martes, 21 de marzo de 2023

¿Sin deuda? Sector público de México registró en 2022 su mayor endeudamiento anual desde 2008

Durante los últimos tres años se superó el endeudamiento programado; persiste un déficit en el que se gasta más de lo que ingresa a las arcas públicas, indicaron especialistas.

Sí ha aumentado la deuda con el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, aunque el mandatario insista en mencionar lo contrario. El 2022, con un monto de 1.26 billones de pesos, fue el año con el endeudamiento público (RFSP) más alto registrado desde 2008, en términos reales. 

Apenas el pasado 18 de marzo el presidente dijo, frente a un Zócalo lleno, que “los ahorros por no permitir la corrupción ni los derroches presupuestarios nos han permitido evitar más deuda. No hemos solicitado deuda adicional desde que estamos en el gobierno”.

Sin embargo, el déficit entre lo que ingresa y lo que se gasta en el sector público (gobierno federal, empresas públicas, banca de desarrollo y el resto del sector paraestatal), es decir, el endeudamiento, correspondió en 2022 al 4.4% del Producto Interno Bruto (PIB): el registro anual más alto desde 2014.

Esto según los datos del indicador Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP):


Durante los últimos tres años se superó el endeudamiento programado como porcentaje del PIB, según los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) establecidos por la Secretaría de Hacienda.

“El mayor endeudamiento anual ha impulsado el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), a pesar de la promesa por parte del Ejecutivo de no endeudar al país. En 2022 esta métrica cerró en 49.4% del PIB, menor al 50.8% de 2021 pero superior al 44.9% del cierre de 2018”, refirió México Evalúa. 

“La administración actual no ha ejecutado un cambio real en la estructura de la política fiscal del Sector Público federal, en relación con los sexenios anteriores. Con todo y la fuerte fiscalización del SAT y la supuesta austeridad ‘republicana’ y luego ‘franciscana’, no se ha logrado cambiar la ‘acostumbrada’ estructura deficitaria de las finanzas públicas” añadió México Evalúa.

Sobre estas cifras, especialistas mencionaron que, si bien hay un aumento de la deuda y persiste un déficit, aún no se llega a un punto de alarma o de que esté en riesgo la capacidad de pago del país. 

Y aunque recordaron que como tal solicitar deuda no es malo para un país, sí critican que en México los recursos se utilicen en proyectos de inversión que desde su perspectiva no han acreditado ser rentables, es decir, que no han demostrado su capacidad para obtener las ganancias suficientes a futuro.

Crece la brecha entre los ingresos y los gastos

Los ingresos del sector público pueden ser tributarios, del cobro de impuestos (IVA, ISR, etc.), y no tributarios, que son aquellos que provienen del pago de derechos, del uso de los bienes de dominio público, así como la aplicación de multas, entre otros. 

Mientras tanto, el gasto es el dinero utilizado para el desarrollo de funciones (pago de nómina, proyectos de inversión, programas sociales).

En México tenemos un balance deficitario, es decir, los ingresos de la administración pública son menores a los gastos, y entonces se recurre al endeudamiento.

“Pero estamos logrando pagar nuestro balance; entonces, tenemos estabilidad financiera”, explicó en entrevista Mariana Campos, coordinadora del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa.

En la gráfica a continuación podemos observar la trayectoria del ingreso, el gasto y el balance del sector público desde 1990 hasta 2022:


El déficit ha aumentado con ingresos insuficientes

De acuerdo con el Reporte sobre sostenibilidad fiscal. Análisis y prospectivas para México 2022, publicado por el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) y firmado por Ricardo Cantú, “desde 2009, los ingresos públicos no han sido suficientes para cubrir la totalidad del gasto público y derivado de la crisis por la COVID-19 se amplió esta brecha, lo que ha resultado en un mayor endeudamiento público”.

Los ingresos totales en el 2022 solo aumentaron 2.5% (163 mmdp) frente al 2021. Cifra que representa “el peor incremento de los últimos cuatro sexenios”. 

Asimismo, “el actual sexenio presenta el menor crecimiento en los ingresos totales con sólo 5.5% y de sólo 1.8% en ingresos tributarios”, de acuerdo con el análisis 5 evidencias sobre las finanzas públicas publicado por México Evalúa.


En el 2022 se observó una recaudación menor a la aprobada. 

“Esto se observa a pesar de que todos los conceptos tributarios, distintos al IEPS a combustibles, fueron mayores a lo aprobado para 2022”, indica el reporte Estímulos fiscales sobre el IEPS a combustibles: Implicaciones recaudatorias, del CIEP.


Mariana Campos considera que la postura de no recaudar o subir impuestos “es una manera irresponsable de conducir el gobierno”, ya que “México destaca como uno de los peores recaudadores de América Latina”.

Y pese a que “sí han crecido los ingresos públicos”, “al cierre del 2022 habían crecido 5.5% en términos reales”, este porcentaje “es muy raquítico y deja mucho qué desear, porque en las tres administraciones anteriores crecieron más”, indicó Campos.

Señaló que el crecimiento promedio anual durante los cuatro años de la presente administración es de 0.4%. 

“En la práctica y con la evidencia a la cara realmente va a pasar a la historia como un sexenio débil de crecimiento de ingresos” concluyó la experta.

2022 registró el mayor endeudamiento neto del sector público

De acuerdo con el informe 5 evidencias sobre las finanzas públicas: Anual 2022 realizado por México Evalúa, “en 2022 el Sector Público incurrió en el mayor endeudamiento neto (RFSP) jamás registrado”, por 1.26 billones de pesos (4.4% del PIB).

En términos reales, el mayor desde 2008. 

Los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) agrupan la totalidad de las necesidades de financiamiento del Gobierno Federal, entidades del sector público federal, así como las entidades del sector privado y social que actúan por cuenta del Gobierno Federal.

En términos más sencillos, esto significa que 2022 es el año en que el sector público requirió el mayor financiamiento que se haya registrado para cumplir con sus obligaciones, con un monto 59% más alto que lo registrado en promedio el sexenio pasado.

Asimismo, de acuerdo con México Evalúa, en 2022 se superó por tercer año consecutivo el endeudamiento programado como porcentaje del PIB, ya que el monto estimado en los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) fue de 3.5%. Sin embargo, con 4.4%, la deuda se excedió en casi un punto.

Para el 2020 se aprobó un endeudamiento del 2.6% como porcentaje del PIB y terminó siendo del 3.9%. Asimismo, para el 2021 lo previsto originalmente en el Paquete Económico 2021 era de 3.4%, sin embargo cerró en 3.9%. 

De acuerdo con Hacienda, el crecimiento de la deuda neta total pasó de 10.5 billones de pesos en el 2018 a 14.09 billones de pesos en el 2022, lo que representa un aumento de 33.5% (3.59 bdp) contra lo registrado al inicio de la administración. 

Un porcentaje menor al registrado durante las tres administraciones anteriores.


En los primeros cuatro años del sexenio de Enrique Peña Nieto se presentó un aumento de 66.3% (3.9 bdp) en el crecimiento de la deuda. Del 2006 al 2010, en el sexenio de Felipe Calderón el aumento fue de 53.5% (1.6 bdp). Finalmente, durante los primeros años del sexenio de Vicente Fox el aumento de la deuda fue de 39.1% (0.8 bdp).

La coordinadora del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa señaló que la Constitución indica que “solo te puedes endeudar para invertir en infraestructura, básicamente en obra pública. Considerando que además estos proyectos van a tener un impacto en la economía y que le van a generar ingresos adicionales al Gobierno… porque eso es lo que hace que tu endeudamiento sea sostenible”.

Mariana Campos comentó que “alrededor del 75% del saldo del endeudamiento del 2022 se fue a inversión, pero el resto no y eso es un problema”, dijo que en 2022 aumentó el gasto en infraestructura “como 25%”, sin embargo, el 75% se dirigió “proyectos emblemáticos del Tren Maya y la Refinería”, que, en opinión de la experta, dichos proyectos “no han demostrado” su rentabilidad.

“No parece que la refinería sea un negocio muy inteligente en este momento cuando más bien lo que tendríamos qué hacer es invertir en las energías limpias… pareciera ser que no va a la vanguardia ese proyecto y es muchísimo dinero el que se está poniendo a la mesa”, señaló.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: FRASUA ESQUERRA.

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