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» » » » El peso resiste nuevo golpe arancelario de Trump; la moneda de EU cae a nivel de 2024

El aumento de los aranceles al acero y el aluminio ha encendido las alarmas entre fabricantes de automóviles, fabricantes de aviones, constructores de viviendas, perforadores petroleros, y otras empresas que dependen de la compra de metales.

Los aranceles estadounidenses sobre las importaciones de acero y aluminio se duplicaron este miércoles. El Presidente Donald Trump aumentó estos gravámenes sobre los metales extranjeros porque cree que ayudará a revitalizar las acereras y fundiciones de aluminio estadounidenses. Los economistas no están tan seguros de que eso vaya a suceder o si sucede, que compense el daño provocado por esta jugada aparentemente sin sentido.

La Casa Blanca calificó el aumento de los aranceles, que subió del 25 por ciento al ​​50 por ciento justo después de la medianoche, como una medida para abordar las “prácticas comerciales que socavan la seguridad nacional”. El peso mexicano resistió bien el anuncio tanto ayer como esta mañana. De hecho, bastante bien. El dólar estadounidense ya está en niveles de septiembre de 2024 y parece buscar como nueva banda los 18 pesos por unidad.

Según Investing.com, una plataforma especializada en información financiera, la moneda nacional arrancó la sesión del miércoles con un "avance frente al dólar estadounidense, el cual se debilita en el mercado internacional".
"El tipo de cambio hoy, de dólar a peso mexicano, se ubicaba en las 19.19 unidades alrededor de las 07:30 horas, tiempo de la Ciudad de México, con lo que la divisa local mostraba una apreciación de 0.18 por ciento, de acuerdo con los datos en tiempo real de Investing.com. De esta forma, la divisa local revierte las pérdidas de la jornada previa en la que registró una depreciación de 0.1 por ciento", reportó el periodista Julio Sánchez Onofre en un texto.
Los aranceles se anunciaron durante la visita de Trump a una acerera estadounidense la semana pasada y parecen tener como objetivo congraciarse con los trabajadores y la industria siderúrgica, incluyendo a los de estados clave como Pensilvania, donde tiene su sede U.S. Steel, una de las gigantes de acero en Estados Unidos.

Pero el aumento de los gravámenes ya ha irritado a aliados cercanos que venden metal a Estados Unidos, como Canadá y Europa. La misma Presidenta mexicana Claudia Sheinbaum dijo que la decisión era injusta.


“Es una medida que consideramos injusta. Es una medida para todo el mundo, no sólo para México. A todos los países del mundo se eleva el arancel, con excepción de Gran Bretaña que se queda en 25 por ciento, tienen ahora un arancel del 50 por ciento para todo el acero y el aluminio que se exporta a Estados Unidos”, declaró.
La decisión de Trump ha alertado a fabricantes de automóviles, fabricantes de aviones, constructores de viviendas, perforadores petroleros y otras empresas que dependen de la compra de metales. En una orden ejecutiva, Trump afirmó que el aumento de los aranceles “contrarrestaría de manera más efectiva a los países extranjeros que continúan descargando acero y aluminio excedentes a bajo precio en el mercado estadounidense, socavando así la competitividad de las industrias del acero y el aluminio de Estados Unidos”.

Un análisis económico publicado por la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos (U.S. International Trade Commission), citado por The New York Times esta mañana, sugirió que si bien los aranceles al acero y al aluminio impuestos durante el primer mandato de Trump beneficiaron a los productores estadounidenses, perjudicaron la economía en general al elevar los precios en muchas otras industrias, incluida la automotriz.


“Sindicatos estadounidenses y grandes empresas como Cleveland-Cliffs y U.S. Steel, que cuentan con importantes redes de cabildeo, han argumentado que los aranceles son necesarios para mantener su actividad. Tras años de dificultades financieras, U.S. Steel acordó a finales de 2023 ser adquirida por Nippon Steel de Japón, aunque Trump tendrá la última palabra sobre si la fusión se concreta”, dijo el diario.
El Times también cita que los gobiernos extranjeros se han mostrado indignados ante la idea de que sus exportaciones de acero representen una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos, en parte porque la demanda estadounidense de estos metales supera con creces la capacidad actual del país para producirlos.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: REDACCIÓN.

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