El Diario reporta que desde el pasado 26 de febrero la esposa del testigo se encuentra detenida por la Oficina de Inmigración (ICE), ante la cual ella solicita el asilo político pues, como argumenta “Alfonso”, de volver a México toda su familia sería asesinada. Si no se le otorga el asilo, se le deportaría a Ciudad Juárez, donde “Alfonso” trabajaba como médico para el Cártel de Sinaloa.
Según relata el testigo, trabajó durante 13 años atendiendo a los miembros del Cártel heridos en Chihuahua, pero en agosto de 2013 decidió acudir a las autoridades estadounidenses para llevarles a la captura de Mario Núñez Meza, El Mayito o el M-10, supuesto lugarteniente de Guzmán Loera, luego de que aquel le revelara el inminente regreso de la violencia a Ciudad Juárez por la guerra que el Cártel desataría para recuperar el control de la plaza.
Gracias a su relación con los miembros del Cártel, “Alfonso” tenía los números telefónicos de personas involucradas en el tráfico de drogas a todos los niveles, incluyendo el número fijo y el celular de Emma Coronel, la esposa de El Chapo. Llevando esa información, se reunió con “gente de la Interpol, del FBI y de la DEA” el 18 de agosto de 2013 para planear la captura de El Mayito, quien fue detenido diez días después.
De la misma manera, entre el 15 y el 22 de enero de este año “Alfonso” entregó a la DEA la información que llevaría a la captura de El Chapo en un departamento de Mazatlán, Sinaloa, el 22 de febrero pasado. Según esta versión, Guzmán Loera fue localizado rastreando el celular de su esposa, quien se encontraba con él al momento de la captura.
Sin embargo, ahora las autoridades estadounidenses habrían retirado su apoyo a “Alfonso”, amenazándolo con quitarle su permiso de residencia: “Lo que ellos hicieron fue convertirme de un testigo protegido a un informante pero sin paga. Lo de la recompensa es pura mentira, nunca me dieron nada y yo lo único que pido es apoyo para sacar un permiso para trabajar aquí y mantener a mi familia”.
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