domingo, 13 de marzo de 2022

Querétaro, entre el mea culpa y detenciones arbitrarias

Ante el violento desastre en el estadio La Corregidora, el gobierno del estado de Querétaro dio a conocer la existencia de 28 órdenes de aprehensión y 14 detenidos. Sin embargo, dos personas fueron liberadas por falta de pruebas. En este enmarañado caso destaca la historia de Cuauhtémoc “N”, quien fue aprehendido pese a que el día de las agresiones estuvo trabajando como mesero en una boda.

En una década, el estado de Querétaro pasó de presumir uno de los sistemas de seguridad “más sofisticados del mundo” en el estadio La Corregidora, a ser noticia mundial por las imágenes de golpizas, cuerpos inertes, desnudos y ensangrentados, en el partido del equipo local contra el Atlas, el sábado 5.

El gobernador Mauricio Kuri González admitió que su gobierno permitió la realización del juego pese a que no hubo el número de elementos de seguridad que exigía Protección Civil para cuidar a los asistentes.

“Solamente había 290 personas de la empresa privada G.E.S.K9 y no los 400 que le pedía Protección Civil”, detalló el mandatario, quien aseguró que esa fue la razón para suspender a uno de los cinco servidores públicos que fueron sancionados por haber incurrido en alguna responsabilidad. Todos, mandos medios o bajos.

El contrato de comodato OM/DE/EC/PM/006/2021 para el uso gratuito del estadio Corregidora establece en su cláusula 19 que, “para dar seguridad a los espectadores”, el gobierno debía emitir los permisos a la empresa comodataria sólo si se cumplía con la normatividad de Protección Civil.

Aunado a la falta de elementos de la empresa de seguridad, el gobierno queretano tampoco dispuso de un número de uniformados de las corporaciones municipal y estatal suficiente para contener la violencia.

Lo ocurrido el sábado 5 contrasta con el control que había en años anteriores, cuando el entonces titular de Seguridad Pública estatal, Adolfo Vega Montoto, encabezaba directamente los operativos para resguardar el estadio, que llegaron a incluir a más de mil 500 policías, circuito cerrado e, incluso, perros entrenados para actuar en caso de riñas colectivas.

“El uso de la fuerza pública debe ser progresivo y, de acuerdo con la necesidad, debe hacerse uso racional de la fuerza”, decía Vega Montoto, quien llegó a ser cuestionado cuando en una ocasión usó dentro del estadio rifles de aire contra aficionados.

El papel de la policía

De acuerdo con diversos videos de los hechos del sábado 5, publicados en redes sociales, los integrantes de la porra de los Gallos del Querétaro, llamada “Resistencia Albiazul”, se movieron libremente por ambos extremos dentro del estadio para confrontarse con integrantes de la porra del Atlas.

“De repente empezamos a ver cómo aficionados del Querétaro empiezan a correr fuera de su zona y venían hacia nosotros. Y, también de repente, vemos que empiezan a salir del lado izquierdo para acorralarnos… y nos encapsularon. Los policías, en lugar de ayudarnos, empezaron a abrir todas las rejas (que evitan que se junten las porras)”, relató uno de los aficionados agredidos del Atlas.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2367 de la revista Proceso

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: ERIC PACHECO.

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