miércoles, 15 de diciembre de 2021

Despenalización del aborto en Oaxaca: solo dos clínicas y sin atención a mujeres indígenas

A dos años de la despenalización del aborto en Oaxaca solo 2 clínicas públicas lo realizan; mujeres indígenas quedan en el olvido.

El 25 de septiembre de 2019 -en una votación histórica- Oaxaca se convirtió en la segunda entidad del país en despenalizar el aborto que se castigaba de seis meses a dos años en prisión. Habían pasado 12 años desde que la CDMX se había convertido en la primera entidad en dar este paso, así que lo sucedido en Oaxaca no podría haberse celebrado más.

A dos años de aquel día, la realidad para las mujeres en Oaxaca que quieren interrumpir su embarazo poco ha cambiado.

El estigma y los discursos morales y religiosos que reciben por parte de los doctores a los que se acercan a solicitar apoyo, así como la falta de espacios -cercanos a las comunidades y dispuestos para ejercer con plenitud este derecho- son obstáculos presentes, pese al cambio en la ley.

De acuerdo con los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), en toda la entidad operan 962 unidades médicas entre móviles, fijas, de primer y segundo nivel, sin embargo, si una mujer desea ejercer su derecho a la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) solo puede hacerlo en dos lugares: el Hospital General “Aurelio Valdivieso” y la Clínica de la Mujer, ambos ubicados en la capital del estado.

Yésica Sánchez Maya es integrante del equipo directivo de la organización Consorcio Oaxaca. En entrevista con Animal Político explica que luego de la despenalización del aborto se enviaron circulares, se organizaron foros y hubo reuniones y capacitaciones para sensibilizar al personal de salud sobre el tema, pero si a esto se suma la carga moral y religiosa arraigada entre el personal de salud y las autoridades, los esfuerzos siguen siendo insuficientes.

“Sin duda alguna no estaban listos para (ofrecer) ningún tipo de servicio”, sostiene la también activista feminista.

“En el tema de aborto el detalle es que no es tan complejo porque todavía entre las 12 semanas pueden ser abortos medicamentosos -sencillos- que no requieren propiamente la sala quirúrgica, pero han intentado tergiversar que el aborto implicaba hospitalizar y meter a una sala, expulsar y hacer procedimientos onerosos”.

Cuando las mujeres llegan solicitando la ILE, el personal médico responde con renuencia. Así que siempre recomiendan a las mujeres que lleven consigo -ya sea físico o virtual- una copia del periódico oficial en el que queda claro su derecho al acceso de este derecho.

Cuestionados sobre por qué solo en dos unidades médicas de todo el estado es posible realizar la ILE, los Servicios de Salud del estado argumentaron que la infraestructura es suficiente porque no han tenido tanta demanda como esperaban.

“No es una cantidad tan alta o grande de usuarias que han requerido el servicio y eso es algo que nos ha llamado la atención porque pensábamos, tal vez como sucedió en la CDMX, que iban a ser muchas las solicitudes del servicio, pero no”, expuso en entrevista Vladimir Hernández Sosa, jefe de la Unidad de Medicina Preventiva de los Servicios de Salud de Oaxaca.

Hasta el 30 de noviembre de 2021 -a dos años y dos meses de despenalización del aborto- las autoridades sanitarias del estado confirmaron que se han realizado 92 ILE estas dos unidades. En la CDMX, por ejemplo, desde que se despenalizó el aborto se han realizado 395 procedimientos a mujeres que informaron vivir en Oaxaca, 41 de ellos solo entre 2019 y 2021, después de la reforma al código penal de aquella entidad.

Sobre el perfil de las usuarias atendidas en estos dos años, el funcionario dijo que han sido profesionistas que “no tienen problemas relacionados con temas de analfabetismo”.

Datos del INEGI revelan que en Oaxaca 12 de cada 100 personas mayores de 15 años no saben leer ni escribir. El promedio nacional son 5 de cada 100.

Antes de que concluya el 2021, afirmó el funcionario, se tiene el compromiso de que sean seis clínicas -y no solo dos- en las que se ofrezca gratuitamente el servicio de la ILE, un número todavía muy menor tomando en cuenta que en Oaxaca hay 570 municipios en donde viven 2.1 millones de mujeres.

Ante la falta de opciones para que las mujeres accedan al aborto seguro, el 22 de septiembre pasado, justo en la víspera del segundo aniversario de la despenalización del aborto, el Congreso estatal aprobó una reforma a la Ley de Salud local a fin de garantizar a las mujeres la atención médica gratuita, segura y libre de discriminación cuando ellas decidieran interrumpir su embarazo antes de las doce semanas de gestación.

Y es que, aunque desde 2019 se reformó el Código Penal de Oaxaca para no criminalizar la ILE, las colectivas habían denunciado que no hay espacios públicos en donde se practicara el aborto seguro y que en los dos lugares donde sí se realiza, a las mujeres oaxaqueñas se les obstaculizaba su derecho a decidir.

“Realmente era necesario que se garantizara desde la ley estos servicios de salud para las mujeres que quieran decidir sobre su propio cuerpo, para las mujeres que quieran interrumpir su embarazo, porque solamente así -teniendo la ley- podemos obligar al secretario de salud (Juan Carlos Márquez Heine) a que se les brinde este servicio a las mujeres”, expuso la exdiputada Magaly López Domínguez, promovente de la reforma.

Como parte de las modificaciones aprobadas a la ley de salud estatal, detalló, también se estableció que cuando una mujer acuda a solicitar la interrupción legal de su embarazo el procedimiento se debe realizar a más tardar a los tres días siguientes de haber presentado su solicitud.

Colectivas, activistas y mujeres que han ejercido su derecho -no antes de enfrentarse a una serie de trabas- dieron cuenta de cómo, aunque la despenalización del aborto en Oaxaca es legal, en la práctica hay más pendientes que avances, principalmente si se piensa en el acceso a este derecho por parte de las mujeres que viven en las comunidades indígenas a 6, 8 o 10 horas de camino de la capital.

‘Que las niñas y jóvenes sigan con su plan de vida’

La Colectiva Mano Vuelta A.C. se dedica a la promoción y difusión de los derechos sexuales y reproductivos; a la prevención y atención de la violencia sexual y al acceso del aborto para niñas y adolescentes en comunidades originarias de Oaxaca.

La Colectiva señala que las niñas y jóvenes indígenas y afromexicanas de la mixteca de la costa de Oaxaca no están en las mismas condiciones de acceso porque a ellas no les llegó nunca la información y, aún menos, se habilitaron los servicios de salud que les garanticen el acceso.

Pues existen lineamientos técnicos para el acceso al aborto seguro a nivel federal pero no uno que visibilice los diferentes contrastes y contextos del estado: Oaxaca tiene 570 municipios integrados en ocho regiones, en donde se encuentran 15 de los 68 grupos etnolingüísticos del país.

La colectiva trabajó con un grupo de 32 niñas y jóvenes afromexicanas de entre 15 y 25 años, originarias de las comunidades de Mancuernas, San Miguel Tlacamama, Santo Domingo Armenta, Río Grande y El Chamizal, de la región de la Costa Chica.

El 97% de las jóvenes refirió que cada vez que han acudido al centro de salud o casas de salud de su comunidad, no hay medicamentos o equipamiento para su atención por lo que tienen que trasladarse a espacios alejados de su comunidad.

Un 87% dijeron que han vivido situaciones donde el trato es despectivo y no aclaran sus dudas pues las consultas son muy rápidas y ni siquiera las miran.

Como parte del trabajo que realiza esta colectiva, han pedido a jóvenes de las distintas comunidades que visitan que acudan al centro de salud y pidan información sobre la ILE. La respuesta que han tenido es negativa y se les ha cuestionado reiteradamente por qué están preguntando sobre el tema.

Acompañamiento

En 2016, Sharon, entonces de 16 años, se había mudado al centro de Oaxaca donde había comenzado sus estudios de bachillerato. Al tiempo se enteró que estaba embarazada. Dice que sintió mucho miedo, pero ella y su entonces pareja se hicieron responsables de la decisión que tomarían. No le informaron a nadie.

Ella interrumpió su embarazo en la clandestinidad. Primero una inyección que no le hizo nada, incluso piensa que pudo haber sido solo agua, y después tomó unas pastillas.

“Cuando el producto empezó a salir yo estaba en la calle, yo no sabía que tenía que estar en reposo. O sea, como que me dijeron otra historia, el doctor nada más me dijo que me pusiera una toalla”, explica.

Después de esta vivencia, la joven decidió formarse como acompañante. Aún vive en la capital de Oaxaca, pero regularmente visita su comunidad -a ocho horas de camino- donde las mujeres no pueden decidir sobre su cuerpo, no hay clínicas a donde acudir y los médicos a veces ni siquiera saben que el aborto dejó de estar penalizado.

“Para una compañera de la comunidad zapoteca, mixhe o mixteca que vive en un pueblo que queda a 8 horas de la capital pues no es tan accesible como la ley menciona. Hay varias limitantes porque hay que ir a la ciudad y no hay ni el tiempo ni el dinero para llegar hasta allá”, reprocha.

“Emocionalmente es frustrante”

Ante la omisión de las autoridades para atender a las mujeres que viven fuera de la capital de Oaxaca, son las colectivas y asociaciones civiles quienes han asumido la responsabilidad de llevar información y acompañarlas. Uno de ellas es Meraki: Tejiendo comunidad.

Anabel, Alba, Magally y Luz  -quienes conforman esta colectiva- brindan servicios psicológicos y visitan las regiones más apartadas del centro de Oaxaca. 

Hace unos meses atrás, relata Alba, visitaron una comunidad en donde impartieron algunos cursos y talleres. Mientras estaban ahí, una mujer fue violada.

La sanción para el agresor fue un pago de 3 mil pesos como reparación del daño. Fue la colectiva quien buscó ayuda médica para evitar infecciones de transmisión sexual o un embarazo no deseado. La doctora no estaba porque había ido a otra comunidad.

Para hacer frente a las necesidades que se tienen, explicó Anabel, las colectivas ya no solo están invirtiendo tiempo para apoyar a las mujeres del centro de Oaxaca y demás comunidades, sino que también están invirtiendo recursos económicos para tener su propio banco de medicamentos.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: DALILA SARABIA.

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