AUTOR: JUAN PABLO PROAL.
MÉXICO, D.F: Es verdad, ser gobernador es el máximo sueño de un mexicano. Tener acceso a miles de millones de pesos que nadie te pedirá comprobar. Recorrer el mundo cada que quieras. Fiestas privadas. Plazas de aviador para tu esposa, hijos y primos lejanos. Encarcelar a tus enemigos, comprar islas…
En fin, todos querríamos una vida así. No obstante, a veces pasamos por alto que el camino para ser gobernador es cansado y requiere de mucho esfuerzo. Tuviste que soportar las humillaciones de jefes déspotas. Ir a cientos de comidas con borrachos aburridos. Haber traicionado y cometido delitos inconfesables. Llamadas, reuniones, inauguraciones… Ser gobernador es difícil, hay que tener características que poquísimos logran reunir.