AUTOR: JOSÉ GIL OLMOS.
Un día después de la elección para gobernador en Baja California la situación era tensa y amenazaba con un conflicto. El panista Kiko Vega estaba nervioso porque el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) había desconocido los resultados preliminares que le daban ventaja y desconfiaba de que el PRI reconociera la derrota de Fernando Castro Trenti, El Diablo. Una llamada de Santiago Creel lo tranquilizó. Tenía la palabra del gobierno de Enrique Peña Nieto de que no habría problemas. Todo estaba arreglado.
De acuerdo con una grabación que llegó a Proceso, el PAN, a través de Santiago Creel, tuvo acuerdos con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y la Presidencia de la República para que se reconociera la victoria de Francisco Vega de Lamadrid sin que los priistas llegaran al conflicto poselectoral, como tuvieron la intención de hacerlo el domingo 7, cuando el presidente nacional del PRI, César Camacho, declaró la victoria de Castro Trenti.