AUTOR: HÉCTOR TAJONAR.
MÉXICO, D.F: La pequeñez ética y política de la mayoría de los parlamentarios mexicanos, así como el sometimiento del Poder Legislativo al Ejecutivo mediante diversas formas de cooptación, son el reflejo inequívoco de la baja calidad de nuestra democracia. Ello hizo posible la atropellada aprobación de las reformas estructurales.
En el discurso pronunciado durante la ceremonia de promulgación de las leyes secundarias de la reforma energética, el presidente Enrique Peña Nieto destacó que dicha legislación había sido la más analizada de la historia del Congreso mexicano: el debate en ambas cámaras duró 170 horas, durante las cuales hubo mil 350 intervenciones de legisladores de todas las fuerzas políticas.
En efecto, la numeralia, al igual que la aritmética legislativa, pueden ilustrar lo que el propio mandatario consideró como un orgullo de que “nuestra democracia ha dado grandes frutos”. (Entre otros, el de la autocomplacencia y la sordera ante la crítica.)