martes, 6 de julio de 2021

Cárdenas Palomino era “ejemplo” para Calderón. Enfrentó a México y Francia

Luis Cárdenas Palomino era considerado como la mano derecha de Genaro García Luna en la Secretaría de Seguridad Pública. Además, era visto por Calderón como un ‘policía modelo’. Hoy, se encuentra detenido por tortura y dentro del penal federal del Altiplano.

Luis Cárdenas Palomino fue galardonado en dos ocasiones por el Presidente Felipe Calderón. La primera ocasión fue el 19 de agosto de 2009 cuando le entregó la Medalla al Valor. Dos años después, el 2 de junio de 2011, le daría la Medalla al Mérito Policial, en un evento con motivo del Día del Policía en el que pidió reivindicar “a los buenos policías” y convertir a esta profesión en “un verdadero sacerdocio cívico”.

Una década después, este «policía modelo» del calderonismo se encuentra preso por tortura en el penal del Altiplano. El delito que enfrenta se suma a los abusos e irregularidades que protagonizó en su paso por las corporaciones policiales —la Policía Federal y la la Agencia Federal de Investigaciones (AFI)— que ideó Genaro García Luna, el exsecretario de Seguridad Pública que ahora se encuentra preso en Estados Unidos por sus presuntos vínculos con el narcotráfico.

En aquel 2 de junio, el Presidente Calderón incluso habló de limpiar la imagen de las corporaciones policiales y destacó precisamente la labor emprendida al frente de la Policía Federal por García Luna —uno de sus hombres de confianza—, de quien ahora se ha desmarcado.  En ese entonces tanto Genaro García como Luis Cárdenas Palomino, su entonces jefe de la División de Seguridad Regional de la Secretaría de Seguridad Pública, se encontraban en la cúspide del reconocimiento policial, un pedestal del cual han caído llevando consigo la credibilidad de la Policía que presumía Felipe Calderón.

Cárdenas Palomino fue detenido por la Marina Armada de México en Naucalpan, en el Estado de México, según informó la Fiscalía General de la República (FGR). Se le acusa por las torturas cometidas contra supuestos integrantes de la banda de Los Zodiaco en 2012, entre ellos el hermano y un sobrino de Israel Vallarta, en el polémico caso de la ciudadana Florence Cassez que significó un conflicto diplomático entre Calderón Hinojosa y Nicolas Sarkozy, este último condenado en marzo pasado a tres años de cárcel por corrupción.

Luis Cárdenas Palomino fue uno de los hombres más cercanos de Genaro García Luna, incluso llegó a ser considerado su mano derecha.

Licenciado en la Universidad del Valle en Derecho, Cárdenas Palomino fue director de Seguridad Regional de la Policía Federal y ocupó una lista de cargos en los que coincidió con García Luna.

Trabajó varios años, por ejemplo, en el entonces Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y alrededor de una década en la Procuraduría General de la República (PGR), donde asumió importantes cargos como el de director de Investigación Policial de la Agencia Federal de Investigación (AFI).

Con la llegada de Felipe Calderón a la presidencia de México en 2006 asumió varios cargos dentro de la Secretaría de Seguridad Pública Federal. Entre ellos, el cargo de Seguridad Regional o el de coordinador de Inteligencia para la Prevención del Delito. 

EL CASO FLORENCE CASSEZ

Cárdenas Palomino es identificado como como uno de los responsables de armar el montaje en el caso Florence Cassez e Israel Vallarta, a quienes se les señaló de ser parte de una banda de secuestradores, Los Zodiaco. Es por este caso que fue detenido. Él junto a otros 12 policías se les acusa de ordenar y participar en la tortura de cuatro personas.

Israel Vallarta y Florence Cassez fueron arrestados en diciembre de 2005 en una finca a las afueras de la capital mexicana acusados de liderar la banda de secuestradores de Los Zodiaco.

Tras un conflicto diplomático entre Francia y México, la francesa Cassez fue liberada en 2013 por violación de sus derechos, pero Vallarta no corrió la misma suerte y sigue encerrado sin juicio más de 15 años después.

Fue el propio Cárdenas Palomino quien encabezó el operativo de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) en el que fueron detenidos Vallarta y Cassez en diciembre de 2005 y el subsecuente montaje televisivo que fue montado con ayuda de Televisa y TV Azteca en el que se recreó la detención. 

En las propias imágenes del montaje televisivo se aprecia cómo Israel Vallarta es golpeado en plena transmisión por Cárdenas Palomino. Posteriormente, Vallarta denunciaría otros actos de tortura perpetrados por el entonces agente policial.

LOS VÍNCULOS CON EL NARCO

El pasado 30 de julio de 2020, Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño García, exjefe de la División de Inteligencia de la Policía Federal (PF), fueron acusados en una corte federal en Nueva York de tres cargos de conspirar para el tráfico de cocaína, en colaboración con el Cártel de Sinaloa.

Los fiscales, que también llevan el caso de García Luna, indicaron que ambos exfuncionarios brindaron protección al Cártel de Sinaloa, que comandaron Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos dijo en ese entonces que tanto Cárdenas Palomino como Pequeño García “aceptaron millones en sobornos para proteger al Cártel de Sinaloa”.
Días después, el Gobierno mexicano congeló las cuentas de Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño García, según informó la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF).

La acusación de EU señala que tanto ellos como García Luna abusaron de sus cargos públicos al permitir que el Cártel de Sinaloa obtuviera “un paso seguro para sus envíos de drogas, y al proporcionar información confidencial de las fuerzas del orden sobre investigaciones sobre el Cártel, e información sobre los carteles rivales de la droga, lo que facilitó la importación de múltiples toneladas de cocaína y otras drogas a Estados Unidos”.
“Ambos hombres eran socios cercanos de García Luna y pasaron gran parte de sus carreras en los servicios federales de seguridad persiguiendo ostensiblemente a los mismos traficantes a los que se les acusa de ayudar”, citó entonces Alan Feuer, quien cubre juzgados para The New York Times.
Los tres hombres también estuvieron implicados en el asesinato de un informante colombiano de la DEA hace más de una década, de acuerdo con el testimonio de un ‘renegado’ del cártel, de acuerdo con las autoridades de Estados Unidos. El informante estaba dando datos a las autoridades de allá sobre los envíos de cocaína controlados por Arturo Beltrán Leyva, el antiguo socio de Guzmán en Sinaloa.

El testigo sería Sergio Villarreal Barragán, quien dice que García Luna recibió el nombre del informante de un oficial corrupto de la policía de Bogotá. “Pequeño y Palomino ayudaron a darle el nombre a Beltrán Leyva. El informante fue secuestrado y torturado y después de confesar que trabajaba para la DEA, fue asesinado”, citó entonces el periodista desde Brooklyn.

A esto se suma lo ocurrido el 28 de noviembre de 2012, en la recta final del sexenio de Felipe Calderón, cuando Édgar Valdez Villareal, alias “La Barbie”, acusó a un grupo de colaboradores de Genaro García Luna de recibir dinero del narcotráfico, además de denunciar que el expresidente Felipe Calderón intentó hacer tratos con capos del crimen organizado.

“Me consta que ha recibido dinero de mí, del narcotráfico y la delincuencia organizada, al igual que un grupo selecto integrado por Armando Espinosa de Benito, quien trabajaba con la DEA y me pasaba información, Luis Cárdenas Palomino, Édgar Eusebio Millán Gómez, Francisco Javier Garza Palacios, Igor Labastida Calderón, Facundo Rosas Rosas, Ramón Eduardo Pequeño García y Gerardo Garay Cadena reciben dinero de la delincuencia organizada y de mí”, declaró el capo.

Estas acusaciones se agravaron cuando se revelaron los testimonios de Jesús Reinaldo Zambada García, alias “El Rey”, hermano del capo Ismael “El Mayo” Zambada, y el propio Vicentillo, hijo de “El Mayo”, mismos que fueron recogidos y expuestos por la periodista Anabel Hernández en su libro El Traidor.

BALACERA EN EL AICM Y ATAQUE EN TRES MARÍAS

El 25 de junio de 2012, ya en la recta final del Gobierno de Felipe Calderón, una balacera causó pánico en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. La versión oficial ofrecida por la Secretaría de Seguridad Pública indicaba que en la mañana de ese lunes “elementos de la Policía Federal (PF), quienes realizaban trabajos de investigación, se trasladaron para realizar el aseguramiento de probables responsables vinculados con el delito de tráfico de drogas (…) al verse rodeados se realizaron disparos con arma de fuego contra los efectivos federales”.

En ese momento, la explicación ofrecida por la dependencia encabezada generó más preguntas que respuestas. Fue así que cuatro días después, el propio Cárdenas Palomino dijo en conferencia de prensa que los agresores eran elementos de la Policía Federal que «traicionaron» a sus compañeros en un operativo antidrogas.

Los acusados fueron identificados como Bogard Felipe Lugo de León, Zeferino Morales Franco y Daniel Cruz García. Estos dos últimos concederían casi un mes después una entrevista al periodista Ricardo Ravelo, publicada en el semanario Proceso, en la que negaron las acusaciones y denunciaron haber sido presionados para participar en el tráfico de drogas en el Aeropuerto.

Cruz García y Morales Franco dijeron en ese entonces que la balacera se originó por presiones y amenazas entre distintos grupos policiacos que se disputan el control del tráfico de drogas en ese lugar; además sostuvieron que Cárdenas Palomino protegía las actividades del narcotráfico en la terminal aérea.
Al describir las presiones a las que los sometieron los oficiales Josué Adán Matadamas y José Antonio Dighero, exjefe de la PF en la terminal aérea,  Cruz García relató: “Unas tres semanas antes de la balacera nos comenzaron a chingar; que debíamos hacer lo que ellos nos ordenaran; que no fuéramos pendejos; que lo íbamos a tener todo en charola de plata porque ellos eran los amos y señores en el aeropuerto y estaban bien parados con Luis Cárdenas Palomino; que cualquier pedo ellos lo arreglaban”.
Casi dos años después, Reporte Índigo daría a conocer una serie de videos que echarían por la borda la versión oficial otorgada por Cárdenas Palomino de que todo ocurrió en el marco de un operativo antidroga. Las imágenes darían cuenta de dos tiroteos y desmarcarían a los señalados de lo ocurrido. Es decir, mostrarían que la narrativa empleada por el mando policial en junio de 2012 también habría correspondido a un montaje, como lo ocurrido con Florence Cassez.

Dos meses después de lo ocurrido en el Aeropuerto, la Policía Federal de García Luna protagonizaría un escándalo más que Cárdenas Palomino trataría de explicar cuando el 24 de agosto elementos federales atacaron en la carretera México-Cuernavaca a dos agentes de la CIA del gobierno de Estados Unidos y a un integrante de la Marina.

La corporación policial señaló dos semanas después que los agentes que atacaron investigaban un secuestro. “En el caso Tres Marías tengo que decir que es una investigación que está llevando la Procuraduría General de la República, que lo que nosotros estamos acreditando es lo que hacían los elementos exactamente, es decir, era una indagatoria sobre un secuestro que fue perpetrado horas antes de que los muchachos estuvieran ahí, a las 8 de la mañana”, explicó el propio Cárdenas Palomino en una conferencia de prensa.

Para noviembre de ese año, el diario Reforma dio a conocer el testimonio que dio uno de los agentes detenidos, Ivonne Moreno Romero, quien se reunió en privado con Luis Cárdenas Palomino dos días antes de ser presentada al Ministerio Público federal por su participación en el ataque.
“Yo le dije que había tarjeta donde el jefe sí avisaba del operativo, fue cuando él me dijo que habían sido errores, pero se tenían que pagar”, reveló Moreno Romero a la PGR el 28 de septiembre de ese año. Un año después, su defensa diría a la revista Proceso que los policías involucrados en el ataque obedecieron una orden superior de la cual Cárdenas Palomino estaba enterado.
… LA PUERTA GIRATORIA 

«Después de 23 años de servicio público he tomado la decisión de integrarme laboralmente a la iniciativa privada, por lo que a través de la presente hago del conocimiento público que he presentado mi renuncia» a partir del 31 de diciembre de 2012, anunció Cárdenas Palomino al inicio del Gobierno de Enrique Peña Nieto.

Sin embargo, el destino no lo desligó por completo de la administración peñista. 

Formalmente Luis Cardernas Palomino se volvió empleado del multimillonario Ricardo Salinas Pliego, en enero de 2013, en la dirección de Adamantium Private Security Services, una filial del Grupo Salinas especializada en espionaje y seguridad privada, de acuerdo con la publicación del semanario Proceso en diciembre de 2019.

En los hechos el exjefe de la División de Seguridad Regional de la Policía Federal no cortó sus lazos con el Gobierno al terminar el sexenio de Felipe Calderón, pues Adamantium recibió por lo menos 24 contratos públicos federales por un monto total de 510 millones 470 mil pesos a lo largo de la administración de Enrique Peña Nieto, cuyo consejero jurídico Humberto Castillejos Cervantes, fue su cuñado.

De acuerdo con Proceso, estos contratos, detectados en la plataforma Compranet, abarcaron servicios de seguridad en infraestructuras estratégicas del país: el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), estaciones de combustibles operadas por Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), así como los puertos de Manzanillo y Veracruz.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: OBED ROSAS.

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