Problemas de comunicación y nuevo centro de mando
Desde el 9 de enero de 2021, cuando el Puesto Central de Control (PCC 1) se quemó, las fallas de comunicación entre el centro de mando y los conductores han sido una constante y, aunque hace apenas unas semanas entró en operación el nuevo “cerebro” del Metro en el C5 de la Ciudad de México, trabajadores del organismo consideraron que se trata de una instalación inviable para los requerimientos del organismo.
Tras el incendio, en el que una mujer policía perdió la vida, los reguladores se vieron en la necesidad de comunicarse con los conductores a través de mensajes de WhatsApp o llamadas por celular, pues buena parte del sistema de comunicación Tetra —que fue adquirido por 40 millones de euros durante la gestión de Joel Ortega al frente del Metro— se perdió.
Con el fin de evitar un choque entre los trenes, la frecuencia de paso entre uno y otro tuvo que espaciarse más, lo que en todo 2021 no resultó un gran problema porque, resultado de la emergencia sanitaria por COVID-19, la afluencia de pasajeros disminuyó hasta en un 50%.
Al paso de los meses, la hoy exdirectora del Metro, Florencia Serranía, puso en marcha un sistema de monitoreo y comunicación denominado Telemetría, el cual, señalaron trabajadores, nunca funcionó como se prometió y las pantallas continuamente se apagaban o solo mostraban un tren circulando en toda una línea.
Apenas hace unas semanas, en el C5 de la CDMX se inauguró el nuevo centro de control, a donde paulatinamente se ha mudado la operación de las líneas 2, 3, 4, 5 y 6. La Línea 1 lo hará al concluir su rehabilitación integral, que aún está en proceso.
De acuerdo con reguladores del organismo, aunque la instalación cuenta con la última tecnología, no resulta tan funcional como se había prometido.
“Según cuenta con la mejor tecnología, las nuevas pantallas, nuevo sistema, pero no es tan funcional porque el regulador no puede detener físicamente a los trenes con el famoso DBO (Despacho Bajo Orden). Sí aparece la imagen de un DBO pero el conductor no lo ve por descuido, el tren sigue avanzando”, contó un regulador que pidió guardar el anonimato por temor a represalias.
Los señalamientos sobre la inviabilidad del nuevo puesto central de control también habían sido realizados por el líder del sindicato del Metro, Fernando Espino.
Por otra parte, reguladores reclamaron que, por austeridad, las autoridades del Metro decidieron cambiar los horarios de trabajo y hacer tres turnos de ocho horas y no cuatro turnos de seis horas.
“Apenas hace dos meses, casi para cambiarse al C5, se les ocurrió la gran idea de que los reguladores de PCC, en vez de trabajar seis horas, trabajaran ocho horas. Esto para ti sonará muy normal porque es la jornada común de toda la gente, pero el trabajo que hace el regulador del PCC sentado frente de un tablero justo como el de Línea 3, donde tiene que estar viendo toda la línea, que los trenes tengan bien su intervalo, que entren y salgan de terminales, hacer traslados a otras en líneas, etcétera, es muy estresante, sobre todo si hay mucha afluencia, si hay trenes averiados, si hay fallas en las vías”, contó el regulador.
“Entonces, si el regulador trabaja más de seis horas, no va a tener la misma atención todo el tiempo, lo que puede llegar a ocasionar accidentes que pudieran prevenirse no por acción del regulador, pero el regulador está para prevenir, controlar y regular el tráfico de los trenes”, añadió.
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