miércoles, 11 de mayo de 2022

Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo operó en 2021 con 36% de recorte presupuestal; controladores advierten afectaciones

La Cámara de Diputados había aprobado al organismo un presupuesto de 6 mil 4 millones de pesos, pero durante el año pasado tuvo reducciones por 2 mil 199 millones. El sindicato de controladores señala que esto se refleja tanto en insumos básicos como en equipos clave.

Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam), el organismo encargado de proporcionar servicios a las aeronaves que sobrevuelan el país, operó en 2021 con un recorte de la tercera parte del presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados, de acuerdo con información de la Cuenta Pública. 

El monto aprobado para el organismo desconcentrado dependiente de la Secretaría de Infraestructura,  Comunicaciones y Transportes (SICT) fue de 6 mil 4 millones de pesos, pero durante el año tuvo reducciones por 2 mil 199 millones de pesos, lo que significa un 36% de recorte. Por ello, finalmente ejerció 3 mil 804 millones de pesos. 

La disminución presupuestal tuvo impactos desde aspectos tan básicos, como la falta de papel de baño o focos en los edificios, hasta en equipos de radares descompuestos, falta de barómetros, anemómetros, déficit de personal y afectaciones salariales, como nunca había ocurrido en administraciones anteriores, asegura José Alfredo Covarrubias, líder del Sindicato Nacional de Controladores de Tráfico Aéreo (Sinacta). “El presupuesto nunca es suficiente, pero en esta época es increíble, lamentable”, dice.

Animal Político buscó a la SICT para hablar sobre el tema, pero su área de prensa señaló que la secretaría daría una respuesta el jueves o el viernes.

En tanto, en la Cuenta Pública se reporta que no se gastó todo lo disponible, aunque esto se atribuye a “ahorros”. El documento sobre “Análisis del presupuesto” explica que respecto de “bienes muebles, inmuebles e intangibles”, Seneam gastó 58% menos del presupuesto aprobado, “principalmente por los menores recursos ejercidos por Seneam debido a retrasos en las etapas de los procesos de licitación durante la pandemia y a la reducción líquida de 962 millones de pesos, recursos transferidos al Ramo 23 ‘provisiones salariales y económicas’, derivados de ahorros y economías”.

El fin de semana, circularon en redes sociales videos en los que se escucha a un controlador aéreo dar la orden al piloto de un Airbus A320 de Volaris de aterrizar en la pista 05 izquierda, pese a que en ese mismo lugar estaba otra aeronave. En las imágenes se observa cómo el piloto, al ver que la pista estaba ocupada, decide regresar al aire y con esto evitar un incidente.

Después de esto renunció el director de Seneam, Víctor Hernández, y se produjo una protesta de los controladores de vuelo, quienes denunciaron maltratos laborales y abuso de poder por parte del exfuncionario.

Además, al revisar la Cuenta Pública, el reporte final del gasto en el año fiscal realizado por la Secretaría de Hacienda (SHCP), también se observa el recorte presupuestal en 2021. 

El líder del Sinacta asegura que el gremio ha atestiguado la disminución de recursos, que incluso afectaría los servicios de navegación, de no ser por la pericia de los controladores de vuelo que aún no han renunciado, como sí lo han hecho otros con décadas de experiencia ante el maltrato laboral.

“Hay estaciones que no tienen ni el equipo mínimo. Un caso que resalta es la torre de Zihuatanejo, Guerrero, donde la pistola de luces está inservible porque el plafón está roto, esto se usa en caso de falla de comunicación, el controlador con esa pistola de luces le manda señales al avión e instrucciones como si fuera un semáforo humano”, explica Covarrubias. 

“Tampoco tienen anemómetro que indica la velocidad del viento, tienen que tomar la lectura de esos datos con cálculo, viendo el cono de viento y más o menos dar un aproximado de valores. Tampoco hay barómetro, los que tienen están descompuestos. Generalmente hablan a los aviones cuál es el altímetro que tienen, para proporcionárselo a los aviones que van a llegar”.

El líder sindical asegura en entrevista que en esa torre de control “están en condiciones extremas, por eso es que dos compañeros que trabajaban ahí, que tenían mucha experiencia, conocimientos, decidieron retirarse, pues decían que un día de estos con los cambios de procedimientos podía ocurrir un accidente. ‘Yo ya tengo más de 35 años trabajando, prefiero retirarme y terminar mi vida en libertad y con mi familia o terminar en la cárcel, si ocurría un accidente’”, recuerda que le narraron. 

Covarrubias explica, además, que existen alrededor de mil controladores aéreos, pero de ellos, 350 han sido reasignados a tareas administrativas, un número inédito, toda vez que en años anteriores eran apenas 100 dedicados a ese tipo de tareas. Esto ocurrió a partir de la gestión del exdirector Víctor Hernández, en 2019, lo cual impacta en la gestión del espacio aéreo. 

“Nos autorizaron 100 plazas para controladores aéreos, pero las ocupó (Hernández) para sus amigos y para actividades diferentes”, dice el líder sindical, mientras advierte que en las áreas donde se requiere a los expertos operativos hay déficit. 

Se requieren, dice, al menos 300 controladores más, para como mínimo cumplir con la recomendación de la Organización de Aviación Civil Internacional, pues debería haber al menos dos controladores aéreos por cada turno en los centros de trabajo, pero por ahora solo hay uno. Esto implica que, si su relevo no llega, tiene que continuar trabajando “y no puede moverse de su sitio ni siquiera para ir al baño porque si se requiere alguna respuesta ante un incidente y no estuviera en su posición, lo harían responsable”, dice Covarrubias. 

Entre los servicios aéreos, dice, también ha habido un desmantelamiento por la entrega de puestos a personal sin experiencia. Se trata de la oficina de “control de flujo”, que se encarga de evitar la saturación de aviones en el aeropuerto formando bloques, es decir, registrando los aviones que llegarán en el transcurso del día. Sin embargo, “ese servicio estratégico ya no opera porque pusieron a gente sin experiencia que prácticamente está solo para contestar llamadas, hacerse cargo de las autorizaciones o reportar incidentes, pero no está haciendo el control estratégico, por eso ahora vemos horarios congestionados”. 

La disminución de recursos también la han visto hasta en los insumos más básicos como falta de papel de baño, cloro y jabón para la limpieza de los edificios, focos en los baños y excusados descompuestos. Además, hay afectaciones laborales con la disminución de salarios y, por ello, los controladores han interpuesto amparos que aún siguen en curso.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: NAYELI ROLDÁN.

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