lunes, 14 de agosto de 2023

Acosan a indígenas por oponer resistencia al paso del Tren Maya en Bacalar

El hogar de una mujer maya llamada María Dolores Olvera Chi, de 38 años, es una de las pocas casas que sobreviven en medio al trazado del tramo 6 del Tren Maya, en el Ejido Bacalar, estado de Quintana Roo, México.

La casa de María Dolores, donde vive con su esposo y dos hijos, impide que la maquinaria de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), responsable por la construcción de la vía en este tramo, trabajen libres para la conclusión de las obras, prevista para estar lista hasta deciembre de 2023. Esta obra se ha convertido en prioridad máxima para el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. “Las máquinas están en la puerta de mi casa trabajando día y noche, sin parar”, relata la mujer maya.

Un equipo de Avispa Mídia estuvo a principios de julio de 2023 en esta localidad y fue recibido por María Dolores. Ella relató la presión que estaba sufriendo desde cuatro meses atrás, por parte del comisariado ejidal del Ejido Bacalar, para que abandonara su casa y permitiera el avance del trazo del tramo 6.

El ejido desconoció que 12 años atrás le había vendido estas tierras a María Dolores. Hoy, estas tierras son parte de las 56 hectáreas que vendieron al Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), encargado de las expropiaciones de tierras para la construcción del megaproyecto.

El decreto de expropiación fue publicado el 26 de junio de 2023, en el Diario Oficial de la Federación, junto con otros cinco decretos de expropiación en favor de Fonatur Tren Maya SA de CV, que inciden en tierras de otros cinco ejidos del municipio de Bacalar y uno en el municipio de Othón P. Blanco.

Un día después de que estuvo el equipo de este reportaje en la localidad, militares estuvieron en la casa de María Dolores. “Uno de ellos se presentó como el encargado del tramo 6; me preguntó si iba a salir de la casa, si ya me habían notificado”, dice la mujer maya.

En los últimos días, las presiones y el acoso hacia a la familia de María Dolores han aumentado por parte de las autoridades ejidales.

El viernes 4 de agosto dos integrantes del consejo de vigilancia del ejido fueron a la casa de María Dolores. Entraron a su predio sin pedir permiso. “Yo no estaba. Llegaron a mi casa y dijeron a mi esposo que los de Fonatur ya les había dado la notificación que iban a tener que agarrar mi terreno porque necesitan continuar la construcción de las vías del tren. Que ya va a entrar la máquina para raspar”, cuenta María Dolores para Avispa Mídia.

Ella cuenta que, como no se encontraba en su hogar, intentaron presionar a su “esposo para que diera la dirección de mi trabajo para que fueran a verme; no es justo que quieran ir a molestarme donde yo esté; me están quitando mi tranquilidad”, dice la mujer maya, quien ha presentado un desequilibrio en su salud desde que se enteró que su hogar es parte del Tren Maya y que es de seguridad nacional.

La presión a su esposo no funcionó. Entonces dijeron que iban a regresar horas después en el mismo día. “Nunca me dieron atención. Ahora, tampoco me citan a la casa ejidal, para que platiquemos de manera formal, pero vienen a mi casa, a buscarme, a la hora que les da la gana, entran en mi predio sin permiso”, relata Dolores.

Los ejidatarios no regresaron en el mismo día. María Dolores se quedó en suspenso.

Tres días después, el 7 de agosto, dos integrantes del consejo de vigilancia regresaron a su casa. “Dijeron que fueron mandados por Fonatur”, cuenta María Dolores. De nuevo “entraron sin permiso; les dije que no podían entrar así nada más, porque es mi propiedad y que estaban violando mis derechos y mi privacidad”. Quieren desconocer que “pagué por el terreno y me contestaron que las tierras siguen siendo propiedad del ejido”.

De acuerdo con María Dolores, le dijeron que tenía que salir de la casa. “Cómo creen que voy a salir. Es mi hogar. He tratado de juntar pesito por pesito para obtener un terreno para vivir con mis hijos desde hace años. Ellos (los ejidatarios) ya obtuvieron lo que quisieron. Ya vendieron las tierras. Ya tienen su dinero en sus bolsas por las obras del tren. Viven bien con sus familias. Nosotros somos gente humilde que trabajamos día con día. Tenemos que salir a trabajar de sol a sol, no es justo que nos quieran despojar de lo que con mucho esfuerzo hemos construido”, asevera.

Entonces dijeron que iban a regresar. “Cuando se dieron cuenta de que empecé a grabarlos, se fueron”.


El día siguiente, 8 de agosto, llegaron de nuevo a la casa de María Dolores. Esta vez llegó el comisario ejidal, Felipe Castro Gómez. “Me dijo que están obligados a entregar las tierras a ellos (Sedena y Fonatur) porque ya les pagaron y que ellos ya no pueden hacer nada”.

Entonces María le preguntó: “¿Si yo no me salgo pasarían encima de mi?”. El comisario respondió que “no” y que iba a comunicar su decisión de no salir de su casa a Sedena y Fonatur.

“Les vamos a platicar a ellos, a ver la solución que pueden tomar (…). Le vamos a dar la notificación a ellos de cuál es la postura de usted (…)”, dijo Castro Gómez a María Dolores.


Va porque va

En la conferencia de prensa matutina del día 7 de agosto, el general de brigada ingeniero constructor diplomado del Estado Mayor, Gustavo Ricardo Vallejo Suárez, dio a conocer que los avances del tramo 6 del Tren Maya alcanzan un 35%. “Se trata de 255.8 kilómetros entre Tulum y Chetumal, es una vía doble electrificada que también corre, se soporta sobre terraplén y en algunos lugares sobre viaducto”, explicó.

López Obrador anunció que todos los tramos del Tren Maya va a tener un sistema de seguridad especial, con elementos de la Guardia Nacional. “Ya se están construyendo cuarteles. Va a haber vigilancia por helicópteros, ya se tienen los helicópteros, es todo un plan”, dijo el mandatario mexicano.

Para este reportaje se intentó contactar con el comisariado ejidal del Ejido Bacalar por medio de teléfono. No hubo respuesta. Ni los ejidatarios ni los represenates del gobierno estatal y federal le han presentado a María Dolores una propuesta digna de reubicación.

FUENTE: DESINFORMÉMONOS.
AUTOR: RENATA BESSI.

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