AUTOR: CARLOS ACOSTA CÓRDOVA.
La prensa extranjera especializada en finanzas lo llamó Mexico’s moment, es decir, la hora del despegue económico del país con la llegada de Enrique Peña Nieto a la Presidencia. Se creyó –o se quiso hacer creer– que un mandatario con legitimidad por haber ganado las elecciones con un amplio margen, combinado ello con una serie de factores económicos mundiales propicios, sería la plataforma para el gran despegue… Todo quedó en esperanzas truncas.
MÉXICO, D.F. Muy poco duró el optimismo desbordante del presidente Enrique Peña Nieto y su equipo económico, encabezado por Luis Videgaray, titular de Hacienda: heredaron una economía que creció 4.3% en promedio los últimos tres años y hoy lidian con una en recesión.
El ánimo festivo que los envolvió luego de su triunfo electoral en julio de 2012 –menos holgado de lo que preveían– no tardó en trocarse en desencanto y desesperación: El Mexico’s moment duró muy poco.
En efecto, esa imagen tan glamurosa del país, fabricada por la prensa extranjera y que muchos replicaron aquí–según la cual, por su empuje económico y sus promisorias perspectivas, México hacía palidecer a Brasil, Rusia y prácticamente a todos los países emergentes–, fue tan efímera que hoy el de Peña Nieto es un gobierno postrado en el terreno económico.


 
 
 
 
 
 
 
 
 
