miércoles, 22 de marzo de 2023

Un megaproyecto de energías limpias... que contamina

Con el Plan Sonora el gobierno federal pretende abatir su rezago en el uso de energías limpias y en la reducción de emisiones de dióxido de carbono. Inició con la construcción de la planta fotovoltaica de Puerto Peñasco, pero ambientalistas y especialistas en conservación señalan que el megaproyecto afectará extensas áreas del Gran Desierto de Sonora que hasta hoy permanecían vírgenes, pues promoverá la minería con la extracción del litio y fragmentará ecosistemas con la construcción de infraestructura para la transmisión de electricidad. Además, invadirá zonas que son sagradas para la nación Tohono o’dham.

Aun cuando el Plan Sonora de Energías Sostenibles se anuncia como un generador de miles de empleos y un parteaguas en la creación de energías limpias para mitigar el cambio climático, informes de organismos internacionales, investigadoras y organizaciones ambientalistas alertan sobre un alto costo ambiental y ecológico en las zonas vírgenes de Sonora, así como afectaciones a pueblos indígenas.

Mientras el gobierno federal y estatal buscan captar la atención de inversores para impulsar el proyecto, ambientalistas advierten sobre los efectos en el ecosistema y el deterioro de extensas áreas de Sonora, empezando por la planta fotovoltaica en Puerto Peñasco. Agregan que también había zonas alternativas para el parque aledañas a San Luis Río Colorado que se habían propuesto, en lugar de los terrenos de Grupo Vidanta.

Sergio Müller, presidente de Caminantes del Desierto AC, asociación dedicada a la renaturalización y conservación del desierto de Sonora y que fomenta la participación ciudadana en política pública para gestión de proyectos y educación ambiental, dice a Proceso que el proyecto de construcción de la CFE requiere de una línea de transmisión que se interconectará con la red de Mexicali, lo cual afectará el valor universal y sobresaliente de la reserva de la biósfera del Pinacate y El Gran Desierto de Altar, al igual que parte del Alto Golfo.

“La Planta fotovoltaica está un poco afuera de Puerto Peñasco, cerca del aeropuerto; las líneas de transmisión van a cruzar por la costa, entre el derecho de vía de la carretera que va desde la reserva del Alto Golfo de California en San Luis Río Colorado, y afectaría a la reserva de la Biósfera de El Pinacate en la parte visual. La UNESCO le dio la designación de Patrimonio Natural de la Humanidad” por un valor universal excepcional, señala.

Müller destaca que la construcción de una central repetidora en el Golfo de Santa Clara también representa una afectación. “Ahí la zona tendría contaminación lumínica, ya que es uno de los lugares más prístinos de Sonora; es decir, que no tienen contaminación lumínica y afectaría por ese lado. Además, la misma construcción de la torre estaría afectando porque los depósitos requieren agua; ahí pasaría por zonas muy delicadas, ancestrales, en la parte de Tres Ojitos, El Borrascoso, que son tierras sagradas de los Tohono o’odham, quienes hacen su peregrinación de la Ruta de la Sal”, explica.

La nación Tohono o’dham ha habitado el desierto sonorense y del otro lado de la frontera norte, y ha defendido por cientos de años esas rutas, un recorrido de cientos de kilómetros que se extiende desde los Altos de Arizona hasta las salinas en la reserva del Alto Golfo de California y El Pinacate, consideradas territorios sagrados.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2420 de la revista Proceso

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: SOFÍA CALVILLO LÓPEEZ.

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