AUTOR: ÁLVARO DELGADO.
MÉXICO, D.F. (apro).- Televisa ha emprendido una nueva ofensiva para doblar otra vez, con todos sus recursos, a los poderes constitucionales y materializar una ley –un conjunto de leyes en realidad– a la medida de sus intereses, casi siempre antagónicos a los de la sociedad.
Conforme a las evidencias consignadas por Jenaro Villamil en el semanario Proceso, en su edición de esta semana, Televisa ha reactivado sus complicidades con Enrique Peña Nieto y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en su proyecto para que las leyes secundarias en materia de telecomunicaciones mantengan intocada su hegemonía.
Luego de una discrepancia pasajera por la reforma constitucional en la materia, Peña y Televisa han olvidado los enfados y vuelto al amor, algo que a nadie debe extrañar por la connivencia establecida desde que, en 2005, el primero llegó a la gubernatura del Estado de México y comenzó a edificar su candidatura presidencial con recursos sin límite.
La reunión de Peña con Emilio Azcárraga Jean y su consejero Bernardo Gómez, el 2 de enero, en Valle de Bravo –como lo revela Villamil–, representa la continuación del plan de Televisa para salirse con la suya cuando le dé la gana.