viernes, 18 de noviembre de 2022

Miserable condena

A sangre fría, con tres mil dólares en la bolsa pagados por un hasta ahora desconocido, Julián Guillermo Castro Garzón asesinó a Lourdes Maldonado López. La periodista recién llegaba a su casa, había estacionado su auto cuando el asesino se ubicó a su costado y le lanzó los disparos. Lourdes murió en el acto, mientras Julián huía de la escena.

Hace unos días, el asesino fue sentenciado por el crimen contra la periodista; 22 años le dieron, no más.

Joven, nacido en 1999, Julián Guillermo tendrá 45 años cuando abandone la prisión. Todavía en edad para trabajar y disfrutar de la vida que le arrebató a la comunicadora.

Lourdes no merecía morir. Periodista de la vieja guardia, activísima, valerosa, sostenía un pleito legal con Jaime Bonilla Valdez, ex gobernador de Baja California que fuera su jefe y la despidiera injustificadamente. Una semana antes que la mataran, Lourdes festejaba que le había ganado el litigio. Nos presumió cómo había logrado que le embargaran las cuentas a PSN, el medio de comunicación de Bonilla, y que iría por más. Lo evidenciaría como evasor de impuestos, como abusivo con los derechos de los trabajadores, pero ya no vivió para hacerlo. La mataron.

Otro de los asesinos de Lourdes, Kevin Alberto Villarino, quien en la escena del crimen alertó sobre la llegada de la periodista a su hogar y posteriormente recogió el casquillo de la bala con la que la asesinaron, saldrá de prisión a los 39 años. Al igual que con su compañero de crimen, la justicia fue benévola con ellos. Se le sentenciaron 20 años de prisión.

Erick Eduardo Contreras Ramos, el tercer implicado en el asesinato de la periodista, fue quien manejó el vehículo en el que llegaron, del cual descendieron para acabar con su vida y en el cual huyeron. El mayor de los tres asesinos tendrá 50 años cuando salga libre. Nacido en 1992, también fue sentenciado a purgar una pena de 20 años.

La vida en México no vale nada, como en la canción de José Alfredo. Y si eres periodista, menos. Por tres mil dólares, los tres tipos asesinaron a Lourdes y reciben una bondadosa sentencia, 22 años, 20 años. Jóvenes, tendrán la vida por delante al salir de prisión, para seguir delinquiendo, o para gozar de aquello que arrebataron a sangre fría.

Los asesinos de Héctor Félix Miranda, cofundador de ZETA cuyo crimen aconteció en abril de 1988, salieron de prisión en 2015, sólo para regresar a Tijuana, a trabajar con quien se sospecha, es el autor intelectual del asesinato del periodista: Jorge Hank Rhon.

Antonio Vera, quien recibió una sentencia de 25 años de prisión, ha sido señalado y sospechoso de cometer otros delitos ya recuperada su libertad.

No hace mucho tiempo se le investigó, y acaso continúa la indagación, por la desaparición de Óscar Gómez Islas, policía comercial de 44 años que laboraba para el Grupo Caliente de Jorge Hank y del cual Vera Palestina es jefe de seguridad, y fue la última persona que, se supone, lo vio con vida.

El sentenciado asesino del periodista Héctor “El Gato” Félix había citado a Gómez Islas. Supuestamente dirimirían sobre un tema económico al interior de Grupo Caliente. Gómez acudió a la cita -según sus familiares- y ya no se volvió a saber de él. Hasta la fecha sigue desaparecido. La investigación por parte de la FGE no ha tenido avances.

Antonio Vera Palestina sigue trabajando para Hank y, es evidente para quien se lo encuentre, que el ex convicto anda armado para proteger a su jefe, cuando eso, considerando sus antecedentes penales y el crimen contra el periodista, es ilegal. Pero nadie lo apercibe, mucho menos lo detienen. Lo mismo acude a lugares públicos, que oficiales, como actos de la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda.

Los asesinos de Lourdes Maldonado podrán, como Vera Palestina, salir de prisión y regresar al servicio con quien los contrató para matarla. La justicia ha sido generosa con los sicarios.

En Baja California, la sentencia por homicidio calificado va de 30 a 60 años de prisión, pero a los jóvenes matarifes de la periodista, les dieron mucho menos que eso, 22 años, 20 años. Supuestamente llegaron a un acuerdo para revelar información que permita a los investigadores aprehender a quienes ordenaron el crimen -dos personas-, uno de nombre Alejandro y otro de apodo “El Apache”, y a su vez a quien pagó y ordenó el asesinato. Pero eso no ha sucedido. El crimen de Lourdes, mientras su asesino intelectual, más allá de las estructuras criminales, no sea detenido, continúa en la impunidad.

Hace unos días, otro joven, William Jonathan Casanova Pastrana, fue sentenciado a 45 años de prisión por homicidio calificado en Baja California. El 14 de noviembre de 2019 mató, de un tiro a la cabeza, a un hombre en Urbi Villas del Prado.

De la sentencia de 45 años para este asesino, la FGE hizo alarde a través de un comunicado, con “la determinación y el objetivo claro de que ningún delito quede impune, la Fiscalía General del Estado redobla sus acciones de investigación, que lleven hacia la captura y procesamiento de personas que hayan incurrido en algún ilícito, de tal forma que rindan cuentas por sus actos y reciban el castigo penal que por ley les corresponde”.

Pero eso no sucedió con el asesinato de Lourdes Maldonado. Ahí, por un arreglo indeterminado, desconocido y sin resultados hasta la fecha, los tres asesinos recibieron una sentencia demasiado corta para el daño irreparable que causaron.

FUENTE: SEMANARIO ZETA.
AUTOR: CARLOS SÁNCHEZ, ADELA NAVARRO BELLO.

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