AUTOR: J. JESÚS ESQUIVEL.
WASHINGTON. Por primera vez en poco más de 12 años, la presencia en la capital de Estados Unidos de un procurador general de México, en este caso de Jesús Murillo Karam, refleja más tensión que cordialidad en el vínculo bilateral.
“La relación con México no está pasando por su mejor momento y no creemos que con esta visita del procurador mexicano puedan resolverse las diferencias que tenemos y que persisten”, confía a Proceso un funcionario del Departamento de Justicia.
Según la PGR, Murillo Karam acudirá a Washington –el lunes 9 y el martes 10– como un acto de “cortesía” en reciprocidad a la visita que en abril último le hizo Eric Holder, procurador general estadunidense. No obstante, para el gobierno de Obama el viaje tiene una connotación muy distinta.
“Vamos a exigirle una explicación muy precisa por la liberación del narcotraficante Rafael Caro Quintero y tiene que haber respuestas convincentes a esto. Creo que no será una reunión muy amigable”, adelanta el funcionario del Departamento de Justicia, quien aceptó la entrevista a condición de no revelar su identidad.