“Hay equipo que sigue operando después de 18 o más años con graves desgastes, sobrepasando su vida útil (cinco años)”, reconoce el IMSS, que encabeza Zoé Robledo, en cuanto a los quirófanos en hospitales de segundo y tercer nivel.
Hospitales de segundo y tercer nivel del IMSS operan con equipamiento de quirófano que ya superó su vida útil, a veces por muchos años, de acuerdo con un documento oficial en el que se detalla que algunos de estos aparatos tienen hasta 20 años de uso.
Se sigue trabajando con equipo de quirófano adquirido hace 18 años, es decir, en la gestión del entonces presidente Felipe Calderón.
De acuerdo con oficiales en poder de EMEEQUIS, hay hospitales de segundo y tercer nivel del Seguro Social que ofrecen servicios con equipo de quirófano que ya superó su vida, poniendo en riesgo la salud y la integridad de las y los derechohabientes.
De acuerdo con la norma oficial mexicana, los equipos de quirófano tienen una vida útil únicamente de cinco años, pero en esta administración todavía se siguen utilizando los equipos adquiridos hace casi 20 años.
“Existe equipamiento médico para quirófano en el segundo y tercer nivel de atención que no ha sido sustituido con la periodicidad que se requiere (cada cinco años) por lo que, hay equipo que sigue operando después de 18 o más años con graves desgastes, sobrepasando su vida útil (cinco años)”, reconoce el IMSS, que encabeza por segundo sexenio Zoé Robledo.
Es decir, que a la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia en 2018, los equipos de quirófano ya eran obsoletos, sin embargo, en seis años con Zoé Robledo como director general del IMSS no se tuvo el interés en sustituir los equipos de quirófano.
“Al sobrepasar su vida útil, además del uso constante de los equipos y a su desgaste natural, se cuenta con equipos que presentan fallas constantemente, menoscabando la calidad del servicio al no estar en operación de manera óptima”, admite el Seguro Social.
El IMSS ha querido alargar la vida útil del equipamiento de quirófano con el mantenimiento, sin embargo, hay equipos que ya no lo resisten y algunos otros que carecen de refacciones porque están descontinuadas por los fabricantes.
El riesgo es constante para los derechohabientes y para los médicos que utilizan el equipamiento quirúrgico obsoleto.
“Si bien ya se han realizado múltiples reparaciones y mantenimientos correctivos y preventivos, la falta de refacciones dificulta su reparación. Es así que, el servicio se brinda bajo un riesgo constante de falla en la continuidad, seguridad, confiabilidad. Lo anterior, ocasiona que los pacientes derechohabientes, reciban una atención médica de baja calidad”, asegura el IMSS.
Por ejemplo, electromotor para cirugía (microcirugía) en el HTO 21 Monterrey que es utilizado en intervenciones quirúrgicas, presenta “falta de precisión en tejidos delicados debido a tecnología antigua, aumentando el riesgo de daño en nervios y vasos sanguíneos”.
El electromotor para cirugía (macrocirugía) en el HTO 21 Monterrey tiene “desgaste en el sistema de corte y falta de precisión en estructuras óseas, incrementando el esfuerzo quirúrgico y el riesgo de errores”.
Los craneótomos eléctricos en el HGZ 48 San Pedro Xalpa y en el HTO 21 Monterrey registra “desgaste del motor y falta de refacciones disponibles, lo que obliga a usar herramientas manuales menos precisas y aumenta el tiempo quirúrgico”.
El cabezal tipo Mayfield adulto en el HGR Orizaba es un equipo obsoleto, “con desgaste mecánico que compromete la estabilidad de fijación del cráneo, aumentando el riesgo de movimientos involuntarios durante procedimientos neuroquirúrgicos”.
También el Dermatomo en el HGZ 1 Tlaxcala es un equipo antiguo “con cuchillas desgastadas y sistema mecánico poco preciso, causando cortes irregulares y disminuyendo la efectividad de los injertos de piel”.
Equipos obsoletos del IMSS que aumentan el riesgo de una falla y un error durante un procedimiento quirúrgico.
Uno de los equipos más viejos es una lámpara frontal con transformador y accesorios con 20 años en el HG CMN La Raza, y la mesa quirúrgica universal avanzada (para ortopedia y traumatología) en HTO Lomas Verdes con 30 años.
“Los equipos actuales han excedido su vida útil (de cinco años), presentando frecuentes fallas que interrumpen su operación y limitan la capacidad resolutiva del hospital. La falta de actualización tecnológica impide realizar intervenciones quirúrgicas eficientes”, indica el IMSS.
Los equipos actuales son antiguos e ineficientes, hay incompatibilidad con tecnologías modernas o procesos actualizados, y la dependencia de mantenimientos correctivos frecuentes no logra garantizar el funcionamiento continuo de los equipos.
Pero además del riesgo de recibir una cirugía con equipamiento quirúrgico obsoleto, hay que sumar los retrasos en la atención y los procedimientos.
“Los pacientes enfrentan tiempos de atención prolongados, lo que genera descontento y pérdida de confianza en la institución. Los equipos obsoletos generan afectaciones en la calidad de la prestación del servicio de intervenciones quirúrgicas”, reconoce el IMSS.
Además, la atención tardía puede generar secuelas a largo plazo, complicaciones adicionales y mayor riesgo de morbilidad y mortalidad en los pacientes.
Actualmente, se cuenta con 159 equipos destinados al servicio de intervenciones quirúrgicas en 11 unidades médicas del segundo y tercer nivel de atención.
“Del total de equipos señalados, 95 de ellos no han sido sustituidos con la periodicidad requerida (cada cinco años) y se encuentran operando con graves desgastes, presentando fallas e intermitencias en su funcionamiento, menoscabando la calidad del servicio”, se expone en el documento del Seguro Social.
Y la situación se agrava cuando el equipo quirúrgico tiene que ser prestado entre hospitales, incluso los médicos tienen que poner su propio equipo.
“Préstamo de instrumental y equipamiento médico entre servicios. Préstamo de equipamiento por parte de los médicos residentes. Adaptaciones al instrumental o equipamiento”, explica el IMSS.
El mantenimiento preventivo y correctivo así como el préstamo de instrumental no garantiza que las intervenciones quirúrgicas sean de calidad.
“Esto no ha evitado que el servicio se brinde con equipo que opera sin funcionar de manera óptima y con riesgo constante de falla en la continuidad, seguridad, confiabilidad, resultando en una atención médica de baja calidad, generando afectaciones en la precisión de los procedimientos quirúrgicos”, afirma el IMSS, que solicita 92 millones de pesos para solucionar relativamente el problema en 11 hospitales.
FUENTE: EMEEQUIS.
AUTOR: ALEJANDRO ALATRISTE.
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