AUTOR: JONATHAN VILLANUEVA
En el Instituto de Verificación Administrativa del Distrito Federal (Invea-DF) la corrupción es cosa de todos los días. Tanto, que hay establecimientos mercantiles, obras y transporte público irregular que no se puede sancionar. Esta institución, creada específicamente para combatir los actos de ilegalidad en la Ciudad de México, es acusada por propios empleados de aplicar la ley de manera parcial y ser benefactora de unos cuantos. Por eso, refieren, hay un sin fin de negocios que operan de forma irregular, obras que se construyen sin permisos, y por eso también hay microbuses obsoletos y taxis piratas circulando por las principales calles de la ciudad capital. Así lo revela una serie de videos, audios y testimoniales de verificadores administrativos, además de documentos oficiales que demuestran que el Invea aplica la ley a modo. Dentro de este órgano autónomo hay un hartazgo del personal operativo, que asegura ha sido presionado a torcer los lineamientos en materia de verificación administrativa y que de paso es víctima de un terrorismo laboral
Sin embargo, no todo el transporte es susceptible de una revisión de documentos, cromática, rótulo y condiciones mecánicas del vehículo. Y mucho menos, de una remisión al corralón.