación.

El Congreso les dio estas facultades a través de un paquete de leyes reglamentarias que en esencia debían modificar las funciones de la Guardia Nacional, pero de paso el gobierno también aprovechó la reforma para dotar de más atribuciones a la Sedena.

Claudia Sheinbaum envió a la Cámara de Diputados una reforma para emitir una nueva Ley de la Guardia Nacional. La iniciativa tenía más de 900 páginas, y fue aprobada en la Cámara de Diputados apenas tres semanas después de haberla recibido.

La reforma significó la militarización total de la Guardia Nacional, que desde ahora tendrá una estructura y un funcionamiento interno similar al del Ejército. Ya de por sí esta institución estaba adscrita a la Sedena.


La Guardia Nacional formará parte del Consejo Nacional de Inteligencia en Seguridad Pública, y tendrá la facultad de realizar labores de investigación e inteligencia para resolver delitos con el acompañamiento del Ministerio Público.

Gracias a su nueva atribución de investigar delitos, la Guardia Nacional podrá solicitar a las empresas de telecomunicaciones registros telefónicos y geolocalizaciones en tiempo real de equipos móviles. Además podrá intervenir comunicaciones privadas con la autorización de un juez.

La reforma también incluyó una modificación a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, donde se estableció en su artículo 21 que la Sedena podrá “operar, procesar y utilizar información en materia de seguridad nacional para advertir riesgos y prevenir amenazas mediante los organismos de inteligencia”.

Durante el proceso de aprobación de esta ley, los partidos de oposición alertaron sobre el posible choque que existirá entre la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, ya que ambas dependencias tienen facultades parecidas en cuanto a la investigación y generación de información de inteligencia para combatir delitos.

Llave MX, herramienta con datos biométricos

La Agencia de Transformación Digital de Telecomunicaciones (ATDT) también tendrá acceso y control de los datos biométricos y personales de los ciudadanos a través de la Llave MX, una herramienta digital que servirá para hacer trámites en línea.

Esta medida fue aprobada el pasado 24 de junio en el Senado de la República, cuando los legisladores aprobaron la Ley para Eliminar los Trámites Burocráticos que será puesta en marcha por la Agencia.

La Llave MX estará asociada al CURP de su titular, un documento que deberá tener las huellas dactilares y la fotografía de cada ciudadano por otra reforma a la Ley General de Población que también se aprobó en este periodo extraordinario.

“Cuando la CURP tenga asociados los datos biométricos de su titular, tendrá el carácter de documento nacional de identificación, y será una identificación oficial (…) El documento nacional de identificación en su formato digital está a cargo de la Autoridad Nacional”, señala la Ley para Eliminar los Trámites Burocráticos.

Esta legislación fue la primera en aprobarse de entre todas las que permiten al gobierno tener acceso a los datos biométricos de los ciudadanos. La Cámara de Diputados la avaló desde el 28 de abril, y el Senado lo hizo recientemente en este periodo extraordinario.

Telecom: registro de usuarios de internet y telefonía móvil

La reforma en Telecomunicaciones propuesta por la presidenta Claudia Sheinbaum generó rechazo desde su presentación en abril pasado, principalmente por dos razones: la concentración de funciones en la ATDT —que sustituye al suprimido Instituto Federal de Telecomunicaciones— y la facultad a ese organismo de bloquear plataformas digitales.

La iniciativa fue detenida por indicaciones de la propia mandataria y el Senado organizó cinco conversatorios para nutrir y mejorar la reforma. Dos meses después esas dos principales funciones fueron eliminadas. Sin embargo, persistieron, ordenamientos que causaron rechazo de legisladores de oposición y organizaciones civiles.

Uno de los debates más intensos en la tribuna fue la posibilidad de geolocalización en tiempo real, contenida en el artículo 183 de la iniciativa, que es una copia del 190 de la normativa aún vigente en el sector.

Al mantener vigente la disposición, la ley establece que las empresas tendrán que colaborar con autoridades de seguridad y fiscalías en la localización geográfica en tiempo real de los equipos terminales, “en los términos que establezcan las leyes”. De acuerdo con el artículo 303 del Código Nacional de Procedimientos Penales, esa acción sólo podrá ocurrir con la orden de un juez.

La ley también establece que sólo podrán tener servicio móvil de teléfono e internet aquellas líneas cuyos propietarios hayan sido identificados con su CURP, que funcionará como la identificación oficial. Las líneas que no cumplan con ese requisito serán suspendidas. En el artículo 103, la nueva ley establece que las empresas que presten el servicio móvil sólo podrán activar y mantener activo el servicio de las líneas que estén asociadas a usuarios finales que hayan presentado su identificación oficial.

Asimismo, en el artículo transitorio 30, la ley establece que la recientemente creada Comisión Reguladora de Telecomunicaciones tendrá hasta 120 días hábiles tras la promulgación de la nueva legislación para emitir los lineamientos para la identificación de líneas de servicio móvil. Si pasan otros 120 días sin cumplir ese requisito, las líneas tendrán que ser suspendidas y sólo servirán para realizar llamadas de emergencia y atención ciudadana.

La ley en materia de desapariciones: CURP con datos biométricos

En cuanto a la materia de desapariciones, la iniciativa contemplaba modificaciones a dos leyes. Los cambios que alertaron a organizaciones civiles y opositores fueron los contemplados en la Ley General de Población, por la disposición de incorporar los datos biométricos de las personas a la CURP, y la obligación de los ciudadanos a presentarla para la realización de trámites y servicios.

“La Clave Única de Registro de Población deberá ser empleada en los procesos de validación y autenticación de la identidad de las personas en medios digitales”, establece en su artículo 91 sexties, lo que incluiría cualquier compra de productos o servicios.

La Secretaría de Gobernación integrará los datos biométricos de las personas a la CURP, tanto en posesión de dependencias como por particulares.

La ley establece también que la Segob establecerá el Programa de Integración al Registro Nacional de Población, Renapo, de los datos biométricos de niñas, niños y adolescentes.

Dentro del documento aprobado, en el artículo 12 quinquies, se establece que todas las autoridades o empresas que tengan a su cargo datos biométricos, así como otro dato que permita identificar a las personas debe permitir a las fiscalías y las instituciones de seguridad pública, así como al Centro Nacional de Inteligencia, el acceso irrestricto y consulta inmediata a sus registros, bases de datos o sistemas de información, para las acciones de investigación.

PAN y Movimiento Ciudadano respaldaron los cambios a la Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición Cometida por Particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas, mientras que junto con el PRI rechazaron la Ley General de Población.

La iniciativa fue detenida durante tres meses para ser nutrida con observaciones de familiares de víctimas; sin embargo, apenas incorporó pequeños cambios entre los más de 570 que se realizaron. El Congreso tampoco realizó el parlamento abierto que familiares de víctimas demandaron en distintas ocasiones.

Ley antilavado: monitoreo de Hacienda

La ley antilavado de dinero, propuesta en enero y modificada tras un parlamento abierto, creó la figura de “Persona Políticamente Expuesta” (PPE), por recomendación del Grupo de Acción Financiero, enfocada a quienes desempeñan o han desempeñado funciones públicas en México o el extranjero. 

Con la intención de obligar a quienes realizan actividades vulnerables de ser usadas para el lavado de dinero a identificar y monitorear las operaciones financieras, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) deberá elaborar y actualizar un listado de esas personas clasificadas como PPE. Las dependencias de los tres niveles de gobierno, así como los órganos autónomos, deberán enviar sus respectivos listados a Hacienda.

Los funcionarios, sin embargo, no serán los únicos monitoreados, ya que la ley ordena la supervisión también de personas relacionadas con las “personas políticamente expuestas” que cumplan con las condiciones y características que la Secretaría de Hacienda establezca.

La ley también faculta a la dependencia a solicitar de forma directa información financiera y patrimonial a las entidades públicas sin orden judicial.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: ALEXIS ORTIZ, ANDRO AGUILAR.

Se pronuncia ONU-DH contra reformas a ley de la Guardia Nacional

La Oficina de la ONU en México para los derechos humanos (ONU-DH) manifestó su preocupación ante las propuestas de la presidenta Claudia Sheinbaum para una nueva Ley de la Guardia Nacional y las reformas a la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública y la Ley del Sistema Nacional de Investigación e Inteligencia en Materia de Seguridad Pública, que “pondrían en riesgo el derecho a la privacidad y otros derechos humanos”.

“Además de consolidar su indebida naturaleza militar, la nueva Ley de Guardia Nacional otorgaría a sus integrantes facultades amplias de investigación e inteligencia, sin los controles y mecanismos de rendición de cuentas idóneos”, criticó la ONU-DH este viernes sobre las iniciativas que aborda el Congreso.
Añadió que “también preocupan” las facultades que se otorgarían al ejército para procesar información de inteligencia, “así como otras disposiciones que, sin las salvaguardas adecuadas, pondrían en riesgo el derecho a la privacidad (previsto por el art. 17 del PIDCP) y otros derechos humanos”.

A pesar del rechazo de organizaciones de derechos humanos, defensoras de la libertad de expresión y de la seguridad digital, la Cámara de Diputados aprobó el pasado 24 de junio la Ley de la Guardia Nacional y las reformas a las leyes secundarias en la materia, que contemplan, entre otros puntos, el traspaso de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la vigilancia de las comunicaciones por parte del ejército y la posibilidad de que militares se postulen para cargos de elección popular.

Las reformas eliminan por completo el control civil de la corporación y otorga el manejo total de sus funciones administrativas y operativas al ejército. Además, la Guardia Nacional ahora estará facultada para realizar operaciones encubiertas, utilizar “usuarios simulados”, acceder a datos georreferenciados e intervenir comunicaciones.

“La consolidación del poder de vigilancia sin control para las Fuerzas Armadas, el debilitamiento de mecanismos de control y el establecimiento de un Estado que monitorea permanentemente a la sociedad a través de bases de datos y registros obligatorios son una afrenta directa a los derechos y libertades mínimas en un contexto democrático”, criticaron organizaciones como Artículo 19 y la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D).

El dictamen fue aprobado en lo general el martes con 349 votos a favor emitidos por legisladores de Morena, PVEM y PT, durante el segundo día del periodo extraordinario de sesiones en la Cámara de Diputados.

FUENTE: DESINFORMÉMONOS.
AUTOR: REDACCIÓN.

“Avanza la militarización”: aprueban reformas a ley de la Guardia Nacional

La Cámara de Diputados aprobó en lo general el dictamen sobre la nueva Ley de la Guardia Nacional, que contempla el traspaso de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la vigilancia de las comunicaciones por parte del ejército y la posibilidad de que militares se postulen para cargos de elección popular.

Las reformas eliminan por completo el control civil de la corporación y otorga el manejo total de sus funciones administrativas y operativas al ejército. Además, la Guardia Nacional ahora estará facultada para realizar operaciones encubiertas, utilizar “usuarios simulados”, acceder a datos georreferenciados e intervenir comunicaciones.

Tras la votación, el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) denunció la “innegable militarización en un contexto de erosión de la democracia constitucional” que representan las reformas, así como que su aprobación “culmina un largo proceso iniciado en 2019, cuando se traicionó el acuerdo amplio con el que esa corporación se creó como cuerpo civil”.

Recordó que las reformas aprobadas “en ‘fast track’” no se limitan a la regulación de la Guardia Nacional, sino que con ellas el ejército busca que se reforme la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal “para ampliar sus atribuciones en inteligencia”.

“Se deja de lado así el modelo establecido en la Ley de Seguridad Nacional desde 2005. Avanza la militarización”, advirtió el Centro Prodh en sus redes sociales.

El dictamen fue aprobado con 349 votos a favor emitidos por legisladores de Morena, PVEM y PT durante el segundo día del periodo extraordinario de sesiones en la Cámara de Diputados. La iniciativa será enviada al Senado para su discusión por los legisladores.

FUENTE: DESINFORMÉMONOS.
AUTOR: REDACCIÓN.

La Guardia del Ejército, que sólo el Ejército quiere

Así que eso de aprobar una Ley para oficializar lo que ya sucede, que la Guardia Nacional esté en la facultad de la Secretaría de la Defensa, no cambia el panorama de la seguridad o la estrategia para combatir a la criminalidad en el país, finalmente, poco aportan, y a estas alturas, es una corporación que nadie más que el Ejército quiere.

En sí la nueva Ley de la Guardia Nacional es un mero trámite, al estilo de Morena, para constitucionalizar lo que de facto ya sucede. Desde su creación en el 2019, la Guardia Nacional fue integrada mayormente con elementos del Ejército Mexicano, pocos policías federales, corporación que desaparecería posteriormente, migraron hacia la nueva policía que, de entrada y en un vil engaño, dijeron quedaría en la facultad de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.

La Secretaría de Seguridad, reinstaurada en la Administración de Andrés Manuel López Obrador luego que su antecesor Enrique Peña Nieto la desapareciera, pasó a ser en el primer Gobierno de Morena en la República, una mera secretaría de actas, al deshacerse de su corporación preventiva para integrar la Guardia Nacional, desde un inicio integrada por elementos del Ejército y con mando militar, la entonces titular, Rosa Isela Rodríguez, sólo llevaba los datos nacionales de la inseguridad por trámite para el diseño, en la Guardia Nacional y otras entidades, de las estrategias, aun fallidas (el Gobierno de López Obrador rebasó los 200 mil ejecutados en 5 años 10 meses que tuvo de duración.

Mucho se especuló, que con la entrada a la Secretaría de Seguridad del súper policía que ha acompañado a la Presidenta Claudia Sheinbaum en anteriores encargos, Omar García Harfuch, se podría frenar eso de pasar la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa, con el argumento de que él, requeriría de una corporación policiaca para sacar adelante el compromiso de la mandataria nacional en materia de seguridad. Pero no…

Antes de aceptar la Guardia Nacional, o de frenar la iniciativa intocable de Andrés Manuel López Obrador de enviar tal corporación ya constitucionalmente al Ejército que de suyo la maneja, Harfuch prefirió hacer su propia reforma constitucional y sentar las bases para, desde la SSCP, realizar la investigación, la inteligencia y la coordinación, tanto con entidades de las Fuerzas Armadas, como con aquellas en los estados de la República.

Así, el 28 de noviembre de 2024, en una reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública, Omar García Harfuch rearmó la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana que heredó en calidad de desmantelada, no sólo para que fuese su dependencia la encargada de establecer los protocolos “en materia de arquitectura, infraestructura, desarrollo y equipamiento institucional, carrera policial y régimen de seguridad social”, sino también titular la “distribución para la asignación de recursos federales y los esquemas de control y verificación”, también, “establecer, fortalecer y homologar los planes y programas para la formación y actualización policial, ministerial, pericial y penitenciaria, a través de las academias e institutos especializados”.

Y en materia de investigación de delitos, aparte de la Guardia Nacional ya de suyo en la facultad del Ejército, y de la Agencia de Investigación Criminal o Policía Ministerial que depende de la FGR, la reforma constitucional incluyó facultar, por lo pronto, a la Policía de Protección Federal, la única disponible en lo que crea un grupo élite de investigación, para realizar labores de inteligencia y “realizar la investigación y persecución de delitos basada en inteligencia, información estratégica, análisis, colaboración, práctica de operaciones especiales y aprovechamiento de la tecnología informática, para generar y aportar mayores elementos de prueba que originen y fortalezcan carpetas de investigación ministerial, con la finalidad de que los indicios, datos y pruebas que se recaben sean admisibles en juicio con plena sujeción a los derechos humanos y libertades fundamentales, en coordinación con la Fiscalía General de la República y las dependencias competentes conforme a las disposiciones jurídicas aplicables”. 

Pero no se quedó ahí, sino que se dio la función de coordinar nacionalmente en materia de seguridad, al adicionar a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, al inscribir que se coordina no con el Poder Judicial de la Federación para los efectos ya dispuestos, sino también con facultad para coordinarse con los “poderes judiciales de las entidades federativas, así como con la fiscalía general de la República, y las fiscalías estatales… cuando así se requiera”.

Este año 2025, a diferentes estados de la República Mexicana, entre ellos Baja California, han llegado cientos de unidades de Protección Federal, de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, para realizar labores de investigación. A Tijuana, en abril de este año, arribaron 80 unidades con más de 300 policías. 

La Guardia Nacional ha quedado rezagada por la corporación de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Relegada como lo indicó el expresidente López Obrador desde un inicio, a patrullar, a cuidar parques, canchas y fiestas, a acompañar a los ciudadanos en una labor disuasiva y no investigadora ni generadora de inteligencia. Volviendo a Baja California, recientemente fue información de la SSPC y de corporaciones de los Estados Unidos, la que fue procesada, analizada y que sirvió de base para la realización de un operativo sorpresivo que llevó a la captura de Pablo Huerta Nuño, el "Flaquito", criminal de una célula del cártel Arellano Félix, prófugo por más 10 años. En tal acción, la Guardia Nacional, como el Ejército, sirvieron para resguardar los perímetros al ser coordinadas por el grupo especializado de la FGR, y la SSPC, y nada más.

Por eso ahora que en el legislativo se prestan a aprobar la reforma a la Guardia Nacional que ya da certeza castrense al origen, desarrollo y mando de esa corporación, y acaba con la farsa de que se trataba de una corporación civil, para el estratega de seguridad del país, podría resultar lo de menos, pues se armó con la reforma a la Ley orgánica de la administración federal, con su propia y facultada corporación policiaca para definir y coordinar en la materia, la estrategia nacional.

Al final de cuenta, la Guardia Nacional no entrega buenas cuentas. Ni ha realizado aprehensiones de alto impacto, ni ha contribuido a la seguridad y sí ha sido infiltrada por grupos de la criminalidad organizada, y algunos muchos de sus elementos investigados, y en el peor de los casos asesinados, sea patrullando las calles porque hasta ahí les da, o protegiendo a la criminalidad como han sido descubiertos en varias ocasiones.

Así que eso de aprobar una Ley para oficializar lo que ya sucede, que la Guardia Nacional esté en la facultad de la Secretaría de la Defensa, no cambia el panorama de la seguridad o la estrategia para combatir a la criminalidad en el país, finalmente, poco aportan, y a estas alturas, es una corporación que nadie más que el Ejército quiere.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: ADELA NAVARRO BELLO.

Diputados aprueban reforma de la Guardia Nacional; autorizan estructura militar y operaciones encubiertas

La reforma aprobada por Morena y sus aliados incluye cambios a ocho leyes secundarias y la emisión de una nueva Ley de la Guardia Nacional.

El Pleno de la Cámara de Diputados aprobó una reforma en materia de Guardia Nacional para autorizar que esta institución tenga una estructura similar a la del Ejército; para que sus integrantes puedan competir por cargos públicos, y para que puedan realizar operaciones encubiertas y de usuarios simulados.  

Después de cuatro horas de debate, la reforma fue aprobada en lo general con 349 votos a favor de Morena, el Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista de México. Mientras Movimiento Ciudadano, el Partido Acción Nacional y el Partido Revolucionario Institucional emitieron 132 votos en contra.

La reforma aprobada por Morena y sus aliados incluye cambios a ocho leyes secundarias y la emisión de una nueva Ley de la Guardia Nacional.

Las modificaciones plantean, por ejemplo, que el comandante de la Guardia Nacional será propuesto por el titular de la Sedena y será designado por el presidente de la República. La estructura de grados y recompensas de esta dependencia también será similar a la que actualmente tiene el Ejército.

La reforma también autoriza que, bajo la conducción del Ministerio Público, la Guardia Nacional realice operaciones encubiertas y de usuarios simulados para prevenir delitos, a pesar de que en 2023 la Suprema Corte de Justicia de la Nación invalidó que esta institución realizara este tipo de labores, porque podría violar derechos humanos.

La Guardia Nacional también tendrá la posibilidad de intervenir comunicaciones privadas, aunque requerirá la orden de un juez para poder hacerlo.

La discusión inició entre críticas de los partidos de oposición, quienes alertaron que esta reforma militariza la estructura de la Guardia Nacional, a pesar de que en 2019, cuando se creó, el gobierno prometió que esta institución tendría un carácter civil.

Laura Ballesteros, diputada de Movimiento Ciudadano, presentó una moción suspensiva para que la reforma no se discutiera el día de hoy con el argumento de que “atenta contra el estado civil mexicano y contra la Constitución Política, que es una constitución de carácter civil y no militar”.

Pero los intentos y los llamados de atención de la oposición fueron infructuosos. El debate de la Guardia Nacional arrancó y se tiene previsto que Morena, el Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista de México aprueben esta iniciativa que fue enviada por la presidenta Claudia Sheinbaum al Congreso hace tres semanas.

Los morenistas y sus aliados negaron que con esta reforma la Guardia Nacional vaya a tener un carácter militar, aunque el año pasado el Congreso aprobó que esta institución forme parte de la estructura de la Sedena.

“Las funciones que establece la nueva Ley de la Guardia Nacional son de carácter eminentemente civil, ya que tienen por objeto ejecutar la estrategia nacional de seguridad pública, elaborada por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y aprobada por el Senado de la República, es decir, obedece a una estrategia y mando de carácter civil encabezado por nuestra presidenta de la República”, expresó al arranque de la discusión Julio César Moreno, diputado de Morena y presidente de la Comisión de Justicia.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: ALEXIS ORTIZ.

Sinaloa, 14 años con su seguridad bajo control militar, pero sin lograr frenar la violencia

Desde 2011, militares encabezan la seguridad en Sinaloa sin lograr frenar la violencia; expertos advierten riesgos y falta de resultados reales.

El pasado 17 de junio, Alejandro Bravo Martínez fue nombrado titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal (SSPyTM). El Coronel, con más de 25 años de servicio en el Ejército Mexicano, ahora se suma a la creciente lista de militares que en Culiacán y Sinaloa han asumido cargos en dependencias locales encargadas de garantizar la seguridad, prevenir y combatir el delito y proteger a la ciudadanía. Abonando con ello a la militarización del Estado.

Desde 2011, la mayoría de los secretarios de seguridad de Sinaloa ha sido personal de las Fuerzas Armadas, de acuerdo a un estudio realizado por México Evalúa.

Durante la administración del gobernador Mario López Valdez, quien llegó al poder tras una alianza entre el PAN, PRD y Convergencia, se nombró al Comandante Francisco Manuel Córdova como secretario de seguridad pública de Sinaloa. Se mantuvo en el cargo durante 2.4 años, desde enero del 2011 hasta enero del 2013.

En 2017, el gobernador priista de Sinaloa, Quirino Ordáz Coppel, nombró al General Genaro Robles Casillas secretario de Seguridad Pública. Duró en el cargo 1.53 años, hasta que fue cesado en julio del 2018.

Tras su salida,Ordáz Coppel colocó en la Secretaría al General Inocente Fermín Hernández Montealegre, un militar especializado en inteligencia para el combate a la delincuencia. Duró menos de un año en el puesto, para integrarse a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA).

Después de Hernández Montealegre, el militar Cristóbal Castañeda Camarillo fue nombrado por Ordaz Coppel, como secretario de Seguridad, un nombramiento que fue ratificado por el siguiente gobernador Rubén Rocha Moya. Por lo que, se mantuvo en el cargo durante 4.75 años.

En septiembre del 2023, Rocha Moya colocó en el puesto al general Gerardo Mérida Sánchez, quien renunció al cargo en diciembre del 2024.

Fue sustituido por el general Óscar Rentería Schazarino, siendo el militar que se encuentra actualmente en el puesto.

A nivel municipal, en Culiacán también se le ha dado continuidad a la estrategia de militarización, pues Alejandro Bravo Martínez no es el único militar que ha sido nombrado titular de la SSPyTM. En 2022, estuvo al frente Pedro César Rojas Ibarra, adscrito a la Guardia Nacional; en 2021 se nombró a Mauricio García Rodríguez, coronel de infantería retirado y durante 2017 y 2021 el titular de la SSPyTM fue el Coronel Óscar Guinto Marmolejo.

Esto indica que si bien actualmente tanto la capital como el Estado de Sinaloa tienen a militares al frente de las Secretarías de Seguridad Pública, no es algo nuevo, sino que se viene repitiendo en cada administración estatal

¿Puede la militarización acabar con la violencia?

La estrategia de fortalecer la seguridad de una entidad mediante la experiencia castrense tiene diversas implicaciones e impactos en la seguridad pública de una región. De acuerdo con organizaciones internacionales como México Evalúa y Amnistía Internacional, la militarización no tiene un impacto significativo en la pacificación de una región, pero sí en el control político, la disminución de la proximidad ciudadana y la generación de violaciones a los derechos humanos.

Mientras que a nivel local, organismos como la Comisión Estatal  de Derechos Humanos (CEDH) y el Consejo Estatal de Seguridad Pública de Sinaloa (CESP) han decidido dar el voto de confianza a los titulares actuales de estos cargos, enfatizando la necesidad de su experiencia militar ante el contexto actual de violencia que se vive en Sinaloa generada por la “guerra” entre facciones internas del Cártel de Sinaloa.

Consecuencias principales de poner a militares en cargos de seguridad pública local

Armando Vargas Hernández, coordinador del Programa de Seguridad de México Evalúa, indicó que el colocar a militares en cargos de seguridad pública local tiene dos consecuencias principales. En primer lugar la transformación de la manera de implementar la política pública que sustituye los modelos de prevención por una aproximación más punitiva, reactiva y sancionatoria. En segundo lugar, la adopción de prácticas castrenses que se refleja en menos rendición de cuentas, menos transparencia y mayor jerarquización en la toma de decisiones.

“Estos cambios son promovidos por los titulares de las dependencias, entonces, un efecto es, insisto, directo e inmediato, que es la manera en que se implementa la política pública, la manera en cómo se combate el delito a través de la fuerza, la reacción y la sanción y un segundo impacto menos visible tiene que ver con la transformación de las prácticas institucionales dentro de las dependencias de seguridad”, explicó.

¿La violencia disminuye con políticas de militarización?

De acuerdo al estudio “La otra militarización” de México Evalúa, en las regiones donde se implementan políticas de militarización, la violencia no tiende a disminuir, sino a incrementar.

“Eso está en sintonía con mucha de la literatura internacional y la explicación es bastante sencilla, cuando sumas militares que están entrenados para la eliminación del enemigo en un territorio de mucho conflicto criminal, por ejemplo, pues están sumando capas a la violencia, entonces, eso va a propiciar confrontaciones violentas que van a derivar mayor violencia homicida”, explicó Vargas Hernández.

En cuanto a la rendición de cuentas, indicó que en teoría los militares deberían responder ante el gobierno estatal al haber sido nombrados por el gobernante en turno, pero en la práctica sus altos mandos responden directamente a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y, por extensión, al Ejecutivo Federal.

“Si bien el gobernador es el que coloca y remueve y en ese sentido es a quien se le rinde cuenta, pues muchos de los perfiles que vemos en varios de los estados son fieles a la SEDENA y por descuento al Ejecutivo Federal”, dijo.

Por su parte, para Amnistía Internacional la estrategia de seguridad pública militarizada ha fallado, pues los homicidios en México incrementaron un  218% entre 2006 y 2022. Además, “miembros de las corporaciones militares mexicanas han cometido con frecuencia crímenes de derecho internacional y graves violaciones a los derechos humanos con impunidad”.

Por su parte, Óscar Loza Ochoa, presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) en Sinaloa, indicó que si bien una recomendación de la ONU es que los asuntos de policías sean manejados por personal civil, en el caso del nombramiento reciente de Alejandro Bravo decidió darle el beneficio de la duda.

“Sin embargo, señalo lo siguiente, fue invitado por el presidente municipal de Culiacán para que SEDENA propusiera a una persona y pues le damos el beneficio de la duda, y le deseamos que tenga éxito porque de eso depende la seguridad nuestra y de nuestras familias, eso es lo que he señalado”, dijo.

En este sentido, Miguel Calderón, del Consejo Estatal de Seguridad Pública de Sinaloa (CESP), indicó que ante la situación actual de violencia que se vive en Sinaloa, es necesaria la experiencia militar para combatir la delincuencia.

“Vemos como una decisión positiva el que los mandos con experiencia militar lleguen a las corporaciones civiles debido a que estamos viviendo tiempos extraordinarios y ocupamos garantía de experiencia, de comportamiento honesto y creemos que las corporaciones de alcance federal, de alcance militar son las mejores calificadas en ese sentido. Ya que se normalice la situación, que regrese  la paz, quizá pensar en perfiles más ciudadanos y menos militarizados, podría ser como una opción a posterior del conflicto”, dijo.

Indicó que la militarización de mandos es un factor que podría ayudar a bajar los índices de inseguridad en Sinaloa, pero no es el único, ya que el problema es muy complejo y pasa por la obtención de presupuestos necesarios para fortalecer las capacidades de obtención de justicia.

Finalmente, Vargas Hernández señaló que una ruta alternativa para mejorar la seguridad de una región evitando la militarización permanente, es dignificando a la policía, mejorando sus condiciones laborales, su profesionalización y creando alianzas entre sociedad civil, gobierno y organizaciones privadas.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO/REVISTA ESPEJO.
AUTOR:                           /ALEXANDRA FIGEROA.

Otro militar al frente de la Policía de San Felipe

El Capitán de Fragata, Omar Armando Valdés Neria, fue nombrado nuevo Director de la Policía Municipal de San Felipe, en sustitución de Marco Vinicio Tisnado García, el cual dejó el cargo luego de mantener la titularidad de la corporación desde que José Luis Dagnino se volvió presidente del Concejo Fundacional de San Felipe hace ya casi 4 años.

La modificación en el séptimo municipio obedece -oficialmente- a rotaciones normales dentro de la Secretaría de Marina, pues el ahora ex jefe Marco Vinicio Tisnado, está próximo a jubilarse y será enviado a una misión castrense en el Sur del país.

La renuncia fue presentada el pasado sábado 31 de mayo, pero se hizo efectiva al término de la jornada electoral del primero de junio, toda vez que ya estaba definido todo el plan de trabajo para garantizar la seguridad dentro la jornada.

Este lunes 2 de junio, el Cabildo de San Felipe, recibió tanto la renuncia como la propuesta de José Luis Dagnino, presidente municipal del puerto, para presentar al nuevo mando de la seguridad, el cual fue respaldado por los ediles.

Según el curriculum vitae, Omar Armando Valdés Neria, es Capitán de Fragata Infantería de Marina, Paracaidista, quien ingresó a la Heroica Escuela Naval Militar, en 1999, como Cadete del Cuerpo de Infantería de Marina.

Cuenta con 24 años de experiencia de servicio al mando y manejo de personal, recursos financieros y materiales.

“Durante su desarrollo profesional se ha desempeñado como Oficial de cargo en diversas unidades de Infantería de Marina de la Armada de México, así como Comandante y Jefe de Grupo de Comando en Compañías y Batallones de Infantería de Marina; específicamente en Lázaro Cárdenas, Michoacán, Manzanillo, Colima y Puerto Vallarta, Jalisco; siendo su última comisión operativa, la de Jefe de Grupo de Comando del Batallón de Infantería de Marina Número 37 en Coatzacoalcos, Veracruz”, reza el documento público.

Cuenta con experiencia en áreas civiles, como cuando en 2019 fue nombrado Director General de Seguridad Pública, Policía Preventiva y Tránsito, en La Paz, Baja California Sur.

Cuenta con “Diplomado en Políticas Públicas de Seguridad Nacional y de Seguridad Pública impartido por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Comisión de Defensa de la H. Cámara de Diputados, en la Ciudad de México”.

Cabe señalar que se ha hecho acreedor a las Condecoraciones de Perseverancia de Sexta, Quinta y Cuarta Clase por haber cumplido de 10 y 15 y 20 años de servicio activo en la Armada de México, también ha sido merecedor del Distintivo de Mando Naval.

FUENTE: SEMANARIO ZETA.
AUTOR: EDUARDO VILLA.