viernes, 11 de febrero de 2022

Falta de atención médica y de acceso a internet, principales carencias en México durante la pandemia

A pesar de la política gubernamental de atención médica gratuita en México durante la pandemia de COVID-19, alrededor de 40% de los hogares gastó en promedio más de 10 mil pesos en consultas médicas, medicamentos, pruebas, tanques de oxígeno y otros, reportó la Dra. Graciela Teruel, directora del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (EQUIDE) de la IBERO, durante la presentación de los resultados de la décima ronda de la ENCOVID-19 junto a académicos y funcionarios del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) de la UNAM y la CEPAL.

La ENCOVID-19 es una encuesta telefónica representativa de la población mexicana que recaba información sobre empleo, ingreso, salud mental y alimentación desde abril de 2020. Incluso, esta iniciativa del EQUIDE de la IBERO en alianza con el PUED de UNAM es la responsable del Programa de Desarrollo con Equidad (ProDEq), cuyo objetivo es llevar a cabo mediciones periódicas de la pobreza en México. En la encuesta también participa la UNICEF.

En esta presentación transmitida por el canal de YouTube del PUED de la UNAM, el Dr. Héctor Nájera, académico de la UNAM, informó que en la última ronda de la ENCOVID-19 se añadió el módulo de necesidades sociales basado en el enfoque de pobreza relativa. A octubre de 2021, los hogares mexicanos reportaron que la mayor carencia de necesidad percibida es el acceso a la salud representada por la falta de acceso a medicamentos recetados por un médico, estudios clínicos y acceso a internet de conexión fija.

Casi 70% de la población mexicana ( 23 millones) sufre al menos una carencia y la mitad de los hogares reporta que tiene dos o más carencias (17 millones) como el no tener un médico cuando se necesita, medicamentos recetados por un médico, estudios médicos, agua potable dentro de la vivienda, refrigerador, transporte, internet y ropa.

En la presentación de la sistematización de los resultados de la décima ronda de ENCOVID-19, con datos estadísticos obtenidos a octubre de 2021, la Dra. Graciela Teruel insistió que la pandemia está cediendo en términos de contagios, pero las secuelas que está dejando en términos socioeconómicos, de salud y emocionales son muy grandes y requieren atención. En especial los grupos vulnerables como el de las mujeres. A la fecha no ha habido programas sociales o ayudas de emergencia diferentes a las que ya existen.

La académica destacó que aunque el empleo parece seguir su recuperación, los estragos de esta crisis aún están impactando a los hogares. Entre las principales afectaciones se reporta que aún hay restricciones en las actividades o que les han reducido días de trabajo, que aún hay contagios o porque se están recuperando del COVID-19.

El desempleo afecta más a mujeres, quienes incluso han dejado de trabajar aunque tengan deseos de hacerlo porque necesitan dedicarse a cuidar a otras personas por razones de salud o por falta de empleo. En octubre de 2021, 67% de la población de menores ingresos reportó percibir menores ingresos en comparación con el mes de febrero de 2020, contra 43% de la población con mayores recursos. 

A pesar de la magnitud de la crisis y la pérdida de ingresos de los hogares, los programas sociales sólo llegaron a una tercera parte de la población. A octubre de 2021 la inseguridad alimentaria creció y aumentaron los niveles de ansiedad en hogares de niveles socioeconómicos bajos. En especial las mujeres pobres presentan tasas más altas de desempleo, ansiedad y depresión. 

En respuesta a la presentación, el coordinador de Investigación de la Sede Subregional de la CEPAL en México, Pablo Yanes, dijo que los resultados de la ENCOVID–19 exponen que la COVID-19 forma parte de una crisis social prolongada. Instó a quienes toman decisiones a escuchar la emergencia, plantear cambios estructurales para que las próximas pandemias no nos tomen por sorpresa.

La ENCOVID-19 confirma el rezago crónico del acceso a la salud mental. Detalló que se ha mercantilizado la salud mental y la salud dental. Es decir, la cobertura pública de salud mental y de salud dental es muy baja, sólo quien tiene para pagar es quien tiene acceso.

Llamó a incorporar al sistema de cuidados como pilar de lo social y a reconocer que es una actividad no remunerada que realizan mayormente las mujeres. Apuntó que, a pesar de que el empleo va en aumento, la pérdida del trabajo conlleva a recuperarlo pero con una menor calidad, a un punto de partida inferior. Con todo esto, es claro que las desigualdades se exacerban.

FUENTE: DESINFORMÉMONOS.
AUTOR: BRENDA MACÍAS.

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