jueves, 24 de agosto de 2023

Cambios de último momento y libros de texto que no conocen: maestros trabajan a marchas forzadas para inicio del ciclo escolar

Los cambios que recién hizo la SEP a los programas de estudio están obligando a los maestros a conocerlos de forma apresurada y hacer ajustes sobre lo que ya tenían planeado, a solo unos días de que el 28 de agosto empiece el nuevo ciclo escolar.

A menos de una semana del regreso a clases el 28 de agosto, maestros trabajan a marchas forzadas para conocer los programas para el nuevo ciclo escolar, luego de que la Secretaría de Educación Pública (SEP) publicara versiones distintas de aquellas con las que los docentes realizaron su planeación en consejos técnicos, y también luego de que les entregaran con poca anticipación los nuevos libros de texto.

Aunque la secretaria Leticia Ramírez dijo que los cambios en los programas publicados en el Diario Oficial de la Federación (DOF) fueron mínimos, en comparación con los documentos preliminares con los que se trabajó en los consejos técnicos del ciclo pasado, en las cinco fases que comprenden desde preescolar hasta educación secundaria hay 613 modificaciones, lo que afecta el trabajo administrativo de los profesores, quienes deberán adecuar sus actividades ya programadas.

“Hay muchísimos cambios al pasar a la Nueva Escuela Mexicana, que es un modelo muy distinto a como veníamos trabajando, además de que los programas sintéticos que salieron publicados en el DOF a nosotros como docentes nos mueven todo”, explica Jaime Mendoza, quien da clases de matemáticas en una secundaria de la Ciudad de México.

Mendoza reclama que los docentes han tenido que construir los programas de trabajo del siguiente año sin haber recibido capacitación —más allá de los materiales que fueron conociendo en versiones preliminares y los libros sin recetas de la SEP, que se discutieron en los consejos técnicos—, ni tuvieron un espacio formal de actualización guiada por especialistas.

En la fase 6, que comprende los tres grados de secundaria, los profesores solo conocen los nuevos libros de texto en versiones digitales, y fueron informados de que recibirán los materiales físicos hasta octubre, un mes después de que inicien las clases, señala Mendoza.

“Nos han dado poco tiempo de revisar los materiales, pero aun así, en los que acaban de compartirnos encontramos errores, y pensamos que no debería ser posible, con todos los cambios que han hecho. Nosotros llevamos trabajando un año en consejos técnicos para entrar con la Nueva Escuela Mexicana, y estas modificaciones de último momento nos generan carga administrativa, porque al final de cuentas es trabajo extra, hacer revisiones fuera de horario laboral a lo que ya estaba hecho”, comenta.

El profesor indica que, mientras llegan físicamente los materiales de la SEP, el trabajo en el aula será de evaluación de los estudiantes, que permita generar diagnósticos sobre desde dónde partir con las lecciones. Esto usualmente les toma un mes, tiempo en que deberán “adecuar la planeación e ir haciendo ajustes, para poder elegir lo que nos va a funcionar y hacer una vinculación de estos aprendizajes con lo programado para el siguiente mes”.

“Una crisis paradigmática”

Luego de que Mendoza se presentara en una de las conferencias de la SEP para cuestionar a la secretaria Ramírez sobre los cambios en los programas publicados en el DOF, la dependencia envió a los profesores del país los documentos que señalan las modificaciones, que inicialmente fueron calificadas de mínimas.

En la fase 2, de educación preescolar, el documento muestra 218 modificaciones, entre contenido que se eliminó, que cambió su redacción o que fue añadido. Maestras y maestros de este nivel educativo trabajarán estos cambios con los mismos libros de texto que usaron el ciclo pasado.

En las fases 3, 4 y 5, que comprenden los seis grados de primaria, los programas tuvieron 300 cambios, principalmente en el campo formativo de lenguajes. Para la fase 6, del nivel secundaria, fueron modificados 95 contenidos.

Según el documento Comparación entre el avance del contenido del programa sintético y anexo del acuerdo 08/08/23, estos cambios responden a “mejora de la redacción; incorporar de manera más clara el lenguaje incluyente; precisar su intención educativa y relevancia para el aprendizaje”.

Asimismo, “reducir la complejidad y evitar repeticiones; incorporar algunas nociones, y mantener coherencia interna entre ambos elementos curriculares; modificar imprecisiones que pudieran traducirse en errores conceptuales, y atender observaciones y propuestas de instituciones externas”.

Laura Frade, especialista en pensamiento complejo y pedagogía crítica, afirma que las modificaciones, así como la falta de capacitación a maestros y de claridad sobre las horas que los estudiantes tomarán por cada campo formativo —antes materias— complicarán el ciclo escolar para docentes y estudiantes, dado que el cambio de modelo educativo no ha tenido directrices claras, lo que la convertido la situación en una “crisis paradigmática”.

“Lo que tenemos aquí es una crisis paradigmática, el cambio es muy radical para los maestros, porque no solo cambian las capacidades a desarrollar en los niños, no solamente se agruparon asignaturas en campos formativos, sino que esto se plasma en libros de texto que tienen una estructura de matriz de tres entradas, en el aula, la escuela y la comunidad, sin claridad en cómo se va a evaluar a las niñas y niños”, agrega.

Según Frade, “ha habido una de cambios, que ha sido como un teléfono descompuesto gigante: sacan el marco curricular en unos términos que luego van modificando en varias ocasiones sobre la marcha, comienzan la producción de libros sin programas publicados; la SEP ha presentado esto como una planeación, pero no lo es, ha sido un proceso lleno de contradicciones, y cuando los maestros preguntan a las autoridades no saben qué contestar”.

“Los maestros han tenido que entrar a esto sin tener claro el modelo, y los han dejado solos, lo único que hubo fueron conferencias que no resuelven las dudas, con metas educativas confusas y cambiantes, sin horas lectivas, y sin saber qué va a evaluarse, ya que ahora se calificará el proceso sin identificar el resultado”, agrega.

Con ello, considera que el país entrará en un pilotaje de índole nacional “en el que no tenemos idea de los resultados, estos no son importantes en la lógica que ellos tienen, puesto que ahora todo es proceso, de esta manera no se especifica qué se espera alcanzar al final; desde mi punto de vista, habrá una crisis en el aprendizaje”.

“Hay un cambio total en nuestra forma de trabajar”

Gerardo es director de una primaria pública en la CDMX y como segundo empleo da clases en una escuela privada. En su primer día del taller intensivo al que convocó la SEP previo al inicio de clases, señala a sus compañeros que con los programas publicados en el DOF y los libros de texto gratuito que ya tienen en sus manos inicia “un cambio total en nuestra forma de trabajar”.

“Los protagonistas vamos a ser los maestros, necesitamos estar de acuerdo con los padres de familia, hay que explicarles la propuesta y lo que significa la autonomía curricular, sobre todo porque entre la politización están confundidos y en algunos casos tienen miedo de lo que va a pasar con sus hijos”, dice.

Para el profesor Gerardo, el reto que tienen los maestros es el de lograr que estos cambios no generen consecuencias que afecten el desempeño académico de los estudiantes, así como conseguir que niñas y niños avancen a la par, “porque es un hecho que tenemos que entrarle al nuevo modelo, nos guste o no, pero esperamos que esto se haga de la mejor forma posible”.

En el caso de la primaria privada en la que también trabaja, explica que la dirección y los docentes llegaron al acuerdo de que trabajarán los contenidos de los nuevos programas publicados por la SEP apoyándose de los planes escolares pasados. Los niños que asistan a esta escuela tendrán como material de trabajo principal los libros que compran a una editorial, y utilizarán los libros de texto gratuitos para realizar algunos proyectos.

“Vamos a trabajar con los libros de texto porque así lo marca la ley, y como todas las escuelas estamos obligados a seguir las reglas, pero también nos estamos jugando el aprendizaje de toda una generación, por eso tenemos que hacer valer esa autonomía curricular y aprovechar todos los recursos que estén a nuestro alcance. Afortunadamente, tenemos de nuestro lado el dominio de nuestra labor”, dijo.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: ERÉNDIRA AQUINO.

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