Han transcurrido 18 días desde el anuncio de la revocación de la visa al esposo de la Gobernadora y a ella misma, han sucedido manifestaciones masivas como la de Mexicali y otras de menor asistencia en el resto de los municipios, pero la sociedad, sigue sin ser escuchada, el desdén social es lo que impera, y los oídos gubernamentales sordos ante la consiga que se ha coreado en todas las manifestaciones hasta ahora realizadas: “¡fuera Marina!”.
Aunque la presencia de ciudadanos en la carne asada de Mexicali, organizada de manera espontánea para manifestarse contra la administración de la morenista Marina Ávila Olmeda, el sábado 17 de mayo, concentró al mismo tiempo a unos nueve mil manifestantes; hubo quienes se retiraron antes o llegaron, comieron, se manifestaron y se fueron.
La respuesta ciudadana a la convocatoria del mismo origen fue impresionante y cimbró no solo la estructura del Gobierno bajacaliforniano, también la de Morena, un partido que después de seis años de Gobierno en esta entidad (dos de Jaime Bonilla, cuatro de Ávila), ya generó la inconformidad social. Dos decisiones se tomaron aquel 17 de mayo.
Una por el equipo de Gobierno, y otra por ciudadanos. Los segundos organizaron carnitas asadas en otros municipios del Estado, de manera particular en Tijuana y Ensenada, los segundos se auto organizaron para el mismo día, sábado 24 de mayo, y a la misma hora, hacer una “fiesta” de “respaldo” a la Gobernadora Ávila Olmeda.
La mandataria prefirió no aprovechar la crisis de credibilidad y confianza sobre su Gobierno para cambiar de estrategia y proveer lo que los ciudadanos exigen, seguridad, transparencia y buen gobierno; mejor optó por el autoengaño y la simulación. Terminó por mostrar un inexistente o inflado músculo ciudadano que la “respalda” frente a la manifestación orgánica ciudadana.
Así, el 24 de mayo una unidad deportiva que administra el Ayuntamiento de Tijuana, o sea una propiedad de Gobierno, aun también de origen morenista, fue utilizada con fines políticos, pues en la Unidad Deportiva Mariano Matamoros, en las periferias de la fronteriza ciudad, fue a donde se convocó a la “fiesta” de respaldo a la Gobernadora. No se trató de un acto espontáneo, sino de una concentración política-gubernamental-partidista con todas las de la Ley: acarreados, pago por asistencia, reparto de comida, de banderas, camisetas y otros artículos de campaña, de asistencia obligada para funcionarios, sindicalizados y estudiantes, so pena de sufrir despidos, descuentos o baja en calificaciones, con camiones de transporte masivo rentados exprofeso para salir con delegaciones de “seguidores” de los distintos municipios del Estado, con sillerio rentado, sonido, templete, áreas de entretenimiento para niños también rentadas, muchos vehículos alquilados para traslados, y secretarios y directores del Gobierno del Estado, alcaldes y funcionarios municipales, presentes en sábado, día hábil para el Ggbierno, en la nada espontánea y sí muy forzada, “fiesta de apoyo”.
Porque aquello no fue una fiesta, sino un acto político del Gobierno y del partido al que fueron obligados a asistir los casi cinco mil “apoyadores” de la mandataria estatal. Una concentración para el ego, un acto pactado, pagado y programado, para hacer sentir a la Gobernadora un apoyo que, de otra manera, no tiene. Tan no lo tiene, que ni con el transporte gratuito al acto, ni con el regalo de parafernalia política, ni con la comida repartida ni los dineros entregados, logró superar la estructura del Gobierno de Morena en Baja California, la asistencia de nueve mil manifestantes en la carnita asada de Mexicali del 17 de mayo de 2025.
Sí superaron otras concentraciones, como la de Tijuana o la de Ensenada, donde los asistentes se contaron por cientos acaso unos mil, pero en la ciudad más poblada, con todo el recurso del que dispusieron y sus bases partidistas, los del Gobierno de Morena, no superaron a los mexicalenses que, de manera harto pacífica, utilizaron una carne asada para manifestarse. Ha podido más la ciudadanía que el acarreo.
Aun así, con una asistencia pobre para la inversión, la Gobernadora Marina Ávila Olmeda llegó a la concentración por sus funcionarios y partidarios organizada y pagada. Se placeó entre los presentes, se tomó fotos, se mostró “sorprendida” y conmovida por la asistencia, y al modo se tomó fotos con los ahí presentes, las cuales posteó en su red social, pero al igual que en la calle, la respuesta ya no es la que espera. Baste revisar los comentarios de la publicación para encontrarse con que la animadversión ciudadana en las concentraciones masivas, también está presente en redes sociales. Imperan los comentarios negativos hacia su posición política, su gobierno y la realidad que se vive en el Estado.
Los acontecimientos recientes, la revocación de la visa para internarse en territorio norteamericano que le fue retirada personalmente a su esposo, Carlos Torres Torres (por cierto no presente en la “fiesta” de respaldo a la Gobernadora), y a ella vía notificación, la creciente inseguridad, la limitada y pobre exploración de narcofosas, el asesinato de personas en balaceras e incluso cuando se encuentran en hospitales públicos, los cientos de desaparecidos, o las extorsiones que muchos ciudadanos dicen ser objeto por parte de servidores públicos municipales o estatales, han sido la denuncia y los motivos de los reclamos recientes. Sin embargo, con la programación de un acto para auto respaldarse, Morena, Marina Ávila, y su Gobierno, reiteran el desdén que han tenido con la concentración ciudadana, a la que ni la atienden ni la entienden, alejándose cada vez más de la sociedad en las calles, para limitarse a actos “públicos” con asistencia controlada, como la fiesta que se autoorganizaron, o la entrega de apoyos sociales, y constitucionales.
Han transcurrido 18 días desde el anuncio de la revocación de la visa al esposo de la Gobernadora y a ella misma, han sucedido manifestaciones masivas como la de Mexicali y otras de menor asistencia en el resto de los municipios, pero la sociedad, sigue sin ser escuchada, el desdén social es lo que impera, y los oídos gubernamentales sordos ante la consiga que se ha coreado en todas las manifestaciones hasta ahora realizadas: '¡fuera Marina!'.
FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: ADELA NAVARRO BELLO.
No hay comentarios: