AUTOR: HECTOR TAJONAR
En memoria de Álvaro Mutis, poeta enraizado en el mundo.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Deja vu. La polarización ocasionada por la iniciativa de reforma energética que presentó el gobierno de Enrique Peña Nieto recuerda lo ocurrido hace apenas cinco años con la reforma petrolera propuesta por la administración panista. En aquella ocasión, el PRI se opuso a lo que, corregido y aumentado, pretende ahora con el beneplácito del PAN. Esta vez, la aritmética legislativa indica que la reforma puede ser aprobada por mayoría con los votos del PRI, el PAN y el Verde, lo cual responde a la lógica de la democracia representativa.
No obstante, el inconcluso tránsito del autoritarismo hacia un régimen democrático ha ocasionado un grave déficit de representatividad aunado a una crisis de credibilidad. Ello ha conducido a plantear el uso de los métodos de la democracia participativa para resolver un tema tan controvertido y trascendente como el de la industria petrolera.
Cuauhtémoc Cárdenas ha propuesto que en 2015 se realice una consulta nacional vinculatoria en caso de que la reforma sea aprobada en el Congreso. Por su parte, Andrés Manuel López Obrador quiere que la consulta tenga lugar antes de que la propuesta del Ejecutivo se someta al Legislativo. La primera opción podría resultar extemporánea, y la segunda parece ser jurídicamente improcedente o, al menos, poco factible.