viernes, 5 de mayo de 2023

Obras del Tren Maya destruyen la icónica cueva Dama Blanca

El punto se ubica a unos 50 kilómetros al norte del Parque Nacional del Jaguar, en su zona de influencia, justo en la línea de desmonte del proyecto ferroviario en Playa del Carmen.

Reportes emitidos por ambientalistas el martes 25 alertaron que los trabajadores del tramo 5 Sur del Tren Maya comenzaron a rellenar con material pétreo la cueva inundada Dama Blanca, que a mediados de marzo último fue escenario de la conclusión de los trabajos del Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza.

El punto se ubica a unos 50 kilómetros al norte del Parque Nacional del Jaguar, en su zona de influencia, justo en la línea de desmonte del proyecto ferroviario en Playa del Carmen.

Ahí trabajadores de la empresa Ingenieros Civiles y Asociados (ICA), a cargo del tendido de vía, utilizan maquinaria pesada para rellenar el hundimiento que va a dar a uno de los tantos brotes de agua dulce que existen en la zona.

La cueva debe su nombre precisamente a la “dama blanca”, un pez ciego endémico. La especie está enlistada en la NOM-059- SEMARNAT en la categoría de peligro de extinción.

En el punto se presentó José Urbina Bravo, buzo de cuevas promovente del juicio de amparo indirecto 884/2022, que el año pasado paralizó la obra federal durante tres meses tras ser beneficiado con una suspensión definitiva, que luego fue revocada por impugnaciones que interpuso el gobierno federal.

“Hicimos un recorrido de control, como lo hacemos habitualmente, en la zona de Yorogana (…) la dolina de Dama Blanca ha sido rellenada y Dama Blanca es uno de los puntos más emblemáticos de nuestra defensa, por su belleza, por los espeleotemas, por el agua que tiene ahí dentro. Todo ha sido nulificado por el terraplén, que es ese relleno pétreo, las piedras que provienen de la misma selva”, explica Urbina.

No es la primera vez que los grupos ambientalistas denuncian que se rellenan cuevas y cenotes para favorecer el paso del ferrocarril, pero éste es un caso simbólico, ya que, junto a la cueva Yorogana ubicada en las cercanías, es donde han denunciado constantemente el riesgo que el proyecto ferroviario representa para el ecosistema de la región.

Apenas en marzo pasado integrantes del Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza exteriorizaron desde Dama Blanca la sentencia que condena al Estado mexicano a resarcir daños por etnocidio y ecocidio.

Desde esa zona, que forma parte de los terrenos ejidales de Playa del Carmen, advirtieron de los riesgos que representa el proyecto, no sólo para el ecosistema, sino para las comunidades, pues los profundos cambios sociales ya son una realidad por los índices de violencia que se han disparado a la par de la ejecución de la obra.

“Lo primero es el contraste de esta cultura irracional, abusiva, criminal, que está destruyendo la vida, a los defensores de la naturaleza, como son los mayas, y que está tendiendo una trampa, saliéndose del orden legal, y que eso lo hagan el gobierno federal y el presidente de la República, eso no se perdona; tienen que echar marcha atrás por la forma en que están destruyendo”, expuso desde Dama Blanca el obispo emérito de Saltillo, Raúl Vera López, quien participó como juez en el tribunal.

El Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza realizó su octava audiencia pública el 11 de marzo en Valladolid, Yucatán. Concluyó al día siguiente con verificaciones in situ en Dama Blanca.

Para emitir una sentencia de cinco puntos resolutivos, invocó diversos tratados internacionales de los que México forma parte, como el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Acuerdo de Escazú y las declaratorias de Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos sobre Derechos de los Pueblos Indígenas, entre otros relacionados con la protección a los pueblos originarios y el derecho a tener un medio ambiente sano.

Los cinco puntos resolutivos que emitió el tribunal versan sobre el resarcimiento del daño por crímenes relacionados con etnocidio y ecocidio, la desmilitarización de los territorios indígenas donde el Tren Maya se ejecuta, el reconocimiento de violaciones de los derechos humanos, la realización de una auditoría ejecutada por los pueblos afectados sobre la nueva situación que impera y el reconocimiento de los derechos de la naturaleza.

Nuevos reclamos

En este contexto, el lunes 17 a los reclamos contra el ferrocarril se sumó el exhorto del Secretariado de la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) al gobierno de México para que elabore un expediente sobre las diversas omisiones en la evaluación de impacto ambiental que autorizó el proyecto federal.

Moce Yax Cuxtal, organización ambientalista de Playa del Carmen, junto con otros colectivos, lograron tal exhorto luego de que, a mediados del año pasado, ingresaron la petición ante la CCA para que el gobierno mexicano cumpla la normativa ambiental sobre el Tren Maya.

Lo anterior con fundamento en lo dispuesto en el capítulo 24 del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que regula las relaciones entre los socios comerciales respecto de sus obligaciones frente a la protección del derecho al medio ambiente sano.

Estas nuevas exigencias al gobierno federal se suman a los juicios de amparo contra las obras ferroviarias que aún se dirimen en el Juzgado Primero de Distrito de Mérida, Yucatán, donde hasta ahora las audiencias constitucionales han sido postergadas debido a que el Fonatur ha interpuesto una oleada de medios de impugnación.

Mientras tanto, la destrucción de cuevas y cenotes continúa. Así como ocurrió con Dama Blanca, ambientalistas advierten que en los primeros cuatro meses del año más de una decena de ecosistemas similares han sido destruidos al rellenarlos con material pétreo.

Sobre esta situación, la sociedad mercantil de participación estatal Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) Tren Maya indicó, vía Transparencia, que no se encuentra obligada a brindar información sobre cuántas cavernas y cenotes se han tenido que rellenar para el paso de las vías del Tren, “ya que esto traería como consecuencia que las áreas abandonen sus actividades para dar atención únicamente a las solicitudes de información”.

La solicitud fue realizada a través de la Plataforma Nacional de Transparencia y quedó registrada con el número de folio 330014223000041.

En su lugar, la paraestatal respondió con la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que fue elaborada mucho después de que Grupo México Acciona ejecutó el desmonte de selva maya al poniente de Playa del Carmen y de Tulum, cuando el Tren Maya ni siquiera contaba con un resolutivo de impacto ambiental.  

Este texto es un adelanto del reportaje publicado en el número 2426 de la edición impresa de Proceso

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: OCTAVIO MARTÍNEZ.

No hay comentarios:

Publicar un comentario