viernes, 5 de abril de 2024

Linchamiento en Taxco ocurrió ante la mirada de policías locales, estatales y la Guardia Nacional

En el linchamiento de una mujer y dos de sus hijos acusados del secuestro y muerte de Camila, no sólo fueron rebasados policías municipales, ministeriales y estatales, sino también agentes del Ejército y la Guardia Nacional.

En el linchamiento de una mujer y dos de sus hijos acusados del secuestro y muerte de Camila, no sólo fueron rebasados policías municipales, ministeriales y estatales, sino también agentes del Ejército y la Guardia Nacional.

Todos estuvieron presentes desde la mañana del jueves 28 en los pasillos y andadores del barrio La Florida, donde vecinos tenía cercada la vivienda en la que sabía que fue secuestrada y asesinada un día antes Camila, de 8 años.

Fotografías y videos evidencian que los efectivos estuvieron en el lugar antes y durante el linchamiento, y que no actuaron para impedirlo.

Se limitaron a observar el linchamiento de la mujer y la brutal golpiza a dos de sus hijos, uno de ellos menor de edad.

La mujer, Ana Rosa, fue declarada muerta una hora después a causa de los golpes. Su hijo menor, Alfredo fue remitido al Centro de Ejecución de Medidas para Adolescentes en Chilpancingo, y el otro, Axel Alejandro, de 21 años, fue recluido en el penal de Tuxpan, Iguala, para ser procesado por el feminicidio de la menor.

La desaparición de la menor se dio a conocer de manera oficial a las 11 de la noche, pero desde las 8 familiares y vecinos ya habían instalado un bloqueo en la avenida de Los Plateros, a la altura del barrio La Florida.

A las 3:30 horas del jueves sobre la avenida una camioneta del Servicio Médico Forense se abrió pasó y una hora después la familia fue notificada de que tendría que acudir a la morgue a identificar a la menor.

La Fiscalía de Guerrero informó que el hallazgo del cuerpo fue a las 0:00 horas del jueves en el kilómetro 110 de la carretera Taxco-Cuernavaca.

Amaneció y el plantón continuó con unos 20 ciudadanos; el gobierno municipal colocó vallas metálicas en ambos sentidos para evitar la circulación.

A las 9 de la mañana, soldados, agentes de la Guardia Nacional en la patrulla marcada como el número 28109 y policías estatales ya se encontraban desplegados en las gradas y los pasillos del barrio de La Florida, cerca del domicilio donde se reportó la extracción de la menor.

Un grupo de mujeres permanecieron en todo momento afuera de la vivienda para evitar que los presuntos responsables se fugaran. Pedían que las autoridades los arrestaran.

Minutos después de las 9 de la mañana, personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) y policías ministeriales subieron a la vivienda de los imputados con una supuesta orden de detención, pero dijeron que no podían ejecutarla por la falta de una orden de cateo.

La justificación fue que, si entraban al domicilio por la fuerza, violarían los derechos humanos de los imputados y que estos después podrían salir libres.

Los agentes de la FGE se retiraron.

A las 10 de la mañana, efectivos de la Guardia Nacional y del Ejército se retiraron del barrio de La Florida, pero permanecieron cerca de la manifestación. En el lugar había una patrulla de la Guardia Nacional y dos del Ejército.

Luego llegó otro refuerzo de seis policías estatales.

A las 10: 50 horas, unos 12 de vecinos subieron para presionar a los agentes de la policía estatal para que ingresaran al domicilio para detener a los imputados.

Los policías contuvieron a los manifestantes; el agente que estaba al frente del grupo simuló llamar a un “fiscal” para decirle que se apresurara a llevar la orden de cateo porque la gente ya estaba “enardecida”.

Por cada minuto que pasaba, más personas se sumaban a la protesta.

Para ejercer presión, los vecinos voltearon y pintaron dos taxis que habían retenido por la noche. Se detuvieron para prenderles fuego.

La espera de media hora se prolongó hasta las 12:40 de la mañana, cuando los manifestantes enfurecidos decidieron entrar. Los seis policías estatales se hicieron a un lado para permitir que la turba de hombres derribara techos, ventanas y la puerta para entrar.

En uno de los pasillos había otro grupo de policías estatales que habían llegado de refuerzo, pero tampoco actuó. Ahí también se encontraban soldados del Ejército y de la Guardia Nacional.  

Cuando los imputados fueron bajados ya con los rostros ensangrentados a la avenida fueron tomados por un momento por soldados y agentes de la Guardia Nacional, pero fueron dejados a los manifestantes.

Sólo seis agentes de la policía municipal estaban en el lugar, subieron a la mujer y a su hijo menor de edad a la batea de la patrulla 57044, pero no los protegieron. Al primero que la gente bajó fue al joven.

Los policías de Taxco incluso permitieron que un hombre se subiera a la patrulla y pateara en la nuca a la mujer, que luego fue bajada de los cabellos.

Ya en el asfalto, la mujer fue pateada con brutalidad en la cabeza y estuvo a punto de ser rociada con gasolina.

Cuando se anunció que la carroza de Camila estaba por llegar se detuvo la golpiza.

Al final, agentes estatales, Guardia Nacional y soldados se llevaron con dirección al sur, en el punto conocido como Los Arcos, a los dos hombres. Al mayor lo llevaron caminando, ensangrentado, sólo con una playera puesta. Al menor colgado de pies y manos inconsciente. Los trasladaron a un hospital de Iguala.

Mientras que los policías de Taxco trasladaron en la batea de la patrulla a la mujer semidesnuda, bocabajo y desmayada.

Se fueron en sentido contrario de los otros detenidos, con dirección a La Garita, para dirigirse a las instalaciones del Ministerio Público, donde una hora después declararon a la mujer muerta.

Durante la media hora que duró el linchamiento se contabilizaron seis policías preventivos, al menos 18 policías estatales, seis soldados y seis agentes de la Guardia Nacional.

Desde el 23 de enero pasado, la Mesa de coordinación para la Construcción de la Paz acordó intensificar operativos de vigilancia y seguridad que incluían elementos de la Guardia Nacional y de la Secretaría de la Defensa Nacional en Taxco, debido a la suspensión del transporte público a causa de asesinatos y extorsiones en su contra.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: LUIS DANIEL NAVA.

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