viernes, 7 de octubre de 2022

“Sostenemos tu memoria y buscaremos a tu hija”: el colectivo de Esmeralda Gallardo, madre asesinada en Puebla, alza la voz

Durante un año con ocho meses, Esmeralda Gallardo buscó a Betzabé Alvarado, su hija de 24 años desaparecida en Puebla junto con una amiga. Esta semana, siete disparos le arrebataron la vida y generaron preocupación e indignación en el colectivo al que pertenecía.

El asesinato de Blanca Esmeralda Gallardo, una madre que buscaba a su hija desaparecida en Puebla, ha fragmentado no solo a sus familiares, sino también a las madres y los padres que a lo largo de cuatro años han recorrido poblado a poblado, colonia a colonia, y cabado en terrenos baldíos con la esperanza de hallar a sus familiares desaparecidos en la entidad.

Esmeralda aguardó un año y ocho meses a que la Fiscalía de Puebla presentara avances en la búsqueda de Betzabé Alvarado, su hija de 24 años, quien desapareció de la colonia Villa Frontera el 13 de enero de 2021, junto a su amiga y vecina Fabiola Narváez, de 22.

Antes del amanecer del pasado 4 de octubre, algunos testigos escucharon 10 disparos. Siete impactaron en el cuerpo de Esmeralda. Murió casi al instante —según informes de la fiscalía estatal—, luego de que dos agresores en motoneta la atacaran a la orilla de la autopista México-Puebla. 

“Este asesinato nos rompe la vida, pues la familia está consternada, aterrorizada y vulnerable”, comentó María Luisa Núñez, fundadora del Colectivo Voz de los Desaparecidos Puebla, para Animal Político. “Siento que en cada uno de nosotros nos asesinaron una parte al asesinar a Esmeralda”.

La tarde del 5 de octubre, familiares, amigos e integrantes del colectivo lanzaron consignas al acompañar el cortejo rumbo a una funeraria al sur de la capital de Puebla. En las pancartas que sostenían los deudos quedaban inscritas un par de promesas: “Esmeralda, ahora eres eterna” y “Sostenemos tu memoria y buscaremos a tu hija”.

En total secrecía, los restos de Esmeralda fueron trasladados a Veracruz. No se reveló la ubicación a la que fueron llevados, pues la familia teme posibles represalias de los asesinos.

Casi un mes de vigilancia

En septiembre, Esmeralda había notado la presencia de jóvenes en motoneta que rondaban continuamente su casa en la colonia Villa Frontera, según relataron integrantes del colectivo al responsable de Seguridad y Justicia del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría (IDHIE), de la Ibero Puebla.

“Me había comentado el colectivo que ella tenía miedo y días antes de su asesinato había visto unas motos rondando su casa, como una especie de vigilancia”, dijo en entrevista el doctor Tadeo Luna de la Mora, vocero de Seguridad y Justicia del instituto.

María Luisa Núñez, del Colectivo Voz de los Desaparecidos Puebla, contó que los temores de Esmeralda crecieron cuando leyó una nota publicada en la sección Página Negra del Periódico Central, el pasado 27 de septiembre. 

En la nota se habla de Modesto “N”, conocido como ‘el Modesto’, y quien supuestamente es narcomenudista de la zona de Villa Frontera. En dicha publicación también se le señala como presunto autor de la desaparición de Betzabé Alvarado y de Fabiola Narváez Rojas.

“‘Nos van a matar’, le dijo Esmeralda aquella vez a una compañera que le enseñó la nota, estaba muy temerosa. La interrogante es de dónde salió esa información si ninguno de nosotros tenemos acceso a las investigaciones de las autoridades, ¿Quién la filtró y para qué?”, cuestionó María Luisa Núñez.

Como ocurre a las familias en cientos de casos de mujeres desaparecidas en México, Esmeralda recibió de las autoridades esta respuesta: “Seguro se fue con el novio”.

“Ella no se fue con el novio, a ella me la arrebataron, a ella me la desaparecieron”, dijo Esmeralda en una entrevista para Telediario de Puebla. 

Desde julio de 2022, comenzaron a circular versiones acerca de que un grupo de narcomenudistas estaba relacionado con la desaparición de las dos jóvenes. 

Medios locales señalaron una relación del ‘Modesto’ con un supuesto líder narcomenudista llamado Javier Francisco “N”, ‘el Caimán’, y un hombre que fue asesinado en los límites de Puebla y San Pablo del Monte al que se relaciona con la desaparición de las jóvenes. 

“Estamos seguros que se las llevaron, no fue por decisión propia que ellas hayan querido dejar a sus hijas. A partir de ese día no hemos parado la búsqueda”, apuntó Esmeralda en una entrevista con El Sol de Puebla, en julio pasado.

Enrique, el hermano de 12 años de Betzabé, solía acompañar a Esmeralda en sus pesquisas por terrenos baldíos o tugurios, donde incluso recibieron amenazas. Él también salía a buscarla por calles y terrenos de Villa Frontera.

Antes de la desaparición de Betzabé, Esmeralda enfrentó el duelo de perder a su marido en la primera oleada de COVID-19, durante 2020. 

La búsqueda sigue a pesar del temor

En las horas posteriores al asesinato, los familiares y el colectivo de Esmeralda optaron por el silencio. Fue hasta horas después que se animaron a hablar del caso.

“Varias personas del colectivo han tenido que cambiar de residencia, han tenido que huir de sus comunidades o de las colonias donde viven, precisamente para su protección. Hasta que la necesidad de hallar a su persona desaparecida supera estos temores y continúan la búsqueda”, aseguró Tadeo Luna de la Mora, del IDHIE.

Miembros del Colectivo Voz de los Desaparecidos Puebla recuerdan a Esmeralda como una de las personas más activas. 

“Le gustaba acudir a las discusiones, siempre muy alegre. Mientras nos preparábamos un café, ella me decía que conservaba en la memoria a Betza por sus travesuras, de las bromas que hacía y así la tenía presente”, recordó María Luisa Ñúñez.

El incremento de desapariciones en el estado ha crecido desde 2007 y coincide con la violencia relacionada con el narcotráfico. Mientras que el Colectivo Voz de los Desaparecidos Puebla estima 3 mil personas que continúan desaparecidas hasta la fecha, el IDHIE señala en un informe presentado a principios de 2022 que contabiliza 2 mil 882 personas sin localizar. 

“Es impostergable que México cuente con una estrategia efectiva para garantizar seguridad a quienes buscan a sus seres queridos”, señaló la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que condenó al asesinato de la activista.  

Durante 2022, han sido asesinadas las madres buscadoras Brenda Jazmín Beltrán, en Sonora; Rosario Rodríguez, en Sinaloa; Ana Luisa Garduño, en Morelos, y ahora Blanca Esmeralda Gallardo, en Puebla.  

El gobernador Miguel Barbosa también condenó el asesinato y aseguró que “el gobierno estatal y las instancias correspondientes esclarecerán este crimen”. La Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Puebla dijo a Animal Político que su posicionamiento en este caso “es el mismo que ha fijado el gobernador”.

Frente a la indignación que ha causado el asesinato de Esmeralda y la preocupación que persiste por la desaparición de personas y la violencia en general, desde el colectivo del que formaba parte existe la convicción de seguir adelante con su lucha y exigir justicia.

“No nos van a bajar. El estado de Puebla la mató por omisión”, advirtió María Luisa Núñez.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: MARIANO MANGAS.

No hay comentarios:

Publicar un comentario